Hasta 8 años tomaría recuperar el sistema eléctrico al nivel que tenía 20 años atrás
Expertos afirman que se necesita reprofesionalizar el sector con la activación de un plan que forme a estudiantes de ingeniería eléctrica a fin de recuperar el sistema, cuyo deterioro ha quedado evidente tras los últimos apagones
«Hago un llamado a todo el país a ahorrar luz”, dijo hace nueve años, en febrero de 2010, el entonces presidente Hugo Chávez luego de firmar el decreto de emergencia eléctrica, que permitiría al Ejecutivo el traspaso de recursos destinados a otros sectores. Eran necesarios unos 4.000 millones de dólares para generar ese año 4.000 megavatios adicionales, de acuerdo con Alí Rodríguez, quien fungía como ministro de Energía.
Pese a las millonarias inversiones -que según la oposición fueron más de 100.000 millones de dólares- las fallas eléctricas continuaron. Casi una década después, Venezuela, en manos de Nicolás Maduro, sufre fallas nacionales incluso a diario. En menos de 19 días, dos mega apagones dejaron a oscuras, seca e incomunicada a gran parte de la nación, que supuestamente iba “rumbo a convertirse en una potencia energética mundial”, según dijo Chávez en 2008.
Por casi dos décadas el “gobierno bolivariano” hizo oídos sordos a las advertencias de los expertos, quienes alertaron en reiteradas oportunidades que si no se hacían los correctivos necesarios el sistema eléctrico podría atravesar una crisis sin precedentes. Ahora, afirman, hay mucho por hacer.
El ingeniero Winston Cabas, presidente de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem), afirmó que entre 5 y 8 años tomaría recuperar el sistema eléctrico a niveles de 1998, un año antes de que Chávez asumiera el poder, que fue en febrero de 1999.
«Restablecerlo puede tomar unos dos años. También se necesita invertir cerca de 50.000 millones de dólares, que es aproximadamente la cantidad de dinero que se robaron. También hay que interpelar a los ministros que tuvo este gobierno, a Argenis Chávez, Jesse Chacón, Luis Motta Domínguez, Alí Rodríguez e incluso a Rafael Ramírez”.
Aseguró que con Chávez inició el proceso de destrucción del sistema eléctrico nacional. Cuando el fallecido mandatario “botó” a los trabajadores de Pdvsa se le hizo “un daño profundo” a la industria petrolera nacional, y ahora no hay combustible para las plantas termoeléctricas, que además están prácticamente paralizadas.
El presidente de Aviem dijo que, por la falta de recursos humanos, también se necesita reprofesionalizar el sector con la activación de un plan rápido y agresivo que forme a los estudiantes de ingeniería eléctrica que cursen entre octavo y décimo semestre, así como también acudir a las escuelas técnicas y al Colegio de Ingenieros de Venezuela. “Es así como se reprofesionaliza el sector eléctrico en el país. Pero lo primero que debe pasar para solucionar la crisis es un cambio político, no hay voluntad de este gobierno para solucionarla”.
Añadió que las fallas eléctricas continuarán porque el sistema está frágil, inestable y vulnerable, por lo que cualquier perturbación lo afecta severamente. “Incluso mientras se vaya restableciendo el sistema, seguirán ocurriendo apagones y fallas eléctricas. Además, el gobierno está reconociendo la crisis porque está iniciando un plan de racionamiento”.
Ciertamente, Maduro anunció que el gobierno prepara un «plan de administración eléctrico» -un eufemismo de racionamiento-, pero no precisó desde cuándo comenzará a aplicarse. “Estamos en una batalla dura. El daño causado es grave”, dijo el mandatario, quien asegura que el culpable del apagón del 25 de marzo fue un presunto francotirador que provocó un incendio al atacar con un fusil “el patio de transformadores de la central hidroeléctrica del Guri”; el tercer argumento dado por voceros del gobierno para justificar la falla que según los expertos, tiene como origen la falta de mantenimiento e inversiones en el sector.
