¿Pensar con el corazón?, por Américo Martín
El sistema totalitario pretende imponer un común denominador a todas las actividades humanas
Claude Lefort (1981)
¿Pensar con el corazón? Metafóricamente se afirma que en ese órgano reside la pasión, no la conciencia o la razón, las que más bien se aquerencian en la cabeza. Para guiar la acción, es conveniente sumar ardiente corazón y fría sesera. A su modo lo postuló Platón en su Diálogo El Político. Los rasgos que a su juicio definen a un político mantienen su vigencia dos milenios y medio después: ímpetu para impulsar el movimiento, y temple para contener los excesos de la pasión. El apasionado sin bridas probablemente termine en el fondo del barranco si la helada razón no lo encauza.
Los apasionados sin razón serán desmentidos por la realidad tanto como los razonadores sin pasión.
Ambos podrían interpretar lo ocurrido en clave de victoria y excederse contra quienes hayan disentido u opongan la duda metódica. El mejor liderazgo es binario: piensa y actúa, enlaza cerebro y corazón
Temía que una diabólica confrontación en la oposición alrededor de las municipales propiciara más intransigencia y disputa de cara a lo que deba ocurrir el 5-E, con una AN más fuerte en la renovación sin traumas de su directiva, y a lo que nos reserve el crucial 10-E. Las municipales evidenciaron la desolada impopularidad del régimen y la insostenibilidad de cantos de victoria en la acera opositora. La pasión, no la razón, impediría fortalecer la unidad cuando más necesaria y urgente es.
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No obstante el Frente Amplio, que me pidió hablar en robusto acto organizado en Mérida, muestra un auspicioso desarrollo y una certera comprensión del papel de la unidad. Ha tenido el acierto de desterrar el lenguaje gárrulo de la descalificación de quien disienta y acoge en pie de igualdad a quienes desde cualquier procedencia se incorporen a su indetenible dinámica. Si, como se espera, se renueva sin problemas la directiva de la AN conforme al pacto de rotación, tendremos una prueba tangible de ejercicio democrático que dará a la AN más fuerza para el rol histórico que ha de cumplir.
Al vencerse el lapso del señor Maduro, será la AN la única rama del Poder Público legalizada por el voto y legitimada por el reconocimiento mundial. Lo constitucional será elegir nuevas autoridades con una transición que la haga técnicamente posible. Lo inconstitucional, pretender mandar (usurpar) prescindiendo del voto soberano. Se comprende el enaltecido papel en esa coyuntura de la AN, pero no que la afiebrada pasión arrastre a gente valiosa a desmeritarla
Encaramos un modelo vocacionalmente totalitario, el más brutal e inhumano de los sistemas. Pretende cerrar su dominio absorbiendo cada manifestación del hacer. Copa hasta la íntima conciencia, pero mientras la democracia resista unida en cada lugar donde palpite vida, y acumule fuerza para recuperar terrenos aplastados, el absolutismo no se consumará. En rigor nos acosa una vocación totalitaria inconclusa. La civilización universal la combate. Sobreponiéndose a sus duros desencuentros se espera que los venezolanos alentados por la generosa solidaridad mundial y sin dejación de principios, encabecen la polifacética lucha contra el perverso designio totalitario.
Sobre escombros pestilentes, podrán impulsar el cambio democrático de poder, ancho e irisado horizonte que espera por todos, sin caprichosas exclusiones