Demasiadas dictaduras, por Carlos M. Montenegro
Autor: Carlos M. Montenegro
Según cálculos de las diferentes asociaciones de Derechos Humanos en este siglo XXI en curso, existen 48 dictaduras que cohabitan chapuceramente como pueden en el mismo planeta. La mayoría de estos regímenes despóticos se encuentran, en las antiguas repúblicas de cuando Rusia era la URSS roja rojita, casualmente y en países africanos.
Son 37 países con siniestras dictaduras declaradas convictas y en muchos casos confesas, y el resto hasta 48, suelen ser gobiernos disfrazados de democráticos, pero con las mismas duras violaciones a los derechos humanos y la ausencia o control de los poderes autónomos, sin importar si sus tendencias son derechas, zurdas, o un coctel de ambas, pero siempre siniestras.
Se puede partir de la base de que todo dictador es esencialmente execrable, ya que su propuesta suele ser eliminar los derechos más elementales de los ciudadanos en cuanto a Libertad de Expresión, Libertad de Reunión, Derecho a la Información, Derecho a la Debida Defensa o Libertad de Culto, propugnando la discriminación, las detenciones arbitrarias, la tortura, y la pena capital mediante ejecuciones sumarias.
El clásico prototipo de dictador de estos países es una figura omnipresente con cargo de Presidente, o con otras ostentosas auto denominaciones como Caudillo, Presidente Vitalicio, Emperador, Sultán o incluso Rey. Pudiera pensarse, que a escala global no son tantos los países en estas circunstancias, pero según la ONU, el mundo tiene 194 naciones. Es decir, aún hay hoy en casi un 25% de países con estos regímenes arbitrarios y despóticos.
Voy a dar una pasada relámpago por algunos países con diversas dictaduras que personalmente creo son representativas como:
Cuba. Tras la muerte de Fidel Castro, su hermano Raúl, aunque recién anunció su paso a la reserva, heredó el país con un semisecular régimen dictatorial bien cimentado en la isla. Además de los tradicionales derechos cercenados, por ejemplo, los cubanos no tienen acceso a retransmisiones privadas o extranjeras de radio o televisión. Tampoco tienen a su alcance libros, revistas o periódicos, a menos que estén aprobados o publicados por el mismo gobierno. Además, no les es permitido suscribirse a publicaciones del exterior ni recibirlas de visitantes o turistas extranjeros. El país ha sido sancionado en múltiples ocasiones por imponer una férrea censura, como hizo la Unión Europea en 2003, después de la reclusión arbitraria de 75 periodistas independientes, o sea, disidentes.
La República Popular China es uno de los pocos estados oficialmente socialistas que quedan en el mundo. Su forma de gobierno ha sido descrita como comunista, socialista, autoritaria y corporativista, aunque en lo económico use formulas capitalistas, con fuertes restricciones en numerosas áreas, como al libre acceso a Internet, la libertad de reunión, la libertad de prensa, el derecho a tener hijos, la libre formación, la creación de formaciones sociales o a la libertad de culto. Los conflictos en el Tíbet y Sinkiang, por ejemplo, son algunos de los muchos temas tabú en los medios de comunicación o en conferencias privadas.
La disidencia, las protestas y demostraciones públicas en contra del sistema, y cualquier contenido que contenga violencia explícita, pornografía y críticas hacia la administración, suelen ser reprimidas duramente con penas, de cárcel inclusive, al ser consideradas “amenaza potencial para la estabilidad social”. El régimen chino es constantemente acusado por su desprecio a los derechos humanos, las múltiples transgresiones a los derechos civiles como encarcelamientos sin juicio, confesiones forzadas, torturas, y el frecuente uso de la pena capital, o sea, a todos los derechos fundamentales.
Bielorrusia. Bautizada en occidente como “La última dictadura de Europa” Tiene ya casi veinticuatro años, el 20 de julio se cumplirán desde que Alexandre Lukashenko, todavía en el poder, fuera proclamado Presidente de la República de Bielorrusia. Se trataba del primer presidente electo de una república nacida en 1991, al desmembrarse la Unión Soviética.
