Países del Caricom no están preparados para lidiar con la migración venezolana
La ola migratoria que se ha registrado desde Venezuela a partir de 2016, ha puesto en alerta a todas las naciones vecinas. Las islas que componen el Caricom también se han visto afectadas por este fenómeno, pero advierten que su capacidad para ayudarlos se ven mermadas por sus recursos limitados
Con el comienzo de la más larga crisis humanitaria vista en Latinoamérica, los países vecinos de Venezuela en el Caribe se encuentran analizando la situación, mientras sus miedos salen a flote por la masiva llegada de ciudadanos venezolanos a sus costas. Los números se han incrementado de forma dramática en los últimos seis meses en Curacao, Aruba, Barbados, República Dominicana, Grenada, Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam.
El flujo inicial de salida de venezolanos desbordó las fronteras de los países que comparten frontera con Venezuela (Colombia y Brasil) empezó con más de 600.000 personas, lo que según Politican Insights, se ha registrado un incremento en estos números en un 600% desde 2017.
Debido a que se les ha dificultado a los migrantes venezolanos entrar en las naciones vecinas desde 2016, han volcado su mirada a través de los países que conforman la Comunidad del Caribe, mejor conocida como Caricom.
De acuerdo a datos del mencionado portal, han sido varias las islas que han experimentado un aumento de venezolano dentro de cada uno de esos territorios. Trinidad y Tobago, desde 2017, ha reportado un incremento de 200% en el número de migrantes con 40.000 desde 2017; Curazao documenta 5.000; Aruba, 20.000; Barbados, 12.000; República Dominicana 35.000, mientras que Guyana y Surinam no tienen políticas migratorias ni planes para lidiar con esta problemática.
El artículo hace referencia que los demás países que integran el Caricom se encuentran trabajando de la mano con Acnur para tratar de hacer frente a la situación, pero los esfuerzos hasta el momento han sido infructuosos porque las naciones del Caribe continúan cayendo frente a las denominadas naciones en desarrollo y continúan luchando para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, por lo que su limitada infraestructura impide poder ayudar y acoger a los migrantes venezolanos.
A pesar de que el gobierno de Nicolás Maduro mantiene buenos negocios con algunos países del Caricom, el tema migratorio ha tensado las relaciones porque ahora los países de este bloque deben enfrentar por un lado las relaciones diplomáticas con las autoridades venezolanas, mientras que prestan asistencia a los migrantes que salen de nuestro país.
Con las sanciones impuestas por Estados Unidos, no se avizora un cambio de Gobierno, sino más bien una profundización de la crisis en materia de Derechos Humanos.