Apellido sefardí: el nuevo boleto de los venezolanos para migrar a España
Los venezolanos son los mayores solicitantes del pasaporte español gracias a una ley poco conocida, que permite a todo el que demuestre ser descendiente de los judíos obligados a salir de España antes del descubrimiento de América recuperar la ciudadanía
Autor: Jorge Hernández
En los primeros siete meses del año, la Asociación Sefar Venezuela recibió 10 mil solicitudes de ciudadanos que quieren obtener un pasaporte de la comunidad europea para migrar a España al amparo de un programa inédito.
Se trata de una posibilidad de salida a la crisis que se vive en el país gracias a una resolución del gobierno español que busca resarcir un daño cometido hace más de 500 años, al permitir a los descendientes de los judíos sefarditas volver a este terruño de Europa tras ser expulsados en 1942.
Es pues un reparo del gobierno español que provocó la salida de más de 80 mil judíos sefarditas de la Península Ibérica durante el reinado de Isabel y Fernando, cuando se les consideraba un peligro para la religión católica y que en 2015 se revirtió con una ley que permite a esta comunidad y sus familiares volver a España.
A Venezuela el mayor número de sefardíes llegó al estado Falcón, mientras que otros se repartieron por diferentes puntos de la geografía, según informa Lorena Velázquez, quien desde febrero inició su proceso legal para obtener su pasaporte español.
Conozca aquí si su apellido es de origen sefardita
Crisanto Antonio Bello Vetencourt, presidente de Sefar Venezuela y miembro del Instituto Venezolano de Geneología, explica que este año las solicitudes para la obtención del pasaporte español se cuadruplicaron y que ahora manejan listas de espera para atender con orden a los venezolanos, quienes deben probar que por sus venas corre sangre de auténticos sefarditas.
Camino de regreso
«Es un procedimiento que hacemos con expertos en el área y con venezolanos que han conseguido el pasaporte español. Las solicitudes crecieron tanto que ahora tenemos a personal contratado en Venezuela, España, Estados Unidos y Colombia», afirma Bello, abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
El también experto en paleografía describe cómo es el proceso para que los descendientes de judíos sefardíes puedan obtener su pasaporte español.
«En la fase uno se debe demostrar que eres descendiente de los judíos sefarditas a través de la Asociación Israelita Venezolana. Hay muchos ciudadanos que los obligaron a convertirse en cristianos para protegerlos», comenta Bello en un contacto telefónico desde Sevilla, España.
Asegura que cuenta con los documentos para probar si el apellido de algún venezolano es descendiente de los judíos sefarditas, tras sus investigaciones en el Archivo Histórico Nacional de España. «Revisé los expedientes en el Archivo de la Inquisición», afirma.
Luego de demostrar con pruebas que un venezolano es de la comunidad sefardí que vivió en la Península Ibérica antes de 1942, se inicia una segunda fase ante Federación de Comunidades Judías de España para corroborar que el expediente de Sefar Venezuela, o de cualquier otra institución o particular dedicados a ejercer la misma función, es verdadero y legal.
«En la tercera fase el venezolano, quién no tiene que renunciar a su nacionalidad, debe viajar a España para firmar su documento en una notaría. Se consigna el expediente ante el Ministerio de Justicia en Madrid y luego nos ponemos en contacto con el notario», indica Bello.
En Sefar Venezuela cuentan con 120 documentos que deben ir a notaría en poco tiempo. «Tenemos un segundo grupo integrado por 500 venezolanos que esperan por asignación de notario y la firma del documento que prueba que es parte de la comunidad sefardí», precisa Bello, quien precisa que el gran número de solicitudes acumuladas obedece en parte a la dificultad de obtener un pasaporte venezolano. «Este mes tenemos 9.200 solicitudes y alrededor de 3 mil casos aceptados», afirma.
El costo de volver
No es barato obtener el certificado de linaje sefardí. Aunque los costos varía, la primera fase del proceso tiene un precio de unos 800 euros, precisa Bello. A esto se suma que en la Asociación Israelita cobran 250 dólares por el certificado que prueba que un venezolano en descendiente de los judíos sefarditas.
