Aumenta el riesgo de embargo por deudas que arrastra Pdvsa
La caída de la producción sería más dramática a finales de 2018, según advierte el economista Alejandro Grisanti
Crece riesgo de embargos a activos de Pdvsa y las dificultades en sus operaciones, a causa de los retrasos en los pagos de deuda por parte de Venezuela. La situación sería provocada por las demandas ante tribunales internacionales que preparan varios grupos de tenedores de bonos. Así lo vaticinó el economista Alejandro Grisanti, socio director de la consultora económica y financiera Ecoanalítica.
El exanalista de la banca de inversión británica Barclays para América Latina, señala que lo más probable es que se podrían producir embargos contra activos de Pdvsa en el exterior.
“Una de las fortalezas de los llamados fondos ‘buitres’ es el factor sorpresa”, destaca el experto. Venezuela viene acumulando retrasos en el servicio de su deuda en bonos, la cual se estima en USD 160.000 millones, desde noviembre de 2017.
Según datos recientes publicados por diversas fuentes financieras internacionales, la deuda pendiente por intereses está alrededor de USD 2.000 millones. Aunque el Gobierno de Nicolás Maduro ha venido haciendo pagos parciales para evitar una situación de default total.
Embargos se alimenta de la caída de producción
Lo grave es que la situación financiera venezolana se agrava por la caída de su producción petrolera. Grisanti apunta que si Venezuela hubiera mantenido su nivel de producción de 2014, este año podría recibir ingresos adicionales por USD 30.000 millones.
Lo cierto es que el economista proyecta que, este año, la producción podría cerrar en 1.200.000 barriles diarios, similar a la de la vecina Colombia, que no es una nación competitiva en el mercado de hidrocarburos. Esto significa una caída de 1.300.000 barriles por día proyectada para 2018.
Las cifras presentadas por Grisanti indican, además, que el consumo interno de combustible en Venezuela se ha reducido en 350.000 barriles por día, a partir de una media histórica de 550.000 barriles, lo que, a su juicio, explica en buena medida la grave contracción de la economía venezolana.
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Situación de Pdvsa podría empeorar
Grisanti señala que la situación petrolera de Venezuela no es peor, porque las empresas mixtas con socios internacionales se han mantenido. Incluso han incrementado sus niveles de producción, aunque en tasas muy moderadas, debido a la creciente desinversión en el sector.
“Estamos muy pendientes de la devaluación y la inflación. Pero la variable subterránea más importante para explicar la crisis económica es la caída de la producción petrolera. Este año estamos dejando de percibir USD 30.000 millones”, alerta Grisanti.
Y más adelante añade: “no vemos señales de recuperación de la producción en el corto plazo. No se están tomando decisiones para incrementar el número de taladros activos. Lo más grave es que para recuperar una producción de, al menos, 2,5 millones de barriles diarios tendremos que esperar hasta 2030”. sentencia.
Alejandro Grisanti señala que no hay una fuente de ingresos viables que compense la disminución de la actividad petrolera en Venezuela. Entre eso, lo más grave es que la extracción, que se ha visto más afectada por este fenómeno, es la de livianos. Esta se ha reducido en 50% desde 2012 hasta lo que va de 2018. Cuando apenas alcanza los 400.000 barriles diarios.
Asimismo, el experto sostiene que hoy Venezuela «es más dependientes que nunca de las exportaciones hacia Estados Unidos» y que un escenario de sanciones económicas por parte de ese y otros países, «es imposible poder reestructurar la deuda externa».
“Para tener una idea clara de lo que está pasando. La producción petrolera por habitante en Venezuela hoy es equivalente a la que se registraba en 1927”, apunta el economista.
Con información de Energía16