Indetenible caída, por Jesús Elorza
Twitter: @jesuselorza
Al finalizar los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en El Salvador nuevamente quedó en evidencia el progresivo retroceso que, en materia de resultados ha tenido nuestro deporte en el ciclo olímpico de competencias. En esta oportunidad logramos obtener 32 medallas de oro que nos permitieron seguir estancado en el cuarto lugar. Pero, lejos de emocionarnos, al comparar este resultado con el histórico medallero que hemos obtenido en el circuito centroamericano desde el año 2010 hasta la fecha podemos darnos cuenta de cuan profundo, sistemático y progresivo es la indetenible caída de nuestro deporte:
-En La edición número XXI de los juegos celebrados en Mayagüez-Puerto Rico en el año 2010 la cosecha de medallas de oro fue de 114 lo que permitió que ocupáramos el segundo lugar en la tabla final de posiciones.
-Cuatro años más tarde (2014) en los XXII juegos realizados en la ciudad mejicana de Veracruz el resultado en términos de medallas de oro fue todo lo contrario al obtener solo 56 medallas y quedar relegados al cuarto lugar en el cuadro final.
–En el 2018, en el marco de la edición número XXIII de los juegos, celebrados en Barranquilla Colombia, continuó el retroceso al obtener solo 34 medallas de oro y quedar relegado nuevamente al cuarto lugar en la tabla final de posiciones.
Ahora, en El Salvador 2023 se reafirma la progresiva y sostenida caída del deporte venezolano al observar que solo logramos 32 medallas de oro y mantenernos estancados en un cuarto lugar.
A esta negativa y preocupante situación de crisis permanente que rodea al deporte venezolano hay que agregarle los resultados frente a Colombia. País este, que desde hace más de una década nos desplazó de los primeros lugares en los Juegos Bolivarianos y Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos. Situación que se reafirma en los juegos de El Salvador al obtener Colombia 87 medallas de Oro y Venezuela 32 medallas…¡¡¡ casi nos triplican en el número de preseas doradas!!!.
A pesar de haberse mantenido por parte de los atletas, entrenadores y dirigentes una denuncia permanente de la crisis en la cual está sumido el deporte venezolano, el régimen se hace el oído sordo frente a los reclamos y persiste en sus políticas de solo presentar consignas de corte demagógico (Generación de Oro-Somos Potencia) sin ningún soporte programático y la consolidación de un sistema de corrupción que solo ha permitido el enriquecimiento ilícito y el despilfarro de los dineros públicos asignados al sector deportivo.
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Muchos factores inciden en el estancamiento de nuestro deporte. El más fundamental, es el que tiene que ver con la preparación o entrenamiento de nuestros atletas. Allí, es importante destacar, la irresponsabilidad de haber suspendido la celebración de los Juegos Deportivos Nacionales, lo que se traduce en no poder tener de manera sistemática los relevos necesarios para ir atendiendo los distintos ciclos olímpicos.
El abandono de las instalaciones deportivas nos ha dejado sin centros de entrenamiento que reúnan condiciones adecuadas para ello. El derroche y desaparición de los dineros del Fondo Nacional del Deporte. La incertidumbre con respecto a los Programas Operativos Anuales, hace que el trabajo del sector federado permanezca en una total incertidumbre y las autoridades solo se preocupan por violentar la autonomía del sector para controlar los procesos electorales y someter a los organismos directivos a jugar un papel de sumisión absoluta frente a ellos.
El engaño permanente para la entrega de los pasajes aéreos necesarios para asistir a los eventos de preparación o clasificación que se realizan en el extranjero, las becas de hambre asignada a los atletas, la falta de comedores, la inseguridad social por la falta de seguros HCM para los deportistas, el engaño permanente con la asignación y pago de los viáticos, la inseguridad laboral de los entrenadores con salarios de hambre, la apropiación indebida de los aportes a su Caja de Ahorro y el no reconocimiento de sus derechos contractuales. La no homologación y pago de los pasivos laborales de los pensionados y jubilados del Instituto Nacional de Deporte y la contratación de «entrenadores cubanos».
La diáspora de atletas y entrenadores generada por la crisis que hoy vive el país y que han conseguido poder trabajar y competir en otras latitudes, es otro de los factores que hoy afectan negativamente al deporte. Varios atletas y entrenadores han emigrado y hoy entrenan y representan a otros países como Chile, Colombia, España, Ecuador y Perú.
La solicitud irresponsable de sedes de eventos deportivos internacionales con el solo propósito de continuar con la malversación de los recursos económicos destinados para tal fin: El ejemplo más reciente «Los Juegos del ALBA»
Ahora bien, es importante señalar que la responsabilidad absoluta del desastre deportivo venezolano recae sobre los hombros de quienes han tenido la conducción del mismo (Ministerio del Deporte-Instituto Nacional de Deporte y Comité Olímpico Venezolano) que solo han demostrado, además de su incapacidad, un desempeño marcado por la corrupción.
La indetenible y progresiva caída de los resultados deportivos pone de manifiesto el fracaso de la revolución del siglo XXI y la necesidad imperiosa de un cambio de gobierno para avanzar hacia el logro de Un Deporte Mejor en Una Sociedad Mejor. A nuestros atletas y entrenadores el orgulloso reconocimiento por su sostenido esfuerzo que a pesar de las dificultades generadas por la ineptitud de las corruptas autoridades deportivas han logrado defender nuestros colores patrios en los eventos deportivos internacionales.
Jesús Elorza es Licenciado en Educación, profesor en la UPEL