Justicia social no es socialismo, por Fernando Luis Egaña
Está muy trillada la expresión de «no confundir la gimnasia con la magnesia», en el sentido de que las palabras suenan parecidas pero se refieren a cosas muy distintas. Pero la referida expresión es pertinente a estas líneas, porque se entiende sin problemas. De allí que cambiando lo cambiable, hay que decir algo similar en relación con el principio de la Justicia Social y la ideología socialista-marxista.
Confundirlos es un absurdo conceptual. Pero ocurre y cada vez con más frecuencia, en nuestra abatida Venezuela. De manera que si alguien se presenta como partidario de la justicia social, en lo nacional o internacional, de inmediato es calificado, por ciertos comentaristas de las redes sociales, de socialista-marxista o, cuando menos, proto-socialista-marxista. Lo cual, desde luego, no se puede aceptar.
La superación del socialismo-marxista no está en el liberalismo irrestricto. En el imperio soberano de los mercados. No. Debe estar en una sana combinación de libertad económica y responsabilidad social. De hecho, en Alemania o Japón es así, para no hablar de los Estados Unidos, cuyo sistema económico no es ajeno, para nada, a la regulación extensiva del Estado. Y ojo, hay regulaciones que pueden responder al principio de la Justicia Social, y otras que no.
*Lea también: Las brechas en desarrollo humano, por Marino J. González R.
Todo esto viene a cuento, porque es sumamente peligroso que por ignorancia, por dogmatismo, o hasta por mala fe, se trate de formar una corriente de opinión en favor de que el principio histórico de la Justicia Social –fundamento, por ejemplo, de la Doctrina Social de la Iglesia– no es más que una manifestación de rancio marxismo o anticuado socialismo. Y no es así. Ni en su génesis histórica, ni en su definición doctrinal, ni en el campo de las políticas públicas.
El comunismo, en sus variadas vertientes: ortodoxo o “socialismo real”, eurocomunismo, socialismo “borbónico” (que ni olvida, ni aprende), etcétera, es la imposición del colectivismo, la supresión de las libertades económicas y los derechos de propiedad, y el encumbramiento de una dictadura política, económica, social y cultural, en cabeza del partido único.
Eso no tiene nada que ver con la noción de Justicia Social, en un contexto de primacía de la iniciativa personal, del principio de subsidiaridad, y de búsqueda del bien común, respetando el pluralismo e impulsando los valores democráticos. Entonces, por favor, no confundamos la Justicia Social con el socialismo marxista. Favor recordar lo de la gimnasia y la magnesia…