Según Freedom House, sólo en el año 2013 fueron arrestados 45 periodistas y bloggers mientras intentaban informar de protestas al régimen o diversos acontecimientos políticos. En Bielorrusia la libertad de prensa y de los medios de comunicación audiovisuales es prácticamente inexistente. La censura es extremadamente estricta y a las agencias de noticias extranjeras perennemente se les obstaculiza la entrada al país.
Internet es uno de los pocos resquicios para la información independiente. Se calcula que a través de diferentes medios alrededor de la mitad de la población Bielorrusa consigue acceder a la red. No obstante, el gobierno constantemente está reforzando el control sobre las webs contrarias al régimen, siendo atacadas cada vez con más frecuencia por inequívocos ataques de hackers del régimen. La mayoría de los países occidentales no reconocen sus resultados electorales e incluso le han impuesto sanciones.
Camerún. Paul Biya quien ya era presidente, ha sido declarado una vez más vencedor en las últimas elecciones con un 78% de los votos, entre las críticas de observadores internacionales, para quienes los comicios han sido de nuevo una gran farsa. Con esta victoria, Biya añadirá siete años más a los que ya lleva como presidente de ese país. Biya fue electo en 1984, aunque acusado tras su victoria de un gigantesco fraude, ha sido reelecto en 1997, 2004 y 2011, cada vez con mayores y más graves denuncias de corrupción, fraude y delitos de lesa humanidad.
Paul Biya es uno de los llamados “dinosaurios” africanos, un conjunto de líderes que llevan décadas en el poder en diversos países del continente, que han envejecido en sus puestos y no parecen estar dispuestos a abandonarlos. A estos líderes se les conoce por sus estilos de vida lujosos, muy alejados de los de la inmensa mayoría de las ciudadanos de sus países, y por una escasa labor política, dado sus cargos, en mejoras para sus países y su gente. Biya pasa la mayor parte del tiempo fuera de Camerún, uno de los países más corruptos del mundo, y apenas participó en la campaña electoral de los últimos comicios que por supuesto también ganó.
Guinea Ecuatorial. En la ex colonia española Teodoro Obiang lleva casi 34 años en el poder, lo que convierte a su régimen en el más longevo del continente africano. En Occidente no solo se le considera un dictador, sino que se le acusa de manejar los recursos petroleros a su antojo y beneficio. La corrupción es el mal endémico del país.
Una imagen del país es la que dibujan los datos oficiales, que muestran al Gobierno de Guinea Ecuatorial, con la política de acelerar el desarrollo del país en los próximos 20 años. La otra imagen, un tanto diferente, es la conformada por la oposición en el exilio, así como numerosos países y organizaciones occidentales. Algunas instituciones globales dicen que el 80% de Guinea Ecuatorial vive bajo el umbral de la pobreza, el Gobierno lo niega dando la espalda a lo evidente.
Guinea Ecuatorial tiene uno de los peores registros, sobre derechos humanos, derechos políticos y civiles según el informe anual de Freedom House. Reporteros sin fronteras sitúa al presidente entre los mayores depredadores de la economía y opresor de la libertad de prensa. El informe de EEUU sobre tráfico de personas de 2012 indica que “Guinea Ecuatorial es una fuente y destino para las mujeres y niños sujetos a trabajo forzado y tráfico sexual” (sic).
Emiratos Árabes Unidos. Es una federación soberana compuesta por siete emiratos situados en la costa oeste del Golfo Pérsico: Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Ras-al-Jaima, Sarja y Umm-al-Qaywayn.
Las autoridades ocultan y quieren silenciar toda crítica, pero detienen a opositores en plena noche, las mantienen en lugares desconocidos durante meses, emplean la tortura física y psicológica para obtener confesiones y realizan lo que las organizaciones internacionales y las Naciones Unidas han llamado juicios farsas, donde se condena a la gente a largas penas de prisión.
La discriminación que sufren las mujeres en Emiratos Árabes Unidos se extiende a normas y leyes que en muchos casos dejan desprotegidas a las mujeres víctimas de delitos como abusos o violaciones, llegando al extremo de condenar a las víctimas por el delito de “zina” (relaciones sexuales fuera del matrimonio). Aunque la constitución contempla la libertad de expresión y prensa, en la práctica no existen. El Ministerio de Información emite las licencias y aprueba el contenido de los libros, periódicos, radio y tv, de acuerdo a “su” ley.
