Los DDHH en Venezuela pondrán a prueba el talante de Michelle Bachelet
Cuestionada por unos y vitoreada por otros, Bachelet asume un puesto muy delicado en momentos en que el gobierno es ampliamente cuestionado por su constante violación a los derechos humanos
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU estrenó nueva responsable hace apenas unas semanas en sustitución del príncipe jordano Zeid Ra’ad Al Hussein: la expresidenta de Chile y exsecretaria de ONU Mujeres, Michelle Bachelet. Su primera gran prueba en ese cargo la tuvo el 10 de septiembre, cuando en el discurso de apertura del 39° Consejo del organismo mundial, donde estableció algunas de las líneas que tendrá su gestión, entre ellas el tema de Venezuela.
Según la página de las Naciones Unidas, en la plenaria, la política de la nación austral -que llegó al cargo por nominación del secretario general Antonio Guterres y la aprobación de 193 países- pidió que se aborden las razones por las cuales se registran altos niveles de migración en nuestro país y Nicaragua, además que alertó que dicho flujo de personas cada vez va en aumento.
“El número cada vez mayor de personas que huyen de Venezuela y Nicaragua demuestra una vez más la necesidad de defender constantemente los derechos humanos”, precisó.
Además, dejó claro que el Gobierno que preside Nicolás Maduro «no ha demostrado apertura a medidas genuinas de rendición de cuentas respecto a las cuestiones documentadas por la Oficina durante las protestas masivas de 2017».
A pesar de este discurso, aceptó reunirse con el canciller Jorge Arreaza, quien expresó el 11 de septiembre que confía en que esa designación contribuya en la consolidación de las relaciones con el órgano mundial. “Tenemos plena confianza en que la nueva alta comisionada respetará su mandato e independencia, y tendrá la voluntad de comenzar una nueva etapa de cooperación”.
Esta primera actuación de Bachelet en el cargo podría dar a entender un poco cuál sería su actuación en se puesto mientras dure su período. Hay que recordar que la oposición chilena cuestionó su posición frente al gobierno de Maduro, pero también que la Mesa de la Unidad colocó al Ejecutivo de Bachelet entre los países que la representaban en los diálogos de República Dominicana y sus posiciones frente al gobierno venezolano en la Organización de Estados Americanos, además de la actuación del embajador chileno en Caracas, favorable a la oposición.
Vieja amiga
Para el internacionalista Kenneth Ramírez, el hecho de que la exmandataria chilena haya sido elegida en ese cargo ratifica el talante democrático que posee y considera que puede desempeñar un «papel importante» en esa oficina de la ONU, además refrendado por su amistad con el secretario general Guterres, ambos integrantes de la Internacional Socialista.
En una pequeña radiografía de lo que fue la gestión de Bachelet como del Estado chileno, dijo que era una mujer progresista pero que en su segundo mandato no logró el impulso total de la economía de su país. Dejó entrever que tuvo «relaciones cordiales» con Cuba y en esa etapa hubo una menor incidencia en el tema de los derechos humanos.
«Hay que resaltar que sus credenciales son pulcras. Sus convicciones sobre derechos humanos van a estar presentes a pesar de las limitaciones que tiene su cargo, como el principio de la no intervención», resaltó.
Por su parte, el también internacionalista Basem Tajelbine, expresó que la designación de Michelle Bachelet fue favorecida con el voto de Estados Unidos que, en su opinión, lo que busca es tener una «influencia» en esa oficina «tal como sucedió con Luis Almagro en la OEA; una persona que ha servido muy bien a los intereses de Estados Unidos».
Acotó también que al igual que Almagro, tiene orígenes en el socialismo, específicamente en el Partido Socialista de Chile, «un partido social-demócrata que nada ha respondido al legado de Allende»; por lo que considera que «pinta muy bien a las necesidades de Estados Unidos y con eso me refiero a que disfraza su procedencia con la política que en adelante podría seguir Estados Unidos en la región y en Venezuela».
¿Qué hace la Oficina de DDHH de la ONU?
Cuando se conoció la designación de Michelle Bachelet, el exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, declaró al canal chileno 24 Horas que la exmandataria chilena ocuparía un cargo de «gran importancia» debido a que sería responsable de velar por el respeto de los derechos humanos en el mundo y que a pesar de que esa Comisión está integrada por diversos estados, en muchas oportunidades era difícil llevar sus cometidos a cabo porque «predominan los intereses nacionales».
«El comisionado de DDHH solo responde de sus acciones al Secretario General y es ratificado por la Asamblea General de la ONU. Eso le da autonomía en su trabajo», resaltaba en esa oportunidad Insulza, sobre todo porque en la actualidad los derechos humanos son presa de «arranques autoritarios», principalmente en países de Asia y África.
