Los asesores del régimen: La otra cara, por Alberto Lovera
Aunque Maduro dijo que había preparado personalmente su plan económico, el llamado paquete rojo, se sabe que hay tras bambalinas más de un asesor que ha actuado para su diseño y presentación.
Esta historia de los asesores es de larga data. Desde que Chávez llegó al poder han desfilado diferentes personajes y equipos. En la actualidad al parecer han aparecido otros protagonistas, según nos ha hecho saber el periodismo de investigación que tan acucioso ha sido para develar los hilos secretos del poder en la Venezuela actual.
Ese mundo de las asesores y sus vericuetos es el tema central de la novela de Manuel Acedo Sucre, La otra cara (Oscar Todtmann Editores, Caracas, 2016) que hace un par de años se publicó. Muchos de sus pasajes nos recuerdan esa particular relación entre estos personajes y el poder.
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Acedo Sucre se inició en las lides de la narrativa en el 2012, ya había publicado dos novelas anteriormente a esta, cuando había pasado el medio cupón de su vida. Tiene un lenguaje diáfano sin muchos rebuscamientos que nos permite leerlo con agrado, aunque dejando caer consideraciones muy agudas sobre la realidad que describe.
La novela se desarrolla en dos planos: la entrevista de un asesor del gobierno y una historia paralela sobre el acoso a un joven estudiante, toda una metáfora sobre la agresión en la vida cotidiana
El retrato de los asesores muestra todo el cinismo que supone este oficio, satisfacer los objetivos del cliente sin cargar los costos (o beneficios) políticos que obtenga por la aplicación de sus recomendaciones. ”Ningún asesor va a responder por nada. Acuérdate de que las decisiones las toman Chávez o Maduro, o el que esté ahí. Nosotros no. Los asesores representamos, si acaso, las eminencias grises tras los líderes”. O las de otro pasaje: “yo no digo que las políticas populistas que recomendamos los asesores le convengan al país, o al pueblo o a las clases más necesitadas; yo digo es que les convienen a estos líderes que me contrataron a mí para que les diga qué es lo que les conviene –lo que les conviene a ellos para mantenerse en el poder”.
Esta novela aunque muestra la trama entre asesores y políticos de un régimen autoritario, nos hace ver las claves para entender cómo funciona este tipo de modelo, y cómo sus limitaciones estructurales tardaron en manifestarse por la confluencia de un liderazgo carismático que contó con una plétora de recursos para extender las ilusiones que se pusieron al descubierto con la desaparición física del líder y la declinación abrupta de los recursos que le permitieron mantener un apoyo popular que se fue desvaneciendo, dejando a la represión de la disidencia como una necesidad para evitar que los desplacen del poder.
A fin de cuentas esta novela nos habla “sobre cómo funcionan las relaciones de poder y cuál es rol de un asesor político como yo” (o tantos otros).
Se han podido atornillar al poder, pero retados por una realidad que día a día se les hace cada vez más inmanejable. Los consejos de sus asesores ya no son suficientes, los nuevos ensayos de perpetuación son más difíciles porque el expediente a la represión tiene sus límites. El fin de este ciclo político autoritario es una posibilidad, aunque tarde en concretarse y esté lleno de obstáculos, pero no imposible.
Los asesores del régimen le habrán podido dar consejos para extender su permanencia en el poder, pero están en cuenta regresiva. No pudieron o no quisieron concretar una ruta que le diera la prosperidad ofrecida al pueblo venezolano y más temprano que tarde buscará otro camino y logrará labrarlo.