Diáspora dejó a la banca sin personal ni agencias
El número de trabajadores en el sistema financiero público y privado ha disminuido sustancialmente desde 2013, aunque en el último año las renuncias han sido mayores debido a la crisis económica y la migración
Al IESA, el centro educativo considerado por muchos ideólogos del chavismo como cuna de los economistas con tendencia neoliberal, fue a parar un grupo de trabajadores del Banco Central de Venezuela (BCV), el ente rector de la política monetaria y cambiaria del país.
Tras la salida del BCV de personal calificado, el organismo se ha visto obligado a enviar al Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Caracas a un grupo de nuevos trabajadores para aprender de conceptos básicos de economía. Los experimentados profesores del IESA los cuales muchos de ellos se han convertido en profesores a tiempo completo en prestigiosas universidades en el exterior, han tenido que ofrecer clases sobre qué es la inflación, qué es el producto interno bruto (PIB) y qué es un banco central.
Esta es una de las consecuencias que ha tenido la salida de venezolanos del país, y especialmente de trabajadores especializados. El sector de la banca pública y privada también ha sido afectado por la crisis política y económica, además de la renuncia masiva de sus empleados.
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“El BCV liquidó la carrera técnica de la institución. Hoy los trabajadores luchan por sus derechos y los del país”, afirma el diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra, recordando la protesta del 1° de noviembre de 2018 de empleados del ente emisor ante la sede principal en Caracas por primera vez en 79 años para exigir que se cumpla con la contratación colectiva.
Y es que los trabajadores del BCV pertenecían al grupo de trabajadores del sector público mejor remunerados y sus salarios solían ajustarse por inflación cada seis meses. La crítica situación del país sumado al incumplimiento de los derechos salariales, hicieron mella para que decidieran abandonar al organismo y al país.
De acuerdo a cifras de la Superintendencia de las Instituciones Bancarias (Sudeban) durante 2013, año en el cual inicia su gestión el presidente Nicolás Maduro, el número de trabajadores en el sector bancario nacional era de 83.570 distribuidos en 3.649 agencias y sedes principales en todo el país. Mientras que al cierre de julio de 2018 la cifra de empleados bajó a 57.298 quienes laboran en 3.455 oficinas.
Claudio Rivas, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Banca (Fetrabanca), afirma que la migración del talento humano del sector ha sido “bastante importante en los últimos meses, eso lo vemos en las oficinas donde hay siete taquillas y hay un solo cajero atendiendo a los clientes”.
Indicó que según cifras oficiales que manejan se fueron 4 mil trabajadores desde noviembre 2017 a marzo 2018 y “esta cifra ha ido creciendo. Considero que la renuncia de los empleados afecta notablemente al cliente, si tienes un trabajador que se va, no hay cómo suplirlo porque es una mano de obra calificada y técnica. Pero además hemos perdido personal muy bien preparado y entrenado en instituciones de capacitación bancaria como Insbanca”.
Y precisamente ese talento está siendo aprovechado por otros países. “En la banca se está viendo que incluso muchos trabajadores están dejando sus prestaciones sociales, no esperan a cobrarlas cuando renuncian para irse de Venezuela. Hemos sabido de colegas que se han ido a la banca chilena porque les han hecho buenas ofertas de trabajo. La mayoría que trabaja hoy en día en Chile es personal técnico como los que arreglan los cajeros automáticos, del área contable y de caja”.
Para el exsuperintendente de Bancos Alejandro Cáribas, “no hay salario que resista el proceso hiperinflacionario”, por lo que lo primero que piensan los trabajadores bancarios en todos sus niveles es en ver la posibilidad de quedarse en la institución condicionado a que exista un pago adicional en divisas, que ha sido el mecanismo con el cual han podido “amarrar” sobre todo a los técnicos y empleados que consideran indispensables para la operatividad de la banca.