El peligro de acostumbrarse
Las fallas en los servicios de electricidad, de agua potable, de telecomunicaciones, de transporte, y en el suministro de combustible no son nuevas, ni suceden desde que el presidente Donald Trump restringió el financiamiento al gobierno de Maduro con las sanciones que impuso en enero pasado, que bloquean todos los bienes e intereses en la propiedad de Pdvsa sujetos a la jurisdicción de los Estados Unidos.
Durante los últimos años, muchos venezolanos han reconocido, por ejemplo, la crisis del servicio de suministro de agua al comprar tanques para prevenir futuras fallas, o al llenar tobos, botellas, ollas o cualquier otro envase. Es por eso que sociólogos recuerdan que el problema es muchísimo más profundo que un apagón, pues desde hace tiempo el venezolano padece la falta de alimentos, medicinas, insumos médicos, combustible, gas, luz y agua
Los expertos señalan que el gobierno de Maduro está vulnerando a la población desde la base de la pirámide de Maslow, que comprende las necesidades más básicas del ser humano para su supervivencia, principalmente beber agua, alimentarse, dormir, evitar el dolor, sentirse seguro y protegido y la seguridad física y de salud.
Explican que cuando las necesidades son vulneradas, la persona no puede pensar en nada más, por lo que es capaz de acostumbrarse a la situación. El individuo llega a tal punto en el que actúa en automático mientras busca satisfacer sus necesidades básicas para sobrevivir que no tiene chance de pensar en otra cosa, como en la belleza o en el entretenimiento, y se termina acostumbrando.
En un establecimiento ubicado en el sureste de la Gran Caracas, Fabricio Martínez, consumidor, relató que a las 5:00 am hizo la cola en la zona donde reside, en Quebrada de Cúa, estado Miranda, para subirse a un autobús que lo llevaría a Charallave, donde lo esperaba una segunda cola para abordar la unidad de transporte público habilitado por el gobierno para llevar a los pasajeros hasta La Rinconada, una ruta habitualmente cubierta por el ferrocarril de los Valles del Tuy.
“Ahí hice una tercera cola para subirme a un autobús hasta Plaza Venezuela”, dijo Martínez quien, a las 10:00 am y tras cinco horas de viaje desde Cúa a Caracas, decidió bajarse en Coche. “Y más tarde tengo que regresar a mi casa”, apuntó.
La odisea que atravesó Martínez para llegar a la ciudad capital también la ha vivido miles y miles de mirandinos afectados tras la suspensión del servicio de transporte ferroviario Ezequiel Zamora, luego del segundo mega apagón nacional en el mes que se produjo el 25 de marzo.
“Tenemos que aguantar la pela, qué vamos a hacer. Si uno va a comprar comida y hay una cola, ¿te vas a salir de la cola y no vas a comer? No, tienes que hacerla para comprar. Igual nos vamos a acostumbrar a los apagones, es cuestión de adaptarse”, añadió. Otro consumidor que se encontraba en el comercio opinó algo similar: “Pero es que nosotros ya casi estamos adaptados. Tenemos que acostumbrarnos a estar sin luz, ya han pasado dos apagones y puede venir el tercero y el cuarto”.
Por ello, los expertos recomiendan no olvidar la resiliencia para no acostumbrarse a los apagones nacionales ni a ninguna de las circunstancias que enfrentan diariamente
“Los venezolanos somos muy fuertes, pero estamos tan ocupados en resolver lo cotidiano que olvidamos reafirmar esa fortaleza. Los factores que inciden en nuestra tranquilidad son como golpes que, si no nos cuidamos psicológicamente, nos dejarán heridas, moretones, cansancio y todo el malestar psicosocial, fisiológico y emocional. Hay que tomarse el espacio para reflexionar e identificar esas emociones. Hay que protegerse”, expresa Yorelis Acosta, psicóloga clínico y social, a quien le preocupa cómo el venezolano se recuperará de esta situación luego de años padeciéndola.