Inconsciente o ideología, por Pablo M. Peñaranda H.

Twitter: @ppenarandah
Recientemente con motivo de la magnifica película 1985, de Santiago Mitre, la cual es una denuncia monumental de las atrocidades de los regímenes autoritarios en la Argentina. He leído uno que otro artículo alabando al filme. En uno de ellos, pese a ser un excelente y brillante artículo, no se cita a Ernesto Sábato, quien fue la figura sin la cual la Comisión de la Verdad no hubiese tenido tanta confianza entre los argentinos que sufrieron el terror, ni hubiese tenido la repercusión y el apoyo internacional que recibió, y el cual, fue fundamental para que los tribunales sentenciaran a los culpables de esas atrocidades en ese drama histórico.
Esas lecturas trajeron a la memoria una entrevista que un afamado presentador español le hizo a Álvaro Mutis, escritor colombiano, que mi hija y yo conocíamos por los extraordinarios cuentos: Empresa y Tribulaciones de Magroll El Gaviero e Ilona viene con la lluvia; este último había sido llevado al cine por el director Sergio Cabrera.
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El asunto fue que al final de la entrevista el presentador le pregunta, con énfasis: «¿Quién para usted es el escritor más importante del siglo XX en Colombia?» Yo adelantándome y picándole el ojo a mi hija, dije en voz alta: «Gabriel García Márquez». Para mi sorpresa, Mutis dijo: «Germán Espinosa«. De inmediato escuché con sonoridad la palabra aplazado, en medio de la risa de mi hija. Con rapidez le contesté que a quien había aplazado Mutis era a la Academia Sueca del Premio Nobel, nada menos que obviando con 20 años de atraso su dictamen
Al día siguiente en trío familiar, fuimos a pasear por el Raval y disfrutar de un buen café y por supuesto, visitar la Librería La Central, donde éramos atendido amigablemente.
Al llegar allí, comenté con el encargado lo de la entrevista y le pedí los libros de Espinosa para seleccionar alguno. Fui informado que no tenían ninguno pero que, si yo estaba interesado, al día siguiente podía pasar a buscar La Tejedora de Coronas. Eso si, me agregó que no la había leído y que de sus amigos lectores e interesados en la literatura Latinoamérica ninguno se había referido a ese autor.
Pasé por el libro y de inmediato comencé la lectura, que me atrapó desde las primeras páginas. Su narración sobre el asalto a Cartagena por el pirata Bernard Desjean, conocido como el Barón De Pointis, era de una genialidad desbordante. El texto bien elaborado por su elegancia y novedad describe las peripecias de la inteligente, culta y hermosa Genoveva Alcocer en las tierras americanas y luego en Europa; en un batallar constante contra la ignorancia y la oscuridad. Genoveva contagia por su vehemencia y su convencimiento de que la creación, la belleza y la ciencia triunfarán inevitablemente, dado que el horror y la brutalidad no serán permanentes.
Al faltar unas pocas páginas, el autor –para mi sorpresa– se detiene en un religioso llamado José Celestino Mutis, quien descubrió la quina, introdujo las teorías de Linneo, la astronomía, las matemáticas y además realizó la mas importante expedición botánica ( la máxima empresa científica en el período colonial ) y su repercusión en el pensamiento de pertenencia en los habitantes criollos.
Finalizada la novela, por largo rato entré en cavilaciones, buscando las razones de Álvaro Mutis para hacer aquella aseveración.
El Gabo después de la decisión de la Academia Sueca había publicado para beneplácito de sus millones de lectores: El Amor en los Tiempo del Cólera y El General en su Laberinto, dos extraordinarias novelas que ratificaban lo acertado del Premio Nobel.
Distintas razones me vinieron a la mente y quizás una de las explicaciones se debe al talento del entrevistador, quien al propiciar un clima de confianza elevado, permite que el inconsciente del entrevistado aflore a la superficie o mejor aún; ese iceberg que es la ideología muestre partes ocultas, para jolgorio de la audiencia, porque son ideas dichas y oídas por primera vez.
Lo cierto es que no estamos en presencia de un hecho como el propiciado por un mediano escritor, convertido en funcionario peronista, que comentó sobre Jorge Luis Borges que éste era solo un buen lector de Auguste Villiers L Ìsle Adams.
Y mucho menos en presencia de la barbarie y la mezquindad de una línea política como la del gobierno venezolano que en su reiterada conducta felona ignora el premio Cervantes (2022), el premio más importante de las Letras Castellanas, otorgado a nuestro admirado poeta, Rafael Cadenas, ciudadano del mundo.
Aquí se trata de la opinión del escritor Álvaro Mutis Jaramillo, señor de las letras, pensador de importancia y premio Cervantes (España 2001)
A mi juicio –y perdonen la banalidad de la coda– al escritor Germán Espinosa le pasó lo mismo que al cantante Charlo (Carlos José Pérez ) que, teniendo una hermosa voz, le tocó en mala pata, entrar a los escenarios del tango en el mismo momento en que reinaba Carlos Gardel, quien pese al accidente en Medellín “cada día canta mejor”.
Pero no descarto, dada mi profesión, que, en muchas oportunidades, somos sorprendidos por alguno de esos dos complejos constructos que guían nuestro corazón y nuestro cerebro: el inconsciente y la ideología.
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Solo eso quería contarles.
Pablo M. Peñaranda H. Es doctor en Ciencias Sociales, licenciado en Sicología y profesor titular de la UCV
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