“Hay una rotación enorme de personal y no se consigue llenar las vacantes en áreas como ejecutivos de venta, atención al público, administrativo e interno o personal calificado”, acota.
Señala Cáribas que sustituir personal por la vía tecnológica ha sido también otra opción, pero esto implica inversión en divisas y probablemente no todos los bancos tengan la misma capacidad, cando se contrata este tipo de tecnología son estándares, es decir, igual le vale para un banco que tenga 600 agencias como para otro que tenga 100 oficinas bancarias, por lo que para los bancos pequeños esta salida no pueden utilizarlo.
Los trabajadores medios y de personal base son los que más se han ido en el último año de la banca. En un momento se fueron talentos más especializados, pero ahora hay una migración de cualquier área, resalta un gerente de recursos humanos de uno de los bancos más importantes del país y quien prefirió mantener su nombre en reserva.
“De 5 personas que renuncia al banco, unos 3 o 4 se van por razones personales asociados a la migración. Mientras que otros decidieron emprender su propio negocio o deciden cambiar de ramo de actividad, porque saben que en el caso de la banca está siempre muy regulada. El temor de una estatización del banco siempre está presente entre los trabajadores”, dijo.
Destacó que el mayor impacto de la migración por el volumen de trabajadores está concentrado en el área metropolitana, sin embargo, en los estados fronterizos ha habido una mayor movilización, como Bolívar, Amazonas, Táchira y Zulia. “Debido a los problemas en los servicios públicos, muchos tomaron la decisión de pasar la frontera”, acotó el gerente de RRHH.
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El economista y analista bancario Leonardo Buniak calcula que el 40% de los trabajadores que se han ido de la banca es consecuencia de la diáspora. “La banca como el resto de los sectores de la economía ha sufrido tanto de la crisis de hiperinflación como de la renuncia de sus trabajadores”.
Explica que los gastos de transformación se han elevado y la banca ha tenido que cerrar muchas agencias bancarias y especialmente en el interior del país, “de echo hemos visto que los ingresos por venta de activos se han incrementado, es posible que vamos en corto plazo la venta de edificios de sus sedes para irse a inmuebles más pequeños”.
La titánica tarea de retener el talento
Los departamentos de recursos humanos o de talento humano de los bancos han tenido que ingeniárselas para que sus trabajadores se sientan parte de una familia. Los incentivos salariales es la primera alternativa para retener personal, pero en la actual crisis que vive el país cualquier otro beneficio es bienvenido.
“Señor Gonzalo, ¿hasta qué hora entregan los paquetes de café?”, pregunta una chica a eso de las 2 de la tarde. “Hasta las 6 y los están dando en planta baja”, responde un señor.
Esta conversación sucedió en la puerta principal de la sede de uno de los bancos más grandes del país. La chica era la recepcionista y el señor, un funcionario de seguridad. Entre los incentivos que las entidades han procurado para sus trabajadores se encuentran las jornadas especiales de venta de alimentos en sus propias sedes. A muchos venezolanos les resulta difícil hacer horas de cola fuera de los comercios para comprar algún producto regulado cuando llega, ya que eso implicaría perder una mañana de trabajo.
“Tratamos de preservar e intentar ser la primera opción para nuestra gente mientras decidan estar en Venezuela. Hemos tratado de darle propósito y sentido a por qué permanecer y por qué es una opción en Venezuela. Parte de nuestro discurso y acciones a reforzar que esta es una organización venezolana, que tienen una contribución importante en la sociedad por lo que ellos hacen es relevante”, revela el gerente de RRHH.
Los bancos también han trabajado el tema de compensación y remuneración, procurando que sea competitiva y para que los ayude a sostener su nivel de vida a pesar de las dificultades.
“La banca está haciendo un gran trabajo para retener a su personal y ha creado bonos en dólares para los gerentes y bonificaciones extras para el resto de los trabajadores. El grave problema es que con la decisión de Maduro del alza del salario mínimo en 6.000%, se nivelaron todos los sueldos, llegando a ocurrir que un gerente igual que un cajero, por lo que lo directivos debieron hacer un esfuerzo importante para ajustar los sueldos de acuerdo a su oficio”, acotó Claudio Rivas.
