Aumento de 150% del salario mínimo reconoce avance de la hiperinflación
Se trata del sexto anuncio de alza salarial en un año y el número 26 desde que Maduro llegó a la presidencia en abril de 2013
Lejos de ser un premio para los trabajadores que dice defender, el aumento de 150% del salario mínimo decretado por Nicolás Maduro para entrar en vigencia este 1° de diciembre es un abierto reconocimiento del avance de la inflación, además de una muestra de que el gobierno nada ha podido hacer para frenarla.
El alza del salario mínimo, que pasó de 1.800 a 4.500 bolívares soberanos a través del subterfugio del aumento del petro, es a todas luces un incentivo a la hiperinflación, que cobrará bríos con un incremento que superó todos los pronósticos hechos por economistas y líderes empresariales.
Se trata del sexto anuncio de alza salarial en un año y el número 26 desde que Maduro llegó a la presidencia en abril de 2013.
Pese a que se trata de un alza más que considerable (150%), queda si embargo muy por debajo de la inflación: solo en el mes de octubre el índice de precios al consumidor subió 148%, de acuerdo con los cálculos de la Asamblea Nacional, mientras que en septiembre (tras el alza del salario mínimo a Bs 1.800) la inflación se disparó por encima de 233%.
Solo este año el salario mínimo ha sufrido un incremento de 4.497,52 soberanos al pasar de 248.510 bolívares fuertes (2,48 soberanos) a principios de enero, a 4.500 soberanos a partir de este 1° de diciembre.
No obstante el increíble aumento salarial en lo que va de año, los cálculos matemáticos apuntan a que la caída del poder adquisitivo seguirá deteriorándose. Al respecto, el economista Luis Oliveros estima que para el cierre de año el poder de compra pudiera haber perdido cerca de 90% de su capacidad.
Aún con este aumento de salario, lo más probable es que el salario real cierre este año 2018 con una caída del 93% = caída en el poder adquisitivo.
El problema principal es la Hiperinflación.
Qué difícil es entender eso para el gobierno.— Luis Oliveros (@luisoliveros13) 30 de noviembre de 2018
Al margen de ello, vale la pena preguntarse de dónde saldrán los recursos para pagar el aumento y los bonos prometidos por Maduro este 29 de noviembre, habida cuenta de la drástica caía de la producción petrolera, que ya raya en los 1,1 millones de barriles, unos 750.000 barriles menos de lo que se producía a principios de 2018.
En este mismo contexto, es oportuno señalar que el aumento de la base de cálculo del petro (que pasó de 3.600 a 9.000 soberanos) se traduce en una nueva devaluación del bolívar -la sexta en lo que va de año-, que echa por tierra 60% del valor del actual signo monetario apenas tres meses después de su lanzamiento.
La ecuación es sencilla: el petro correspondía a Bs.S 3.600, o lo que es lo mismo, a un barril de petróleo, anclado hasta ahora en 60 dólares. Pero al aumentar a Bs. 9.000 significa que el dólar pasó de 60 a 150 bolívares soberanos; una devaluación superior a 60%.
Obviamente, la devaluación significará un aumento inusitado de la inflación, que superará con crece el 233% alcanzado en septiembre pasado.