No Más Cadenas, por Carlos M. Montenegro
El sábado 2 de febrero poco antes de la 1:00 pm, me dirigía caminando desde el puente de Santa Fe, por la autopista de Prados del Este, en dirección a la concentración en apoyo al presidente Guaidó en Las Mercedes. El grueso de los manifestantes había salido mucho antes y éramos pocos los retrasados, sin embargo me llamó la atención que por la autopista venían regresando aunque espaciados, bastantes personas; eran de todas las edades, y por su vestimenta lucían como gente humilde, habitantes de los barrios cercanos a Santa Fe. Por curiosidad al cruzarme con un grupo, una familia de unas seis personas les pregunté que si ya se había terminado la manifestación y me dijeron que no, que había “un gentío”. Le pregunté al que parecía el jefe de familia que por qué se regresaban tan temprano, y esto fue lo que me contestó con tono desengañado: “no hombre, y pa’ qué, allí hay tremendo bululú, pero no están dando nada”.
El indicio es claro, la mayor parte de la gente sencilla que dio el voto al régimen saliente ya está desengañada, y concurre por necesidad a cualquier canto de sirenas como tabla de salvación, esperando en su miseria que tal vez los que ven llegar, al menos les den algo y no les fallen. Este gobierno ha degradado demasiado al pueblo, dándole migajas que ya ni eso les llega
Supuestamente sabemos la difícil papeleta que le ha tocado en esta rifa al Presidente transitorio, lo que no es tan seguro es que la gente entienda que en el mejor de los casos lo que inevitablemente nos espera, al menos durante un tiempo, será muy duro, tal vez mucho más duro. La enorme carencia de todo que estamos pasando, hace que muchos no tardarán en despotricar del recién llegado por no resolverles su terrible día a día. Puede parecer exagerado, pero en la historia abundan casos similares al nuestro.
El momento que estamos viviendo es inédito en la historia. Si se logra una transición sin más sangre, el mérito de todos los que han participado para llevarla a buen puerto debe ser reconocido como formidable.
A Guaidó habrá que dejarle maniobrar, su labor por ahora no es recuperar la economía, aumentar la extracción petrolera, ni hacer que el agro y los ganaderos produzcan suficiente para autoabastecernos y exportar, ni que el comercio se recupere y que el Seguro Social funcione, o que el metro sea puntual y la gente se comporte
Pienso que Guaidó hoy debe tocar todas esas puertas y avisar de lo que viene, pero su trascendental labor será en primer lugar lograr que la transición ocurra, y renovar todas las instituciones destruidas, poniendo la mayor cantidad de gente honesta, seria y sabia que pueda reunir, para hacer caminar ese tren de la cordura que el país necesita, siendo él la locomotora que lo haga avanzar hasta la estación donde convocar, al fin, las elecciones que el país requiere, limpias, legales y justas, en las que gane el mejor candidato posible. Con eso habrá ganado credibilidad internacional y seguro irán llegando de nuevo, como pasa siempre, los inversores que saquen a Venezuela del largo túnel en que la han metido. Que cada quien haga lo que mejor sepa hacer. Simplificando zapatero a tus zapatos. Lo demás le tocará a los gobernantes electos.
El gobierno por venir, tiene que entender que su papel consiste en administrar el conjunto de organizaciones públicas que realizan la función administradora y de gestión, de las competencias que pertenecen o dependen del Estado, de ahí que en los países democráticos se le denomine como “la administración”. En las repúblicas latinoamericanas, como en otras regiones desde su fundación, es común ver que muchos gobiernos en vez de crear grandes países, crearon Estados mastodónticos.
En la mayoría de las naciones del primer mundo sus Estados son de pequeño tamaño en cuanto a patrimonio; por lo general no suelen ser propietarios de corporaciones, industrias, flotas navieras, líneas aéreas, empresas importadoras o exportadoras de bienes de consumo, ni de las riquezas naturales del suelo o el subsuelo, excepto en casos muy especiales.
En general los tres elementos que constituyen un estado liberal son: El Territorio, La Población y el Poder Político, los cuales debe salvaguardar y defender. Y desde un concepto jurídico tiene tres funciones trascendentales: Función Legislativa, Función Administrativa y Función Jurisdiccional, con todo lo que eso conlleva, administrándolo por medio del personal adscrito al servicio del Estado y del gobierno de turno.
Muy diferente suele ser la fórmula empleada en los estados totalitarios y tiránicos donde el gobierno y el Estado se funden y se gobierna al libre albedrío de quien o quienes se asignan el poder, ustedes me entienden
Imagino que el presidente encargado para la transición está al tanto de estas cosas y muchas más. Afortunadamente desde que llegó, cada día Venezuela amanece con una brisa más fresca; la gente respira mejor y veo muchas sonrisas en las personas con quien cruzo. Serán cosas mías pero hasta Caracas se ve más bonita.
Voy a tomarme el atrevimiento de sugerir algo al presidente que creo le servirá de gran ayuda: Presidente en cuanto pueda recupere algo que desde el principio usurparon estos “usurpadores” y le supieron sacar buen partido. Quíteles por favor algo que es propiedad nuestra y que a usted le servirá para que todo el país se entere de lo que están construyendo. En serio don Juan, recupere VTV, el canal 8.
¡Ah! y eso sí, le agradeceríamos sobremanera que tuviera la gentileza de no poner cadenas. Y mucho menos de las otras…