Ciudad Gotica, por Teodoro Petkoff
«Bienvenidos a Ciudad Gotica. Ni gotica de agua, ni gotica de luz, ni gotica de seguridad». Ni gotica de nada. Así reza un correo electrónico que circula por estos días a través de internet el cual da cuenta, medio en broma, medio en serio, del estado actual de postración en que el gobierno de Hugo Chávez ha puesto al país.
Gracias a la «revolución» Venezuela, que culminó en 2001 la construcción de un tendido eléctrico hasta Brasil para venderle energía al país amazónico, sufre ahora una crisis nacional de chapagones y racionamiento por los retrasos en las inversiones requeridas para mantener el sistema de generación y suministro energético. Y también debido al despilfarro de los recursos que debieron destinarse para tal fin.
En vista de la corrupción y la oscuridad en que nos ha sumido este gobierno, hoy más que nunca se justificaría la misión «Moral y Luces» que lanzó el «hiperlíder» hace dos años, como parte de aquellos cinco motores que hace rato se fundieron.
Con el tema del agua, pasa algo similar. No faltará quien diga que es injusto culpar al Ejecutivo por el clima y los fenómenos meteorológicos: que si el Niño esto, que si el Niño aquello. Pero resulta que nuestro niño ya tiene once años gobernando y el poder no ha hecho otra cosa en este tiempo sino malcriarlo.
Desde hace meses, Caracas y otras regiones sufren políticas veladas de racionamiento hídrico. Todo por culpa de un manido cálculo político que prefiere esconder la realidad hasta que ya resulta imposible ocultarla, para finalmente anunciar cortes programados de hasta 25% en el suministro, como ocurre en la capital.
En vez de alertar tempranamente a la población y adelantar campañas de concientización sobre el uso adecuado del agua, ahora el Cacique Mayor le pide a la gente que se dé baños de sólo tres minutos con una totuma y de paso, le echa la culpa por la falta de agua.
De la inseguridad, no hay ni que hablar. Hoy por hoy, Caracas es la segunda ciudad más peligrosa del planeta, por encima de Bagdad y sólo debajo de Ciudad Juárez en México. De continuar como va el auge de la delincuencia Venezuela batirá una vez más este año su propio récord de personas asesinadas producto de la violencia en las calles.
Frente a esta situación, el gobierno guarda silencio. Su única respuesta es la construcción de una realidad virtual, de conspiraciones, planes magnicidas y atentados, que sirve de cuartada perfecta para evadir los verdaderos problemas y achacarle la culpa de todo a los otros: que si la oligarquía con sus piscinas, que si los capitalistas con sus centros comerciales, que si los paramilitares en los barrios populares.
Lo peor es que Chávez se cree la película. En verdad está convencido de su rol de superhéroe que lidera una lucha sin cuartel contra el mal, en un mundo fantástico de antagonismos absolutos, donde él representa toda la verdad y la oposición la mentira, donde él es la suma de lo bueno y quienes lo adversan representan todo lo malo. Donde él es la luz y la contrarrevolución es la oscuridad.
El problema para el hijo de Sabaneta es que él ya no representa la luz, sino la oscuridad, el racionamiento, la falta de servicios. En medio de su delirio el Cacique Mayor no se da cuenta de que en vez de protagonizar una comiquita fabulosa lo que ocurre en realidad es que está es poniendo la cómica.