Susana Raffalli: La muerte por desnutrición en hospitales aumentó 260%
Autor: Víctor Amaya / @victoramaya
La nutricionista asevera que en el país existe un índice de 5 % de desnutrición, lo cual representa una situación de alarma para los venezolanos
– Comienzan las clases, con hambre.
Nosotros no registramos niños en edad escolar, pero hicimos mediciones en dos sitios de Caracas y nos encontramos con lo mismo del año pasado. Lo que reciben las monjas luego de dos o tres meses de vacaciones. Las hermanas habían estado registrando niños para el nuevo año, y decían que llegaban en el hueso. Nos decían que todo lo que lon cuidaron durante un año, se fue en dos meses. No hemos hecho mediciones del grado nutricional de prescolar, pero ya es sensible que los niños están viniendo deteriorados, más delgados. Sobre el PAE, el Gobierno anunció que dispuso recursos para 15 mil escuelas pero son 26 mil a escala nacional. ¿De qué te enorgulleces?
– La FAO cifra en 4 millones la desnutrición. La misma que premió a Maduro por bajar la desnutrición.
El indicador de la FAO solo existe en sus manuales, se llama Undernutrition. No hace referencia a desnutrición ni a seguridad alimentaria, sino a «subnutrición». El indicador está construido a partir de la cantidad de oferta calórica alimentaria que un país está en capacidad de ofertarle a su pueblo. Oferta alimentaria neta. No mide si esa oferta alimentaria se consumió ni mide estado nutricional. Cuando la FAO dice que hay 14% más de hambre, lo que está diciendo es que bajó en 14% la capacidad del Estado de garantizar la oferta alimentaria.
– ¿Entonces las medallas de 2013 y 2015 tampoco eran por bajar el hambre?
Cuando la FAO aplica ese indicador, suma la cuenta de lo que el Estado le puede garantizar al país. En 2013 teníamos la primera medalla porque en 2010 comenzó el negocio de importar alimentos con dólares preferenciales. Entoces hubo una sobreimportación enorme y muchos de esos alimentos fueron sobrefacturados porque la idea era sacar dólares preferenciales. El alimento que llegó no tenía fines alimentarios sino de eniquecimiento. Lo que pasaba al llegar no importaba. Les salía costosísimo distribuirlo y de allí lo que ocurrió con los contenedores de Pdval. Ese informe de 2013 y 2015 no representaba lo que pasaba, tanto que 18 meses después dicen que hay una subnutrición de ese nivel. Entonces, la situación es mucho más grave de lo que la FAO dice. Por otra parte, resalta que hable la delegación global de la FAO pero haya silencio en la oficina local, con el agravante de que esa nos cuesta plata. El Estado está pagando porque esa gente esté aquí. La tercera cosa grave es que la FAO está aquí para asesorar al Gobierno. Entonces, si éste permitió esta situación en apenas dos años y tú eres su asesor, de alguna manera estás implicado. Sin embargo, aprecio que la FAO haya hecho esto. Con su informe, hizo por el país lo que no había hecho durante 4 o 5 años. Finalmente tenemos la evidencia de una agencia de este calibre internacional. El informe, llega cinco días después de que la disminución calórica es reconocida por Delcy Rodríguez a Al Jazeera. Los altos mandos del Gobierno están admitiendo que no hay comida para todos.
– ¿Cuánta hambre hay?
Nosotros evaluamos 1.800 niños en 32 parroquias. Población de mucha pobreza. La evalución de desnutrición tiene cortes. Hasta 5 % es desnutrición reciente, grave. En ese nive es manejable. Entre 5 y 10% es situación de alarma; es momento de investigar. Cuando superas el 10 ya el marco internacional dice que estás en una crisis humanitaria y tienes que destinar recursos extraordinarios para que estos niños no se mueran. Cuando se llega a 15% se habla de emergencia humanitaria: tienes demasiados niños, más de los que puedes manejar a nivel comunitario y vas a necesitar del sistema de salud, necesitas más que recursos extraordinarios, recursos especiales porque son niños que no los puedes alimentar con bebidas nutritivas sino con alimentación de emergencia muy sofisticada.
– ¿Cuál es el retrato hoy de la desnutrición?
En septiembre y octubre de 2016 estábamos a 8 %. Cerrando agosto tenemos 15,2 % al mes de agosto. Entre junio y julio llegó a 17. Pero bajó luego de haber mostrado el impacto de las trancas, los saqueos, los problemas de abastecimiento y las dificultades de distribución en Vargas y la capital, por ejemplo. Una crisis alimentaria pasa a ser humanitaria cuando genera daños en el bienestar de la población y cuando pierde vidas humanas. Sabemos que las muertes por desnutrición en los hospitales pediátricos han aumentado en los últimos tres años al menos en 260 %.
– ¿Qué es lo peor que ha visto?
Niños con Kwashiorkor, que es desnutrición severa pero con un niño no delgado sino hinchado de agua. Y se les abre la piel con lesiones pelagroides. El último que yo había visto así fue en Guatemala en 1998 en una hambruna que hubo en la zona cafetalera. Yo no tenía por qué verlo de nuevo 19 años después en mi propio país, y cuando conocí a esa niña era el sexto caso que ingresaba al J.M. de los Ríos. La vitamina que evita eso es la más distribuida en el mundo, en cualquier alimento. Para que un niño padezca eso, su privación alimentaria es absoluta y larguísima.
– 2016 fue marcado por las imágenes de gente comiendo de la basura. ¿Cuál es la de 2017?
El fenómeno de basura lo he visto empeorar. Ya hay gente organizada para comer de la basura, en familias completas. Esto es grave pues es rasgo de dos tendencias: emergencia de instalación lenta y emergencia humanitaria compleja, que sucede en un Estado con institucionalidad precaria y con falta de recursos.
– ¿Qué responde el Estado?
Donde mejor nos han atendido es en la Defensoría. Se mostraron preocupados y eso quedó ahí. Del Instituto Nacional de Nutrición, nos reunimos con su directora y el ministro de Salud antes de la ANC y quedamos en tener reuniones conjuntas y evaluar apoyos a la distribución de suplementos nutricionales. Pero luego comenzó la agenda electoral y no hubo más reuniones. El Estado sabe que la situación es tan mala o peor de la que Cáritas les dice en cada informe. Que Delcy Rodríguez reconozca la disminución de la oferta luego de afirmar que había comida para tres países es que ha habido una disminución intensa de la importación alimentaria sobre el mantel de que el aparato productivo venezolano está destruido.
– ¿Si Maduro preguntara qué hacer, qué le dice?
Lo primero es dotar a los hospitales del país con alimentos terapéuticos para que quienes estén a punto de morir, no se mueran. Después, garantizar suplementos nutricionales, un nutricereal, o de esas merengadas especiales para darla a los niños en las comunidades en los dispensarios. Eso se llegó a hacer en Venezuela. Lo tercero es calcular y asegurar la cantidad de alimento corriente que necesita la población de dependencia: cárceles, hospitales y demás entidades de protección. Eso es lo más urgente. También es importante abrir los canales para traer medicamentos para enfermedades, sobre todo infecciosas. La desnutrición no es solo por hambre sino por infecciones. A corto y mediano plazo: abastecer con 7 productos básicos todos los mercados populares y dar subsidios directos.
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