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Con respecto a este tema, la organización sindical envió una carta al ministro de Finanzas, con la cual se le exigió respetar los tabuladores salariales de los trabajadores bancarios del sector público.
“La banca ha tratado de ofrecer beneficios adicionales a sus trabajadores para retener talento, pero específicamente para los de la alta gerencia, pero no al 90% de los empleados bancarios”, sostiene Buniak.
Pero para mejorar su bienestar han surgido otras ideas que antes eran impensables.
“Nos hemos tenido que diversificar en esta área, en la manera de ofrecer nuevas opciones para el bienestar del trabajador y de su familia. Traer a sus familiares a nuestro espacio o a otros lugares para el esparcimiento durante los fines de semana, hasta pasarnos por darle facilidades ara poder adquirir productos y servicios. Establecemos contactos con comerciantes para facilitarles la compra de alimentos y creo que eso ha sido una ganancia muy importante, porque eso le da la posibilidad al empleado de que en su lugar de empleo tengan acceso a productos y no tener la angustia de salir del trabajo a comprar”, resaltó.
El hecho de que haya disminuido el número de trabajadores bancarios no solo obedece a la salida de venezolanos del país, sino también por una reducción de oficinas en todo el territorio nacional, señala el analista bancario y director de Banca & Negocios, César Aristimuño.
“En la banca pasa lo que ocurre en el resto de los sectores económicos del país, los trabajadores buscan mayores fuentes de ingresos a pesar de que el sector bancario es uno de los de más estabilidad laboral con una serie de condiciones paralelas al salario que no los tiene el resto de la industria. La banca sabe que su capital humano es indispensable y al empleado que considera estratégico, fundamental e importante obviamente le da una serie de condiciones apropiadas con la finalidad de que el ejecutivo continúe con sus labores”, afirma.
“El equipo se redujo casi a la mitad”
Decidí venirme a Buenos Aires después de las elecciones regionales de octubre de 2017. Siempre tuve la esperanza de que el mapa político venezolano cambiara con esas votaciones, pero fue todo lo contrario: el partido de gobierno ganó la mayoría de las gobernaciones; y para más, ya comenzaban los efectos de la hiperinflación. Confieso que huí ante el panorama.
Trabajaba en una institución financiera que buscaba mermar los efectos de la crisis económica con una política salarial y de incentivos muy dinámica, pero no fue suficiente para mí. Cuando comuniqué mi renuncia ya tenía el pasaje comprado, por lo que estaba descartada la posibilidad de quedarme.
Antes y después de mí varios compañeros tomaron la decisión de irse de Venezuela a destinos como Perú, Colombia, Chile y España. El equipo se redujo casi a la mitad. Sin embargo, el banco sigue en la tarea titánica de mantener al personal con diferentes beneficios. De hecho, algunos amigos reconocen el trabajo que se está haciendo.
En Argentina, como inmigrante, asumí que me tocaba ejercer otras labores diferentes a las mías. Como cuidadora de personas mayores pude mantenerme sin tropiezos, afortunadamente; además de tener libertad para movilizarme y comprar lo que necesitábamos en casa. De esto, ha pasado casi un año.
Lorena Labarca
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“El empleado bancario ahora es multiuso”
Los jóvenes han sido los que en gran medida han renunciado a muchos departamentos del banco para irse del país. Debido a esta situación, el volumen de trabajo se multiplicó y se están quedando personas que por su edad y tiempo de trabajo no tienen otra expectativa de vida o sobre su futuro.
Muchos departamentos quedaron muy reducidos, muy desolados. Ha sido difícil tener la seguridad de que el personal nuevo se quede. Traer personal que se debe entrenar ha resultado difícil, porque se ha buscado gente, se les ha hecho sus pruebas, pro al tener cuatro meses se van también. Dicen, “me salió una oportunidad y se van”. Hay áreas que no puede perder tiempo entrenando un personal que después no dura nada dentro de la institución.
