La OPEP buscará descontar «efecto Venezuela» en su estrategia de precios
La Opep revisará las caídas de producción de Venezuela y Angola. Pdvsa tiene 24 millones de barriles de petróleo pendientes de entrega y 85 cargueros a la espera. Analistas creen que las posibilidades de recuperar yacimientos de crudo liviano son muy limitadas
El caso de Venezuela será una de las preocupaciones que influirá los resultados de la próxima reunión de ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que comienza el próximo 22 de junio en Viena, donde se esperaba que el grupo relajara la restricción convenida de la producción, ante la presión de Arabia Saudita.
Expertos internacionales, citados por Reuters, estiman que podría haber una recomposición de la oferta, pero quizás no un incremento de la producción total del grupo. El movimiento de los precios ha sido especialmente volátil durante las semanas recientes, pero las caídas de los volúmenes de producción en Venezuela y Angola, muy especialmente, marcan una pauta alcista, por lo menos en el corto plazo.
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La situación de Angola es muy distinta a la de Venezuela, porque el gran problema del productor africano es el envejecimiento promedio de sus yacimientos que ya está afectando estructuralmente su capacidad de extraer crudo.
Venezuela vive un conjunto de problemas que van desde desinversión hasta mal manejo de los recursos que está provocando una baja histórica de la producción. Un reporte reciente de Petroleum Intelligence Weekly sostiene que bajo ninguna hipótesis razonable se hubiera podido prever semejante declive.
Las noticias recientes sobre posibles incumplimientos de contratos de suministro, por parte de Pdvsa, han encendido las alarmas en el mercado. Según Reuters, hay cargueros esperando con 24 millones de barriles de petróleo en los terminales venezolanos, con la incertidumbre de no saber si obtendrán la carga completa, la cual llegará con atraso.
Para este 6 de junio, según diversas fuentes, hay unos 85 cargueros en el área del Caribe y cerca de los terminales de la petrolera venezolana a la espera de cargar crudo y productos refinados. La situación parece complicarse más con el correr de los días.
¿Y qué vamos a hacer, camaradas?
Nicolás Maduro presiona en público y en privado; de hecho, puertas adentro el mandatario se hace más puntilloso con los directivos de Pdvsa. Recuerda permanentemente que otorgó poderes especiales al mayor general Manuel Quevedo, el muy presionado «zar» de la industria, e insiste en que hay que recuperar producción ya.
La presión constante de Maduro obedece a la tenaza financiera que mantiene cercado al gobierno, pues las posibilidades de conseguir nuevos financiamientos se reducen cada día, y con cada mala noticia que sale del sector hidrocarburos.
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Las negociaciones con Rusia y China, los únicos financistas directos -que no temen las sanciones de Estados Unidos- son complicadas y Venezuela necesita urgentemente ofrecer mejores expectativas de pago, en función de obtener dinero fresco.
Informes provenientes de la propia periferia política del chavismo relatan que la situación financiera del gobierno es complicada por las sanciones internacionales y por su propia incapacidad de generar mayor flujo de caja.
El año pasado, firmas como Torino Capital venían mostrando cierta tendencia de reducción del gasto público, pero ahora la administración Maduro pretende hacer al menos dos aumentos salariales más, y los costos de las misiones -prácticamente la única gestión concreta que el Ejecutivo está haciendo- se están haciendo cada vez más difíciles de cubrir.
Ahora, los estrategas de Pdvsa han vuelto la mirada hacia los yacimientos de crudo liviano, y el presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo, se plantea la recuperación de 13.345 pozos que, potencialmente, pueden añadir 655.000 barriles diarios a la producción del Zulia; sin embargo, estos pozos están envejecidos y hay dudas, indican fuentes de la industria, sobre si existen los equipos necesarios para comenzar este trabajo.
Una fuente vinculada al sector privado del negocio petrolero señala que es poco probable que se pueda recuperar este nivel de producción y cree que, de ser factible este plan, podrían obtenerse entre 250.000 y 300.000 barriles por día, con una inversión que va a depender del estado de los yacimientos, pero será «mil millonaria en dólares».
Llamados van y vienen a los trabajadores de la industria con la intención de comprometerlos con «un esfuerzo superior», pero el reto no está en la mano de obra, sino en conseguir capital y equipos, aunque la idea de recuperar yacimientos de petróleo liviano es lógica, sobre todo en una circunstancia tan compleja
En todo caso, el gobierno debe mirar con envidia a sus socios de la OPEP, sobre todo tras la publicación del dato que indica que el valor de la producción total de la organización subió 28% en 2017, para ubicarse en 578.300 millones de dólares, de los cuales a Venezuela le llegó una pequeña fracción.
AUMENTOS, SUBE Y BAJA…
Los análisis disponibles sobre los escenarios petroleros suponen un mercado muy movido durante los próximos, con precios altamente volátiles:
Factores que impulsan los precios al alza:
-La caída de la producción de algunos miembros de la Opep, sobre todo Venezuela.
-El recrudecimiento de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente, aunque este factor ha venido perdiendo peso como condicionante en el mercado.
-La demanda estable de petróleo y gas en el mercado internacional.
-Que la Opep mantenga su reducción de producción acordada en 1,2 millones de barriles por día, y Rusia se mantenga dentro del pacto para regular la oferta.
Factores que inducen una baja de precios:
-La aceleración de la producción de petróleo de lutitas en Estados Unidos, que ya está cerca de 11.000.000 de barriles por día.
-Las presiones de Arabia Saudita y otros productores árabes de la Opep para aumentar la extracción.
-El aumento de los descubrimientos de crudos convencionales y no convencionales, como factor estructural de mediano plazo.