Teodoro, el hombre que venció a Chávez, por Andreina Mujica
@andreinamujica
El catire Petkoff, el periodista, político, economista, escritor, fundador de instituciones que hicieron país, hoy Venezuela está de luto pero celebra haber tenido en su vida democrática a un hombre de verbo feroz y reflexión sagaz.
Teodoro fue llamado a la historia de un país para marcar dos dictaduras con su lucha, construir la única democracia que se consolidó por 40 años, y que él trabajó por dos décadas para recobrarla.
Teodoro dejó un diario combativo donde todos tuvimos cabida, conversar con él era disfrute por saber que aun cuando no estuviese de acuerdo tenía la belleza y la sagacidad de escuchar, no dejaba de dar miedo encontrarse para hablar con Petkoff, no era un tipo que buscase la simpatía o la venia del oponente, pero siempre daba un latir apresurado y unas ganas de que ese tiempo de encuentro con él fuese eterno.
Debatir con argumentos y saber callar si de eso se trataba, transmitía seguridad, uno como pichón de periodista, sólo sabía que él iba a recibirte con honestidad lo que pensaba, la poca destreza se le vio en la mentira, fue siempre claro y raspao, el zuliano más representante de todas las regiones del país que uno haya conocido»
Teodoro era denuncia y credibilidad, no le hacía falta guion, él era su único guion, entrevistado o entrevistador, advirtió el desastre que venía siendo Chávez, con respeto, con verbo y argumento, atrevido y sin miedo cuando fue despedido como director del Diario El Mundo y arrancó TalCual con un directo « Hola Hugo », marcando así su línea editorial, como es el periodismo contra poder.
Fue el hombre al que Chávez le temió y a quien nunca fue capaz de enfrentar. Teodoro era de inteligencia frontal, no tomaba veredas para perder el camino. Preso en varias ocasiones logró escaparse y por ello decía: « el trabajo de un perseguido político es no dejarse atrapar » se preocupó con gran perseverancia el problema del sistema penitenciario, no creía en el castigo sino en la reforma de esos presos, fue un hombre que supo lo que era manejar armas pero prefirió la palabra, creyó y apoyó a los nuevos líderes en la oposición, trabajó por la unidad y nunca le pudieron quitar su libertad. Nació y murió con la tranquilidad de saberse un hombre libre. En una ocasión hace ya una década de visita en su casa, le presente un proyecto que buscaba aniquilar el odio, llegué con un marco bajo el brazo, le pedí enmarcarse por Venezuela, él tomó el marco y se ubicó como quiso, al rato me dijo: « Usted si inventa vainas hija, como su padre, no deje de hacerlo ».
Teodoro venció a Chávez con periodismo y lo sepultó, a nosotros nos queda seguir inventando, creando y creyendo en el periodismo, en la palabra, y en la democracia.
En una entrevista con Shirley Barney hace apenas tres años llegó a decir sobre Chávez « De los muertos no hay que hablar, Chávez lleno un espacio en el país » prefirió hablar de Maduro, de la actualidad, supo vivir cada momento histórico, con Petkoff se solidifica la resistencia de un país, las redes se vistieron color Teodoro, hoy no muere, se convierte en un símbolo vivo de hacer política, de hacer periodismo de rehacer un país. Gracias Teodoro, por una vida dedicada a un país, « estamos mal », pero con tu guía, que nos dejaste escrita y a viva voz, seguimos.