Nuevo presidente de Brasil es un feroz crítico de Maduro: ¿Será eso bueno para Venezuela?
¿Brasil se aventuraría a una invasión de Venezuela? El escenario es improbable, pero Bolsonaro ha dado señales de que su política externa será de sumisión a los EEUU de Donald Trump
Autor: Fabiano Maisonnave| Especial para TalCual
Entre comparaciones apocalípticas y amenazas de invasión bélica, Venezuela estuvo presente casi a diario durante la tumultuosa campaña electoral brasileña. Con la victoria del capitán retirado del Ejército Jair Bolsonaro, las principales dudas acerca del futuro de las relaciones bilaterales son de orden humanitaria, diplomática y bélica.
Antes de abordar esos temas, una consideración. Durante la campaña, Bolsonaro acusó su opositor de PT, Fernando Haddad, de tratar de convertir Brasil en una dictadura de izquierda como Venezuela. Críticos de candidato de la extrema derecha, por otro lado, dicen que sus propuestas de aumentar el número de jueces de la Suprema Corte y nombrar ministros militares lo acercan de las prácticas chavistas.
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Es cierto que, bajo los gobiernos de PT, Brasil respaldó la transformación de Venezuela hacia una dictadura. Sin embargo, no trataron importar la formula de copar instituciones y cambiar las reglas del juego mientras estaban en el poder. No hay evidencia más grande de ello que la prisión de Lula y el impeachment de Dilma.
Ya la comparación entre Bolsonaro y Hugo Chávez permite más semejanzas: la visión militarista de la administración, el desprecio por instituciones y reglas democráticas, la desconfianza de asesores civiles, el discurso del odio y los ataques a la prensa crítica, son rasgos comunes a los dos.
El mismo Bolsonaro ya admitió esas semejanzas. En una entrevista al diario O Estado de S. Paulo publicada en 1999, el entonces diputado dijo que la elección de Chávez «es una esperanza para América Latina y me gustaría mucho que esa filosofía llegase a Brasil”.
«Creo que él (Chávez) va a hacer con mucha más fuerza lo que los militares hicieron en Brasil en 1964 [implantación de una dictadura]”, dijo Bolsonaro, cuyo ídolo mayor es el coronel del Ejército Carlos Brilhante Ustra, un sádico torturador de presos políticos, incluso niños.
Si el menosprecio a la democracia acerca Bolsonaro a Chávez, el presidente electo brasileño es aún más radical en otros temas. Autodeclarado un homofóbico orgulloso, tiene decenas de declaraciones en contra gays, como a de que sería incapaz de amar a un hijo homosexual.
El capitán también ya dijo que “las minorías se adecuan o sencillamente desaparecen”. No es coincidencia que él ganó el respaldo de exlíder de la KKK, David Duke: “Él suena como nosotros.”
Con ese pequeño perfil en mente, pasemos a una especulación controlada acerca del futuro gobierno Bolsonaro con relación a Venezuela.
Los inmigrantes venezolanos
Viven en Brasil alrededor de 30.800 venezolanos, según números oficiales. De estos, 10 mil cruzaron la frontera en los primeros seis meses de este año. Bajo la ley actual, tienen dos opciones para quedarse en el país: solicitud de refugio o registrarse como residente temporal, con posibilidad de convertirse a permanente.
Bolsonaro, que en 2015 declaró que en los refugiados son “la escoria del mundo”, acusa la actual legislación de dejar las “fronteras abiertas”. Él ha propuesto la creación de campos de refugiados en Roraima, en la frontera con Venezuela, pero negó que cerrará el paso o que habrá deportaciones masivas.
En las últimas semanas, el centro de acogida de inmigrantes de Manaus ha orientado a los cientos de venezolanos que llegan a cada semana a solicitar refugio, estatus protegido por tratados internacionales, y no residencia temporal, ya que es basado en una legislación más vulnerable a cambios.
¿Ataque militar?
La frase es del diputado Eduardo Bolsonaro, el hijo de Jair Bolsonaro, a una multitud en el último domingo: “El general Mourão (vicepresidente electo) ya lo dijo: la próxima operación de paz en Brasil será en Venezuela. Vamos a liberar nuestros hermanos del hambre y del socialismo. La mejor solución a la crisis migratoria que vivimos es la salida de Maduro del poder!”.
¿Brasil se aventuraría a una invasión de Venezuela? El escenario es improbable, pero Bolsonaro ha dado señales de que su política externa será de sumisión a los EEUU de Donald Trump. En octubre de 2017, durante un evento, él llegó a hacer el gesto militar de continencia a la bandera americana.
En la campaña, prometió salir del Acuerdo de París (después echo para atrás) y de trasladar al embajada de Brasil de Tel Aviv para Jerusalén. Si cumple esas promesas, será el único país del planeta a adherir a las dos medidas más representativas de la política externa unilateral de Trump.
En el caso de una acción en contra Venezuela, es de suponer que Brasil también estará alineado con Washington en una aventura militar. Hay que sopesar también una posible resistencia interna en las Fuerzas Armadas. El último conflicto bélico de Brasil en el continente fue la Guerra del Paraguay (1864-1870).
Relaciones bilaterales
Desde el impeachment de Dilma en el 2016, las relaciones entre Brasil y Venezuela siguen un deterioro continuo. En diciembre de 2017, Maduro expulsó el embajador brasileño, Ruy Pereira.
Sin embargo, Itamaraty, que tiene un cuerpo profesional, ha logrado la continuación de un mínimo de relaciones diplomáticas para que haya canales de negociación para temas como inmigración, control de enfermedades como sarampión y el suministro de energía venezolana a Roraima, entre otros temas.
Las declaraciones belicistas de Bolsonaro y sus aliados al régimen de Maduro hacen difícil predecir si el pragmatismo de Itamaraty va a sobrevivir. En un caso de ruptura total, la vida en la frontera se hará más dura, con consecuencias negativas para los moradores de ambos los lados en cuestiones de salud pública, suministro de alimentos y otros temas.
Tomar en cuenta
Es comprensible entender por qué a muchos venezolanos desesperados para salir de la pesadilla de Maduro, la elección de Bolsonaro suene una buena noticia. A los que sueñan con soluciones democráticas y se preocupan con los miles de compatriotas que ya viven en Brasil, un gobierno liderado por un militar autoritario debería generar rechazo y preocupación, por razones obvias.