Bien por Ecuador, por Sergio Arancibia
Ecuador acaba de dar dos pasos importantes en su búsqueda de mayor apertura comercial y financiera. Por un lado ha manifestado su deseo de formar parte de la Alianza del Pacífico – bloque confomado por Chile, Perú, Colombia y México – y, por otro lado, ha firmado un tratado comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio, EFTA, bloque conformado en Europa por Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein.
Hoy en día Ecuador es un país que participa en varios bloques comerciales, políticos y/o económicos. Por un lado sigue siendo parte de la Comunidad Andina de Naciones, es parte del Alba, pertenece a la OPEP, es miembro de la OEA, además de ser socio de Aladi, y país asociado al Mercosur. Tiene, además Acuerdos de Complementación Económica plenamente vigente con Chile y otros países latinoamericanos. Este despliegue de acuerdos pone de relieve, en primer lugar, que el desarrollo de todo país pasa hoy en día por desplegar relaciones económicas pactadas o negociadas con un amplio abanico de países, alejándose tanto como se pueda del aislacionismo principista. En segundo lugar, Ecuador parece considerar, sin dogmatismo alguno, que la pertenencia a cada uno de estos bloques político – económicos no es un obstáculo para la pertenencia a otro. No se trata de un casamiento monogámico, sino de decidir, con cada país o grupo de países, como se pueden potenciar recíprocamente el comercio y las finanzas de modo de generar una situación gananciosa para todos los países que concurren a cada proceso de negociación.
La incorporación a la Alianza del Pacífico no será fácil ni inmediata, pues para concretar esa iniciativa debe primero tener un acuerdo comercial con México, pues es condición para ingresar a ese bloque tener tratados comerciales preferenciales firmados con cada uno de los países miembros. Pero la definición de política ya explicitada permite adelantar diálogos y acuerdos que harán más fácil todo el proceso. En este caso, como en muchos otros, la voluntad política es el elemento central que ayuda a facilitar los problemas técnicos que puedan estar presentes. Es dable esperar que la incorporación de Ecuador a la Alianza del Pacífico fortalezca este bloque y permita avanzar hacia la fusión o por lo menos la confluencia entre el Mercosur y la Alianza, lo cual sería un gran paso adelante en los esfuerzos integracionistas de la América Latina.
El acuerdo con la EFTA completa para Ecuador su despliegue de acuerdos comerciales preferenciales con el conjunto de Europa, pues ya tiene un tratado de la misma especie con la Unión Europea, que es un bloque diferente, en el cual participan 28 países. Este acuerdo recientemente firmado – como la mayoría de los acuerdos llamados de última generación, incluye no solo comercio y reducción de aranceles, sino también temas tales como el comercio de servicios, compras gubernamentales, inversiones, etc. Se logra con todo aquello un sistema de normas claras, permanentes y transparentes que beneficia a todas las partes involucradas
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