En la Federación de Comunidades Judías de España el trámite de validación de documentos tiene un costo de 800 euros. También cobran 100 dólares por la emisión de certificados. En la tercera fase el costo por abogados y notaría ronda los 2.500 euros.
«El Gobierno de España tiene 12 meses, según la ley, para pronunciarse sobre cada caso. Si un ciudadano tiene antecedentes penales su caso puede ser rechazado», agrega Bello.
¿Quiénes aplican?
Hasta el año pasado, el Gobierno español había nacionalizado a 1.708 descendientes de los judíos que en 1492 se vieron forzados a salir de España a través de la aplicación del Edicto de la Alhambra.
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Los judíos solicitantes de la nacionalidad española en 2016 eran procedentes en su mayoría de Israel, seguidos de los nacionales de Venezuela y Colombia. Al año siguiente, sin embargo, las cifras cambiaron, y los venezolanos pasaron a encabezar la lista, multiplicándose por tres; los israelíes también aumentaron, pero en mucha menor proporción, según reseña el diario ABC de España.
«Es evidente que el alarmante deterioro de la situación en Venezuela ha sido un factor de primer orden para explicar lo sucedido», reseñó ABC.
Siglos de espera
Lorena Velásquez, profesional venezolana, comenta que se enteró por redes sociales sobre el procedimiento e inició su caso con apoyo de expertos del país. «Lo vi por muchos años por Facebook. No sabía si era cierto hasta que supe que amigos cercanos lo hicieron. Me pudieron los nombres de mis padres y abuelos para investigar mi caso. Blanca de Lima, venezolana, tiene sede en Curazao y en el caso de ella te pide fechas y nombres completos de los parientes», revela.
Velásquez consignó partidas de nacimiento de sus parientes para iniciar su caso. «A cada quien le piden sus datos y partidas de nacimiento de padres y abuelos. Todo tiene un costo. Luego determinan el árbol geneológico hasta los tatarabuelos. Y después mandé mi certificado de matrimonio, copias de pasaporte y partidas de nacimiento para la primera fase».
Para continuar el proceso, le informaron que debía aplicar a un examen de cultura general española. «Te descargas una aplicación en el celular del Instituto Cervantes. (APP). Es una fase donde no pagas, si no te inscribes para el examen de cultura general. La demanda en Venezuela es alta, puedes presentarlo en Bogotá, Líbano o Cuba. Luego lo mandan a España y tardan dos semanas en dar el resultado. Son 25 preguntas y debes aprobar con 15. No es complicado. Es cultura general, historia y de artistas, Carta de Santiago, vida de los reyes de España y eventos reales, entre otras», dice Lorena Velásquez.
Wilfredo González, solicitante, explica que inició su proceso en 2017 y al poder comprobarse su descendencia sefardita pudo dar curso a su caso con un abogado experto en la materia. » La última parte es la obtención de documentos en Venezuela y afuera. Luego te llaman para que vayas a firmar en España que eres judío y debes esperar el pasaporte. Es un procedimiento de alrededor de un año», dice.
Velásquez indica que los españoles esperaban que con el decreto se inscribieran como 200 mil ciudadanos. Sin embargo, desde 2015 hasta 2018 sólo se alcanzaban como 20 mil solicitudes
«Los venezolanos que se inscriben es por la situación país. Los que más aplican son los mexicanos y venezolanos. En el resto del mundo no es pensando eso, no prevén una segunda nacionalidad», dice, agregando que en España iban a cerrar el proceso en julio de 2018 y lo extendieron hasta 2019. » El proceso por Portugal es más rápido», dice.
En el caso de Velázquez pagó 500 dólares la primera fase. El exámen del Instituto Cervantes le costó 85 euros. Luego en la Federación de Comunidades Judías de España le cargaron la información de su caso por 500 dólares. Y pagó, además, 65 euros por la emisión de su cetificado como descendiente de los judíos sefarditas.
Añade que luego le piden realizar una donación a una organización no gubernamental española. Luego todos los trámites de la tercera fase le cuestan unos 1.500 euros o su equivalente en dólares. «Es un proceso más económico que una visa», concluye.