Maduro se olvidó del aumento ante la llovizna roja
El mandatario venezolano Nicolás Maduro, no fue capaz de hablar sobre el aumento de salario a los trabajadores quienes fueron abandonando los espacios de Miraflores ante el cansancio propiciado por la marcha
El cuórum de Nicolás Maduro durante su discurso de este miércoles 1 de mayo fue pobre. El mandatario venezolano emitió sus declaraciones ante unos milicianos, trabajadores públicos e integrantes de la juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ya agotados por la caminata, que comenzó casi cuatro horas después de la convocatoria en el Distribuidor Longaray de la autopista Valle-Coche, en Caracas.
El final de la marcha de Maduro se desarrolló bajo confusión. Los primeros afectos en llegar a Miraflores (Del lado de Puente Llaguno), estuvieron en el lugar por más de una hora a la espera del resto de la marcha, luego que esta se fuese quedando con menos personas durante el avanzar hacia el punto de llegada.
La música y el baile fue la distracción que usaban los pocos que llegaban al lugar para escuchar a su líder. Esto sin saber que hubo un cambio de planes y Maduro haría su alocusión del otro lado de la avenida. Dejando entonces el atesorado Puente Llaguno sin marea roja que lo arropara.
Maduro decidió hablarle a su pueblo detrás del Palacio, cerca de El Silencio. Pero la atención que logró obtener no llegó ni a la entrada de El Calvario, pues quienes se apostaban en las aceras y escaleras de la zona, en el centro de Caracas, esperaban la llegada del transporte que los regresaría a su casa.
El pueblo que Maduro asegura lo defenderá, vació la arteria víal mientras daba su discurso, en el que reiteró su rechazo al alzamiento militar de este 30 de abril, en su contra, bajo el liderato del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien a su juicio, opera bajo supuestas órdenes del Gobierno de los Estados Unidos (EEUU).
Inicio de todo
El sol ya calentaba la autopista Valle-Coche luego de las 10:00 am cuando los seguidores del Gobierno de Nicolás Maduro comenzaron a llegar.
No hubo Madrugonazo para «defender la patria» pues más temprano la capital venezolana estaba casi a solas. Incluso, el Metro de Caracas extrañamente no tenía retraso y sobraban los asientos.
Esto acabó a media mañana cuando los oficialistas comenzaron a darse cita frente a una tarima en las adyacencias del puente Longaray. Lugar desde donde mientras algunos manifestaban su confianza al Ejecutivo otros lamentaban haberse levantado temprano para marchar con el único objetivo de no ser sancionados en su lugar de trabajo.
La convocatoria celebrada en el marco del Día Internacional del Trabajador reunió a quienes laboran en el sector público y otros que atienden los llamados solo por convicción, así como Medina. Quien reconoció que el salario que se devenga en Venezuela no alcanza para nada.
«Si Chavéz estuviera aquí esto no estuviera como está», aceptó. A su juicio, el Gobierno ha perdido fuerza desde la muerte de Hugo Chávez. Sin embargo, aseveró que acudirá a las marchas progobierno «hasta la muerte», por homenaje al fallecido mandatario.
Los oficialistas solo tomaron un canal de la autopista, la orden en el sitio era «organizarse en bloques» pero llegado el mediodía ya algunos hasta dormían bajo la sombra de los árboles y otros descansaban las piernas en las aceras. Ya habían pasado dos horas desde el comienzo de la actividad y ningún vocero del Estado había aparecido.
Se esperaba la llegada del presidente de la Asamblea Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, para poder marchar a Miraflores. Su ausencia causaba ansiedad entre los que a media voz anunciaban que partirían luego que el también primer vicepresidente del PSUV se manifestara.
A la espera del funcionario se encontraba María Yolanda Rodríguez, quien enfatizó que su asistencia a la marcha fue por amor y no bajo presiones o manipulaciones de algún jefe político.
Al igual que María Yolanda Rodríguez, la gratitud es la que incentiva a Manuel Maziel a sumarse a cada iniciativa que se anuncie en el Gobierno de Nicolás Maduro. El seguidor oficialista aseveró que los adultos mayores tienen muchas razones qué agradecerles a Maduro debido a que «en estos 20 años hemos sido reivindicados. Tenemos muchos beneficios que nos ha dado Maduro».
La llegada de Cabello marcó el inicio de la movilización hacia Miraflores. Previo a esto, el funcionario desestimó el llamado hecho por Juan Guaidó de acudir a un paro escalonado hasta llegar a una huelga general.
«Guaidó dice tantas boberías, para convocar a un paro escalonado necesitan fuerza. ¿Guaidó tiene fuerza? Cero. Vean cuánta gente movilizó hoy en Caracas. No tienen pueblo que manejar, no tienen pueblo a quien convencer de sus propuestas, a quien conspirar para que se mueva con ellos”, dijo. Minutos espués la marcha emprendió su rumbo.
En el marco del Día Internacional del Trabajador, es preciso destacar que Venezuela tiene el salario más bajo de la región y una de las expectativas para este día era escuchar a Maduro anunciar un nuevo ajuste.
Bajo el incandescente sol Maigualida Barrera caminaba hacia Miraflores. Mientras avanzaba dijo a TalCual que sigue y seguirá apoyando al gobernante de Venezuela.
Cuando se le preguntó si el chavismo merecía realmente el respaldo de los trabajadores aunque sean los más mal pagados del continente, aseguró que «tenemos la dignidad más alta del mundo».
En eso estuvo de acuerdo Rosalba, quien avanzaba ya a la altura de la Avenida Bolívar de Caracas. A su juicio, el salario de los venezolanos «es y no es» el más bajo de Latinoamerica, pues dice que la oposición es la que sabotea la estabilidad económica de la nación.
La marcha chavista avanzó hacia Miraflores con huecos en su movilización y dispersa porque cada grupo estaba por su lado y no caminaban en bloques como se había ordenado.
En Miraflores habían algunos chavistas que esperaban a Nicolás Maduro. Del lado de Puente Llaguno ya se había formado la «bailanta» para aguardar al mandatario y al grosor de la marcha que a ese punto nunca llegó.
«Si hay razones suficientes para celebrar con Maduro el día del trabajador. Nosotros hemos sido reivindicados aunque la derecha trate sabotear la gestión del gobernante. Aquí estaré fiel, acompañando al Gobierno», dijo Gael Machado desde ese punto, sin saber que su líder lo dejaría esperando pues se preparaba para emitir su discurso desde un escenario diferente.
No llegó una marea roja al centro de Caracas, en la Plaza O’Leary solo unos pocos esperaban frente a una pantalla la transmisión de las palabras que diría Maduro. Otros acudían a los autobuses que desde las 02:00 pm estaban preparados para regresarlos a su casa.
Lo mismo ocurría en las escaleras de El Cavario, donde lo disperso de la marcha era más evidente, aunque las imágenes de los canales del Estado mostraban otra cara de la realidad.
Se podía avanzar hacia Maduro con libertad pues mientras el gobernante hablaba los pocos chavistas que se encontraban en la arteria vial abandonaban el lugar.
Su discurso se concentró en rechazar los hechos del 30 de abril. Cuando un grupo de militares se alzó en su contra y se activó la operación libertad, encabezada por Juan Guaidó y que procura lograr el cese de la usurpación.
En el día del trabajador Maduro no dirigió sus palabras al sector, ese que asegura lo defenderá.
Los trabajadores regresaron a casa sin las felicitaciones de su gobernante, ese que cada primero de mayo anuncia un aumento salarial reivindicar su figura, pero que este año los dejó esperando.