Deuda de Pdvsa supera los $200 millardos, por José Suárez Núñez
Alberto Quirós Corradi recomendó durante su intervención en la tribuna de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo que a Pdvsa hay que ponerle un «bozalito» para que no siga manejando el petróleo como si fuera de su propiedad, porque en realidad sólo es representante del Estado.
Corradi advierte al poner en el tapete este tema, que parece haber una confusión a la hora de interpretar el decreto de Simón Bolívar sobre la propiedad de las minas del 24 de octubre de 1829, en el cual el Libertador no menciona que el gobierno sea el dueño de las minas de cualquier clase en el subsuelo, sino la República, pero el gobierno actual se apoderó indebidamente de ese bien público.
A Quirós Corradi le entregaron en el auditorio del Colegio de Ingenieros de Venezuela el premio Gumersindo Torres que otorga la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo a sus más destacados miembros y como miembro ilustre de la misma. Ha sido el único experto petrolero venezolano que ha presidido las empresas Lagoven y Maraven, y quien después de jubilarse dirigió los periódicos El Diario de Caracas y El Nacional.
Quirós dijo que aunque por ahí hay muchos planes para componer el caos y el desorden interno de la industria petrolera, eso no tiene arreglo y hay que empezar de nuevo. «En la actualidad el petróleo vale lo que quiere el gobierno. Cuando lo vende le fija un precio de más de 100 dólares y dentro del país fija otro precio de la mitad de ese monto para los efectos del presupuesto». Agregó que el dinero que recibe de las exportaciones lo manda a donde quiere y no al Banco Central.
Aseguró que el año pasado exploraron 12 pozos y sólo uno resultó productor, mientras el gasto en exploración es ínfimo. Seguimos sin saber cual es la producción real, aunque se divulgan cifras de la OPEP, de agencias internacionales, y las de Pdvsa, pero nunca coinciden. Se habla mucho de las reservas, pero no sabemos la capacidad de recobro. De la refinación tampoco sabemos mucho, pero sí sabemos que los equipos están obsoletos y los accidentes son continuos.
Según las cuentas de Quirós Corradi, la deuda de Petróleos de Venezuela supera los 200.000 millones de dólares, incluyendo la externa e interna, porque a la financiera hay que agregarle lo que debe al Banco Central, a los contratistas, a los socios extranjeros en las empresas mixtas, las emisiones de bonos, las cuentas por pagar, las cuentas por cobrar, prestaciones sociales, es decir, una interminable lista que ha debilitado su prestigio.
No hay transparencia en las expropiaciones no pagadas, en las inversiones y pérdidas en los negocios de suministro de alimentos y la variedad de nóminas que paga, y las deudas de las ventas de petróleo a futuro.
Señala que la falta de información tampoco es visible en los niveles de exportación y en los precios. «Nadie está seguro que esos cargamentos de petróleo lleguen a China, y probablemente se queden en el hemisferio para ir a las refinerías estadounidenses y otros mercados. Tampoco sabemos de los negocios con Cuba, las malas inversiones de Petrocaribe, ni a cuánto se vende y se cobra en realidad el barril de petróleo, porque no hay transparencia, ni confiabilidad en sus operaciones».
Quirós Corradi es tajante al señalar que las largas listas de empleados de Pdvsa, que se visten de rojo para ir al trabajo, no significa que estos empleados sean productivos, porque a su juicio lo que ha sucedido es que han destruido el alma de la organización, que no parece recuperable. «Sé que hay muchas personas que se reúnen para estructurar proyectos, pero están perdiendo el tiempo. Es lamentable la oportunidad que se ha perdido con precios tan altos, y el desfase tecnológico en que se encuentran».
En una ocasión, relata, vino la Shell y probó una tecnología en la Faja del Orinoco, en el mismo yacimiento del subsuelo donde desarrollaba un nuevo proceso que en lugar de extraer esos crudos extrapesados de 8.5 grados Api, llevaba a la superficie crudos livianos que no necesitaban las costosas inversiones en los «mejoradores».
Quirós analizó durante su intervención varios logros de la industria petrolera luego de la «estatización». «Las concesionarias descubrieron el petróleo y de ellos aprendimos a explotarlo, así como el reto de la contabilidad. Tuvimos que aprender el manejo de la comercialización internacional y las grandes operaciones financieras que realizan las transnacionales. Eso lo aprendimos muy bien. Cuando las concesionarias supieron que no habría más concesiones, paralizaron las inversiones y la exploración de nuevas áreas. Sólo aportaron recursos para mantener las operaciones».
Finalmente recordó que después de la estatización fue necesario hacer grandes inversiones para llegar a una producción de 2.2 millones de barriles diarios, y eso consumió más de 5 años por la declinación natural de los yacimientos.