De acuerdo a Wikipedia, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH tiene las siguientes funciones:
- Dirigir el movimiento internacional de derechos humanos desempeñando la función de autoridad moral y portavoz de las víctimas.
- Hacer declaraciones y llamamientos públicos cuando se desatan crisis de derechos humanos y viaja constantemente para llevar el mensaje de defensa de los DDHH a todo el mundo.
- Promover la educación en materia de derechos humanos e intenta estimular la prevención en temas tales como el tráfico de personas, el VIH, la biotecnología.
- Integrar conceptos y normas de derechos humanos en todos los ámbitos de la ONU.
- Prestar servicios de apoyo al Consejo de Derechos Humanos y a su Comité Asesor en sus respectivas reuniones.
El laberinto venezolano
Tajelbine dice que pueden existir «esperanzas» de que la exmandataria chilena pueda tener políticas más neutrales en la Oficina de DDHH y «no tan injerencistas» como las esgrimidas por Almagro al frente de la OEA. Sin embargo, hace hincapié en que durante el final de su segundo mandato tuvo cierta «posición injerencista» en la región, al formar parte del denominado Grupo de Lima y de otros espacios multilaterales «en donde se agredió a Venezuela y no se podría esperar algo muy diferente de Bachelet en las Naciones Unidas diferente a lo que fue Chile durante su Gobierno».
Mientras que Kenneth Ramírez insiste en que el estilo de Michelle Bachelet puede que no sea «tan frontal» como el de su predecesor Zeid Ra’ad Al Hussein, quien tuvo una política férrea contra el gobierno venezolano.
«Creo que mantendrá su deber de dirigir toda esta oficina de Naciones Unidas a través de declaraciones y llamamientos públicos al gobierno de Maduro y la publicación de informes si se producen violaciones a los DDHH. Aunque el estilo puede ser más diplomático, no creo que vaya a faltar a los DDHH porque seguirá la firmeza», destacó.
Ramírez estima que el papel «puede ser muy distinto» al que se tiene cuando se es presidente de un país, y en el caso de Bachelet, dice que su actuación fue más bien cauta al frente de la nación austral «aunque no menos crítica diplomáticamente hablando». Espera que desde el cargo que ostenta actualmente pueda promover visitas a nuestra nación y prestar apoyo para monitorear la situación que aquí se registra.
Entretanto, Tajelbine manifiesta que en la región hay una situación «muy cambiante» que puede influir en su accionar, como por ejemplo el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México o las elecciones en Brasil, en la búsqueda de un candidato que siga la misma línea ideológica del Partido de los Trabajadores «que cambiaría la configuración de la región no solo a favor de Venezuela, sino de una política menos injerencista y la retoma del sueño de integración».
Además, insiste en el «proteccionismo» que tiene Estados Unidos con países como Chile, Perú, Colombia o la Unión Europea, puede que generen una acción «disfrazada» contra el país y una posición a favor de EEUU violatoria del derecho internacional.
«Hay esperanzas de que no vaya a ser como esperaba, porque la ONU es un organismo multilateral donde hay muchos más países, más que en la propia OEA», recuerda.
¿Pro chavista?
Hay quienes cuestionan que Bachelet pueda tener una política similar a la del príncipe jordano. El sociólogo y diplomático Alfredo Michelena, refiere en un artículo del 15 de agosto de 2018 publicado en la revista Zeta, que durante el gobierno de Hugo Chávez, Michelle Bachelet tuvo algunas posturas ambivalentes.
«No solo evitó, sino que celebró alguna de las acciones internacionales de Chávez, incluso mantuvo una posición guabinosa junto con su compatriota, José Manuel Insulza, quien era Secretario General de la OEA, la cual en muchos casos favoreció al régimen de Caracas. Pero por otra parte, Bachelet tuvo varios encontronazos con Chávez, como el que sucedió cuando ella invitó a la Cumbre de Líderes Progresistas celebrada Chile (2009) al vicepresidente de EEUU.Joe Biden, y al primer ministro británico, Gordon Brown. Chávez señaló en esa ocasión: “no le hace nada bien a la unidad de Suramérica que la presidenta de Chile convoque a una reunión con dos representantes de los imperios», señaló.
Aunque también hace referencia a que durante el Gobierno de Nicolás Maduro tuvo una posición más crítica aunque «muy eufemísticas».
En resumen, Bachelet es vista como una posible amiga del régimen venezolano cuya postura institucionalista podría llevarle a ejercer más presión sobre el Palacio de Miraflores, todo en aras de hacer prevalecer el respeto a los derechos humanos en un país cuyo gobierno ha sido seriamente acusado por violarlos sistemáticamente. Solo el tiempo dirá cuál será su postura frente a este espinoso asunto.