CIDH trabaja para que Nicaragua no se transforme en “una nueva Venezuela”

El secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abráo, dijo que las similitudes entre lo que ocurre en Venezuela y Nicaragua es que las autoridades de ambos países han decidido cerrar las puertas a una posible “conciliación para alcanzar soluciones a la crisis”
El viernes 20 de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aseguró que está haciendo todos los esfuerzos necesarios para que Nicaragua no se “transforme en una nueva Venezuela”. Explicando que el país sudamericano ha pasado a ser una nación “cerrada” donde se cuestiona la legitimidad de sus instituciones.
Estas declaraciones las ofreció el secretario ejecutivo de la organización internacional Paulo Abráo, quien informó que durante las protestas que se han venido dando en Nicaragua para exigir la salida democrática del mandatario Daniel Ortega, más de 300 personas han sido asesinadas por las “turbas” o grupos armados adeptos al presidente y por efectivos de la policía nacional.
Dijo que las similitudes entre lo que ocurre en Venezuela y Nicaragua es que las autoridades de ambos países han decidido cerrar las puertas a una posible “conciliación para alcanzar soluciones a la crisis”.
Abráo señaló que, la diferencia entre estas naciones ha sido el rol que han jugado los cuerpos de seguridad «en Nicaragua las Fuerzas Armadas todavía no se han decidido explícitamente a apoyar al Gobierno”, en Venezuela los componentes militares han manifestado su respaldo al mandatario Nicolás Maduro y han sido los encargados de reprimir y perseguir a la disidencia.
En mayo el Ejército del país centroamericano decidió públicamente ponerse en contra de las medidas asumidas por el Gobierno, y aseguraron que no se prestarían para reprimir a los manifestantes.
La CIDH ha señalado en reiteradas oportunidades que las “turbas” o grupos paramilitares que asesinan y agreden diariamente las protestas en contra de Ortega y su gabinete, actúan con el total consentimiento de la policía nacional.
Organizaciones políticas de Nicaragua han pedido al jefe del Ejército, Julio César Avilés, que desarticule a estas bandas delictivas que buscan a través de la fuerza cesar con las protestas antigubernamentales.
Según dijo Abrão, la CIDH «está identificando cada vez más que Nicaragua camina hacia lo que ha pasado en Venezuela, es decir, un país cerrado, con un autocuestionamiento de sus instituciones democráticas».
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