Los «buenos -no- somos más», por Ariadna García
A menudo uno lee entre venezolanos «los buenos somos más», una frase que creo, comenzó con las jornadas solidarias de alimentación, organizadas por civiles y ONGs para mitigar el hambre en Caracas y otras partes del país. La etiqueta #LosBuenosSomosMas le da la vuelta al mundo y, aunque al principio no le prestaba mucha atención, revisarnos, observarnos, me llevó a una dolorosa y certera conclusión: los buenos no somos más.
Si «los buenos somos más», en el 98 la mayoría no le hubiese dado su voto a un golpista, un militar, a un hombre que despreciaba la democracia y las instituciones. Si «los buenos somos más», la basura estaría en su lugar y no regada por las calles y lanzada fuera de los cestos, si «los buenos somos más» la mayoría respetaría la señales de tránsito.
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Si «los buenos somos más», saldríamos en manada a defender los edificios patrimoniales cuando son demolidos, pero por el contrario asisten unos pocos. Si «los buenos somos más» la mayoría respetaría su turno para ingresar al vagón del Metro y no pasaría sobre ti porque está apurado o porque tiene canas.
Si «los buenos somos más» sería la mayor cantidad de venezolanos en el exterior los que escribieran preguntando cómo colaborar con la crisis en Venezuela, pero de esos también son pocos, tesis que he reforzado con otros que sí son «buenos» aunque no son más.
Si «los buenos somos más» este país no habría caído en la desgracia en la que está, si «los buenos somos más» no existirían una Delcy, un Diosdado, un Jorge, un Héctor, un Nicolás, una Luisa, un Ramírez, un Chávez, ellos también son venezolanos y aunque de bueno no tienen nada por ahora parece que «son más»
Si «los buenos somos más» le demostraríamos a este país cada día que pasa que: lo amamos, lo valoramos y lo defendemos de la barbarie. Apreciaríamos su belleza que es enorme, atesoraríamos su bondad, su tierra generosa. Trabajaríamos sin descanso por verlo resurgir, por recuperar todo lo perdido, nos uniríamos sin mezquindades, en una sola voz para construir un país de oportunidades, de desarrollo, de educación. Rescataríamos la UCV que se cae a pedazos, nos envalentonaríamos a recoger la basura de las calles así no sea nuestra, dejaríamos en el pasado «la viveza criolla» que tanto mal nos ha hecho.
Venezuela es una nación a la que le urge que «los buenos sean más», que pide a gritos que se le respete y que la ciudadanía sea la fuerza que nos convoque. Venezuela vale todos los esfuerzos y el reto es ese, conseguir que «los buenos seamos más».