Verdugo no pide clemencia, por Melanio Escobar
Autor: Melanio Escobar | @MelanioBar
El titular de esta columna no pretende determinar su contenido pero si marcar el paso diferencial entre la justicia poética y el deber ser. Es evidente, estoy hablando de la detención arbitraria y secuestro por parte del Sebin del Ex Ministro, Miguel Rodríguez Torres. Si, a mi nadie tiene que explicarme lo poético del asunto, siendo este el creador del Sebin y que en sus manos está la responsabilidad de miles de vidas arruinadas por la siembra de evidencia, detenciones arbitrarias, torturas y muertes, esto lo entiendo, sobre todo porque en el 2014 fui de los pocos que pasó meses en vela a las afueras del Palacio de Justicia para informarle a la población a través de mi cuenta en Twitter lo que estaba pasando con los injustos juicios por culpa de este señor. Nadie duda, que él merece castigo, pero ese castigo no lo decide el Sebin, ese castigo no lo decide Maduro, ni Padrino, ni ninguno de estos secuaces de la dictadura, eso lo debe decidir un tribunal, imparcial e independiente, que tarde o temprano, cuando haya en Venezuela alguna suerte de Ley veremos pasar.
Como sociedad civil, como periodistas – para los que son colegas -, como juristas, como personas que creemos y creamos en/otra Venezuela debemos rechazar y denunciar las arbitrariedades, ya que estas no son buenas o malas dependiendo de las personas que las sufran. No es defender a MRT, no es decir que es un pobre inocente que no merece ser juzgado, es denunciar a los órganos del Estado, que nuevamente arremeten a voluntad contra cualquiera que les suene extraño.
Es muy peligroso, y léanme bien, andar aplaudiendo al Sebin porque hoy jodió al que tú crees que lo merece, porque eso sigue permitiendo que estos actúen con impunidad, a discreción política y con la saña que les caracteriza.
A él no se le está juzgando por los crímenes que conocemos, que muchos periodistas hemos cubierto, en muchos otros casos denunciamos y en otros tanto padecimos, esto es un castigo político. Es de cajón que el que a hierro mata no puede morir a sombrerazos, pero vamos, nosotros no somos los malandros, tenemos que basarnos en el estado de derecho, el deber ser, los estándares internacionales. Así esto sea inexistente en la practica, nuestro juicio de valor en este caso debe venir de la teoría, no podemos convertirnos en ellos. No podemos rechazar la detención arbitraria de un fotógrafo, periodista, estudiante, o quien sea y aplaudir la de este tipo. Ambas están mal, el Sebin está mal, la dictadura está mal y vaya, ya que estamos en esto, la oposición también está mal por haber incluido a semejante ser en las filas del frente amplio, pero supongo que en este ultimo caso, su sentido estratégico debe tener, que aunque no le conozco y menos entiendo, le daré el beneficio de la duda.
En definitiva, este es el rollo de criar cuervos, siempre te terminan sacando los ojos, y quienes hoy le dicen a Rodríguez Torres que está detenido y se suba a una patrulla, ayer le decían jefe, amigo y hasta hermano del alma.