Brunei. Es difícil encontrar otra dictadura tan perfecta como la de Brunei, donde el puño de hierro que impide cualquier atisbo de libertad va envuelto en el guante de seda de una sanidad regalada, exención de impuestos personales y ayuda a la vivienda, amén de subsidiar el precio del arroz, principal alimento del país y una educación gratuita para toda la población, unos 400.000 habitantes. A cambio, los medios de comunicación están amordazados por una ley de prensa que exige a todos los periódicos publicar loas al gobierno tras obtener un permiso anual del Ministerio del Interior con un depósito de 100.000 dólares. Además, contempla penas de cárcel de hasta tres meses por la divulgación de cada “noticia falsa”.
Vietnam. La República Socialista de Vietnam se gobierna a través de un sistema altamente centralizado dominado por el Partido Comunista de Vietnam (PCV), única formación política del país, llamado originalmente Partido Laboral de Vietnam (se quitaron la careta tras ganar la guerra). El gobierno en teoría es independiente del partido, pero en la práctica recibe la mayoría de sus instrucciones desde el PCV. Dadas las limitaciones respecto a la libertad de expresión, que establece actualmente el Gobierno de Vietnam, existe un número indeterminado de presos políticos en el país.
Arabia Saudita. Es una dictadura capitalista e islamista típica para el cine de ciencia ficción, donde una pequeña élite supersticiosa, campechana y amable en apariencia, controla a todo un país que, debido a que tiene mucho petróleo y gas, es respetado por el resto de naciones del mundo y por la ONU, a pesar de que es eso, una DICTADURA en mayúsculas. En esta dictadura no existen los derechos humanos, es el tercer país que más gente ejecuta per cápita, donde las amputaciones de miembros se hacen por ley, el acceso a internet está censurado y donde se financia a todo tipo de organizaciones terroristas No existe la libertad de expresión. Los disidentes políticos son perseguidos y encarcelados sin juicios justos, como Raif Badawi, un bloguero sentenciado a 10 años de cárcel y 100 latigazos. Las mujeres carecen de derechos y sistemáticamente son discriminadas.
Aún quedan unos cuantos países pasando las de Caín. Les dejo la lista por si quieren echar una ojeada:
CHINA. COREA DEL NORTE, TAYIKISTAN, KAZAKSTAN, GAMBIA, MAURITANIA, CHAD, SUDAN, ERITREA, YIBUTI, SOMALIA, ETIOPIA, SUDAN DEL SUR, REPUBLICA CENTRO AFRICANA, GABON, CONGO, UGANDA, RUANDA, BURUNDI, ANGOLA, ZIMBABWE, SWAZILANDIA, ARGELIA, LAOS, LIBIA, EGIPTO, JORDANIA, SIRIA, IRAN, CAMBOYA, AFGANISTAN, YEMEN, QATAR, BAHREIN, OMAN, TAILANDIA, MYANMAR, AZERBAIYAN, TURKMENISTAN, UZBEKISTAN.
Aunque bien podrían incluirnos en ese malhadado club, curiosamente no estamos en la lista de miembros; tal vez sin saberlo figuremos como becarios o pasantes… no será porque en Venezuela no se están haciendo méritos
Durante la mayor parte del siglo XX y lo que va del XXI todos los gobernantes de esos países han acabado con docenas de millones de personas, opositores o no. Entretanto la comunidad Internacional muy preocupada debate, emite comunicados, condenas verbales, se lamenta de la crueldad de estos malvados regímenes, organiza conferencias y comisiones para estudiar el problema; el papa también envía bendiciones y pide ayudar a los más necesitados, pero no llega mucho más allá.
Da mucha bronca saber que en el tiempo que he tardado en escribir esto que acaban de leer, probablemente hayan perdido la vida miles de niños, mujeres, hombres y ancianos por culpa de esa manada de sátrapas acomplejados, ladrones, narcos gobernantes y mal nacidos.