Caraqueños se quedaron a oscuras y se movieron a pedal y bomba
El apagón que dejó a Caracas sin servicio eléctrico desde la mañana hasta aproximadamente las 3:00 de la tarde le agregó otra escala de caos a la cotidianidad de los caraqueños que ya viven con un transporte reducido, una crisis de efectivo que se agrava y la operatividad a medias en el sistema Metro
Ya iba por Chacaito con más de la mitad del camino recorrido, bañado en sudor y con una botellita de agua en la mano, cuando notó que estaba llegando la luz en los comercios alrededor. Pero ya no tenía sentido alegrarse. Ramón Tovar había salido en la mañana desde su casa en Gato Negro hacia Chacao a cobrar un trabajo pendiente y se encontró con el apagón que dejó a 80% de los caraqueños sin servicio de energía eléctrica, así que sin contar con el Metro operativo y después de más de un intento fallido de montarse aunque sea guindado en la puerta del autobús, decidió cruzar la ciudad a pie.
«Caminé y caminé a ver si podía agarrar la camionetica en la parada más adelante y cuando me di cuenta ya iba por Plaza Venezuela, y nada que llegaba la luz ni funcionaba el Metro y como no tenía plata para agarrar mototaxi, me puse a conversar con la gente que iba caminando cerca y sin darme cuenta ya iba por Chacaito». Pudo concretar su diligencia gracias a la única hora de la mañana en la cual se restableció el servicio durante el mediodía. «Pero a la 1:00 pm cuando me iba a devolver a mi casa se volvió a ir la luz y aquí estoy esperando (2:25 pm) a ver si abre el Metro y me puedo ir aunque sea apretujado».
Se detuvo en el kiosco a comprar un agua más fría porque la que llevaba estaba más caliente que la temperatura ambiente. A su lado iba Zenaida, a quien consiguió a la altura de Plaza Venezuela y se fueron conversando para sentir que hacían el camino más corto. Zenaida, una recepcionista que trabaja en una oficina en Altamira, se dio cuenta que se había ido la luz cuando miró hacia el reloj de la torre La Previsora y la vio apagada. «Se fue la luz, lo que nos faltaba», fue lo único que atinó a decir y sin pensar mucho emprendió el camino por el medio del bulevar de Sabana Grande para sentirse acompañada.
El río de gente se fue haciendo compañía por largos tramos durante el recorrido y los que intentaban agarrar alguno de los pocos autobuses que siguieron trabajando, terminaban por arrepentirse y seguir la caminata al ver a la gente viajando guindada en las puertas.
En la esquina de la calle Élice, en Chacao, los mototaxistas se tomaron literalmente la frase «hacer su agosto». La carrera mínima rápidamente se montó en 4.000.000 de bolívares, nada soberanos. La falta de electricidad no fue impedimento para ellos porque como los puntos de venta presentaron fallas, los mototaxis aceptaban pago móvil o transferencias desde los celulares.
Después de la 1:00 pm, cuando se produjo la segunda interrupción del servicio eléctrico, comenzó a abarrotarse la parada de autobuses hacia Guarenas, Guatire e Higuerote de personas que trabajaron solo medio día. «No voy a esperar que llegue la luz, me voy a mi casa porque después sin transporte y al final de la tarde va a ser un infierno», dijo Nereida Guzmán, quien vive en Guarenas y trabaja en una oficina de contadores.
La línea 1 del Metro de Caracas reanudó operaciones aproximadamente a las 3:00 de la tarde pero la cantidad de usuarios superó rápidamente la capacidad de los trenes, por lo que la gente que esperaba en los andenes de estaciones con mucha afluencia como Chacaito, Chacao y Altamira tardaba entre 15 y 20 minutos entre tren y tren para poder abordar, así que muchos decidieron salir de nuevo a la superficie y seguir caminando.
«Esto es perder todo el día y lo peor es llegar a la casa igual de agotada porque se nos fue la mitad del día atravesando la ciudad. Cuando no es una cosa es otra. Sin agua, sin transporte, sin efectivo y ahora sin luz. Es un caos todos los días del mundo», dijo Guzmán a quien le esperaba por lo menos dos horas de espera y un largo recorrido en autobús para llegar a su casa en Guarenas.