A 20 años del terremoto de Cariaco su pueblo sigue en ruinas
Autor: María Gabriela Sifontes
El Terremoto de Cariaco ocasionó el derrumbe de las Residencias Miramar en Cumaná, el liceo Raimundo Martínez Centeno, la escuela Valentín Valiente en Cariaco y otras construcciones, en su mayoría, edificadas en bahareque.
La cultura sísmica en el pueblo cariaqueño hubiese evitado, a toda costa, la muerte de cinco adolescentes. El reloj marcaba las 3:23 de la tarde cuando un movimiento brusco, acompañado de un zumbido fuerte, estremeció a la población.
Solo bastaron 51 segundos para que un poblado, que no estaba preparado, quedara devastado por un terremoto de magnitud 6.9. El sismo despertó la solidaridad ciudadana, aquel 9 de julio de 1997. Hoy, 20 años después, se conmemora dos décadas de una tragedia que ocasionó la muerte de más de 70 personas.
Seis réplicas precedieron en simultáneo a una gran lluvia torrencial, al primer gran movimiento telúrico de aquel día, que provocó 520 heridos y 7000 damnificados.
Distintas estructuras resultaron afectadas por la calidad de su construcción. Información publicada por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) destacó que el muelle pesquero y áreas aledañas a la línea costera, también contaron con daños por licuefacción de suelos, acción que ocasiona que el suelo se convierta en líquido.
Miguel Sciara, quien para el momento era estudiante de la Universidad de Oriente (UDO), relató que el episodio más impactante para él fue ver “niños aplastados por escombros y no poder hacer nada”. Destacó que los funcionarios policiales y estadales no permitían que cualquiera levantara las ruinas para intentar salvar algunas vidas.
“Imagino que debió ser para resguardar nuestra seguridad. De todas formas, creo que con una mandarria hubiésemos podido ayudar, si lo hubiesen permitido, a las personas que estuvieron atrapadas entre los escombros”, aseguró Sciara.
Sin embargo, nada lo detuvo y prestó servicio en uno de los centros de acopio dispuestos en las zonas afectadas. “La adrenalina fue el combustible que accionó mi apoyo a los afectados. Las aguas termales que una vez rodearon Cariaco y Casanay, desaparecieron y volvieron a surgir después de algunos años”.
Expuso que la población no contaba con los conocimientos para actuar ante un evento de esta magnitud. “El terremoto hubiese sido distinto si se hubiese contado con mayor información”, acotó.
Por su parte, Félix Bejarano, periodista y cronista de Cariaco, manifestó a TalCual que los pobladores ante el evento telúrico, recordaron la leyenda chaima en la que se aseguraba que un enorme monstruo podría salir a la superficie. “Era una culebra bajo tierra que se movía de extremo a extremo en el estado Sucre”.
“Fueron los momentos más terribles de mi vida el del ver los rostros de terror en la gente, los restos de tropel caídos de los edificios y el arrume de cadáveres llenos de polvo”, manifestó Bejarano.
Sin embargo, «20 años más tarde del terremoto, el Hospital Dr. Diego Carbonell se encuentra en peores condiciones que en aquel momento», recalcó el periodista.
A pesar de haberse hecho una recolecta para condicionar un anexo o ampliación de este centro de asistencia en 1997, “hoy está cerrada debido a incorrectas gestiones gubernamentales”.
Aseveró que ante su deterioro por la carencia de trabajos de mantenimiento, se está utilizando la antigua emergencia de este centro de salud en la que hace un año el ex gobernador, Luis Acuña Cedeño, no invirtió completamente el dinero destinado a sus reparaciones.
Bejarano constató que hubo distintos problemas políticos para la restauración del pueblo. “Más de cinco años fueron necesarios para tratar de convertirla en lo que fue en principio. Los ciudadanos cerraron las vías para exigir su restablecimiento, pero la malversación de fondos no propiciaron el cambio”.
Tras el temblor, Funvisis sugirió dictar simulacros en toda la zona sísmica para garantizar el uso de estrategias ante eventos de esta magnitud. De igual forma, ha desarrollado programas orientados a reforzar edificaciones escolares en el estado Sucre.
Desde la fundación de los primeros asentamientos coloniales en el siglo XVI, la historia revela que han ocurrido más de 130 eventos sísmicos, los cuales han provocado daños en la población venezolana.
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