Francisco Rodríguez: analista y consejero a la carta #Perfil
Recordado como asesor influyente en la política económica inicial de Hugo Chávez a pesar de ser conocido como un Chicago Boy, a este economista se le ha tenido desde siempre como un confiable asesor de los tenedores de deuda venezolana, lo que lo hace una suerte de un jugador a dos bandos. Ahora, como autor del plan económico de Henri Falcón, figura como posible autoridad de la estrategia para salir de la crisis… en caso de que el candidato opositor llegue a Miraflores
Si usted adquirió bonos de la deuda venezolana y se asusta cada vez que Nicolás Maduro le declara la guerra a Donald Trump, la Unión Europea y a cualquier multinacional que haya osado establecerse en Venezuela, lo recomendable no sería acudir al consultorio del siquiatra, sino fijar una cita con Francisco Rodríguez, quien, aunque no posee titulación médica, es la persona más indicada para calmar sus los nervios, pues siempre ha asegurado que nunca habrá default.
Conocido como un ‘Chicago boy’ y ‘hombre del Fondo Monetario Internacional’, Francisco Rodríguez, el economista que le ha dado forma y color a la campaña electoral contra Nicolás Maduro, podría ser un personaje clave para confiar o desconfiar, según el lugar en donde se le ubique.
Su trayectoria en Wall Street lo hizo blanco fácil de Maduro, cuyo comando planificó “estratégicamente” los ataques contra el asesor económico del candidato Henri Falcón.
Rodríguez nació en Caracas en 1970. Es economista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) con un doctorado en Economía de la Universidad de Harvard, EEUU. Admite que no es un analista económico al uso y mucho menos un asesor de un candidato presidencial en los términos que se suelen atribuir a estos profesionales.
Versado en los manejos financieros de las arcas públicas, dirigió la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la AN entre 2000 y 2004, en los primeros años del gobierno de Hugo Chávez, y siguió estando ligado al gobierno hasta muchos años después. De hecho, algunos analistas lo mencionaron varias veces como posible Ministro de Finanzas (en una de ellas se daba por sentado su designación, pero finalmente el puesto fue para Felipe Pérez) o como seguro director del Banco Central de Venezuela.
En épocas más recientes, son conocidas sus reuniones en el Hotel Cayena (por mucho el más caro de Caracas) para agrupar, organizar y representar a los tenedores de deuda venezolana
También se recuerdan sus esfuerzos por convencer a diferentes facciones del Gobierno y de la oposición sobre la necesidad de seguir cumpliendo con los pagos de deuda. Sus dotes como estratega económico están por comprobarse, pero sus habilidades para el lobby sí están certificadas.
Su papel en el tablero del “juego” de la negociación entre el Gobierno y la oposición fue conocido por todos: Francisco Rodríguez propuso el año pasado un acuerdo entre la Asamblea Nacional y la impuesta Asamblea Constituyente que le permitiera al Estado venezolano seguir cumpliendo con sus compromisos de deuda.
Además, planteó un acuerdo entre la Asamblea Nacional y la ANC que le permitiera al Gobierno aprobar el presupuesto de la nación y emitir más deuda, con el objetivo de realizar “importaciones de comida”.
Rodríguez, por su condición de negociador de deuda, sabía perfectamente el costo que tendría ese nuevo endeudamiento. Desde octubre de 2016, la prima de riesgo de los bonos de la República era de 21% -ni Grecia en el peor momento de su crisis pagó tanto- y además conocía la operación de deuda con Goldman Sachs, con un interés de 49% en dólares.
En círculos de expertos en economía se dijo que esta jugada se planteó con el objetivo de continuar sirviendo a los tenedores de bonos venezolanos que representa, como economista experto en América Latina en Bank of America, o de manera más directa, desde su posición actual en Torino Capital. Una visión extraordinariamente inusual, que trae consigo algunas implicaciones éticas.
Para entender qué tan poco habitual ha sido el rol del asesor de Henri Falcón y las implicaciones éticas de sus actividades, es justo y necesario entender cuál es el rol que representa un Economista Jefe –posición que ocupaba en Bank of America- y que actualmente tiene en Torino Capital.
Un Economista Jefe debe realizar análisis económicos objetivos; así como ayudar a clientes –inversionistas- a entender y predecir el comportamiento futuro de activos financieros
Como Economista Jefe de Bank of America, Rodríguez se convirtió en el “experto en bonos venezolanos”, por tanto recomendó permanentemente la adquisición y el mantenimiento de instrumentos de deuda venezolana, tanto de Petróleos de Venezuela como del país; lo que es lógico en virtud de su posición como analista y dado el alto rendimiento de esos papeles.
Aquí habría un primer punto a tomar en cuenta, pues pese a los buenos dividendos pagados por los bonos venezolanos, Rodríguez conocía perfectamente que en los corrillos bursátiles se advertía sobre las enormes posibilidades de que Venezuela se viese obligado a incumplir con sus pagos de deuda.
Como si tratara de un ritual esotérico, las predicciones de Francisco Rodríguez fueron acertadas, en la medida en que Venezuela emitía cada vez más deuda a una tasa cada vez mayor, para pagar sus compromisos, creando así un bucle de nuevas deudas que ha terminado por causar, en parte, una crisis de flujo de caja del país y, en consecuencia, ha traído una enorme catástrofe económica.
Eventualmente, y como era de esperarse, el Estado ha ido dejando de pagar sus compromisos de deuda externa, incurriendo de esta manera en default de un conjunto de bonos, mientras mantiene los pagos en otros.
Hacer alarde de sus contactos dentro del Gobierno, durante sus años dorados en Bank of America es un punto clave en su perfil, al igual que una extraña referencia pública sobre el hecho de que su relación de amistad con el entonces presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, le permitía entrar a las bóvedas del BCV para constatar la existencia de las reservas en oro, cuando muchos analistas dudaban de su existencia y que hasta ahora siguen en boca de todos.
Despedirse de Bank of America arraigó sus relaciones con el chavismo y las hizo más evidentes. Entonces, Francisco Rodríguez se unió al equipo de economistas que Unasur armó para trabajar con el entonces Ministro de Finanzas, Miguel Pérez Abad.
Esta relación preferencial le permitió una reunión cara a cara con Nicolás Maduro en Miraflores. Dos meses después, en julio de 2016 para ser más precisos, anunció su incorporación como Economista Jefe a la firma Torino Capital
En su trabajo como asesor de Unasur, Rodríguez se opuso a que Venezuela recibiera asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones. Esa posición –dada su responsabilidad paralela como asesor y representante de tenedores de deuda venezolana– es consistente con el hecho de que los organismos internacionales suelen exigir una reestructuración de deuda a los países endeudados a los altísimos niveles de Venezuela.
No hay que pasar por alto el detalle de que hoy, en plan de factótum económico de Falcón, Rodríguez sí es partidario de aplicar la receta del FMI para salir de la crisis.
Desde su entrada en Torino Capital y, hasta hoy, Francisco Rodríguez representa a tenedores de bonos, defiende sus intereses y promueve activamente recomendaciones de política que “le convienen al país” sin afectar los intereses de sus clientes, básicamente fondos de inversión.
Y es este continuo pretender jugar para dos equipos con intereses distintos (el Estado y los venezolanos por un lado, y los tenedores de bonos que Rodríguez ha representado por años, por el otro), lo que podría traer consigo conflictos morales si se toma en cuenta que el asesor debe ser pieza fundamental en la recuperación de una economía altamente endeudada con quienes fueron sus clientes.