Ha habido muchos cambios y aspectos que corregir para que el trabajo fluya. Recordemos que hay también muchas exigencias de información por parte del Banco Central de Venezuela y de Sudeban. No solo trabajamos para mantener la calidad en el servicio al cliente.
En algunas áreas la migración no ha afectado en un 100% el servicio a los clientes, quizás ha habido un pequeño retraso en el proceso de espera. Algo que requiere respuesta en 24 horas quizás puede tardar 12 horas más, pero muchas cosas se resuelven por la plataforma bancaria o internet.
En las oficinas bancarias si se ha visto más afectación, se han cerrado muchas oficinas y el personal de una agencia ha sido transferido a una más cercana a la que cerró. Ahora los empleados deben realizar servicios múltiples en las oficinas. Es decir, los ejecutivos de negocios a veces tienen que laborar como cajero en las taquillas, o los cajeros deben ser ejecutivos. Esto no agrada a todos, pero algunos lo ven como un aprendizaje. El empleado bancario ahora es multiuso.
Muchos trabajadores aprovechan sus vacaciones para explorar sus opciones y apenas regresan al trabajo, renuncian. Es muy intempestivo, son muy contados quienes avisan con tiempo. A veces envían a alguien para que les entregue su carta de renuncia, muchos ni vuelven de sus vacaciones.
Por cuestiones de gasto y presupuesto han cerrado muchos pisos en la sede central, hay varias áreas similares que las unieron en un solo piso, ya que eso hace que sea menor el mantenimiento y los gastos para reponer mobiliario. Todo un piso abierto para nada mas 10 personas es un costo para la institución.
Roberto, trabaja en una entidad bancaria perteneciente al estrato mediano.
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“No hay tiempo para deprimirse”
Los que tenemos 20 años o más en el banco estamos dando todo lo que podemos y sabemos. La mayoría de las instituciones tiene personal pensionado trabajando, mujeres con más de 55 años y hombres con más de 60 están prestando servicio, son los que están saliendo adelante, sacando el trabajo a flote. Pero es que muchos prefieren seguir trabajando que quedarse solo cobrando su pensión, que no alcanza para nada y las prestaciones sociales si acaso duran un mes. Nos hemos convertido en un activo importante en la institución, nos dijeron.
Además entre los beneficios del banco está el del comedor para los trabajadores. Allí por poco dinero, tenemos un almuerzo completo, comemos carne, pollo o sopa y postre. Esto es una gran ayuda, especialmente para los pensionados. Un mercado me dura 10 días y ¿después?
Luego de una etapa de renuncia masiva, el banco comenzó a otorgar otro tipo de bonificaciones y mejoras, hubo como una espera para quiénes se iban y quiénes se quedaban para incentivarlos en su trabajo, para retenerlos.
Tenemos un combo de comida, que va variando a veces con productos higiénicos, la entrega de un combo navideño, así comenzaron con las mejoras, cuando la migración comenzó a bajar el banco dio otros bonos dependiendo de la ubicación del empleado y de la zona donde está la agencia, bono de antigüedad y por cargo, bono familiar, bono de alimentación adicional para los que no están en la sede principal y pueden ir al comedor.
Se han relajado muchas exigencias que antes hacía el banco, como la de llegar a la hora de entrada. Ya no hay obligación de llegar a la hora, el banco sabe de las dificultades con el transporte, el metro, la inseguridad de salir temprano de su casa, son cosas que se escapan de las manos de los trabajadores.
La vestimenta también se ha relajado, ya no es obligatorio ir en vestido, tacones altos y con medidas panty, o de saco y corbata. Cuidamos siempre la vestimenta pero más informal. O comes o compras ropa.
No nos sentimos mal por la carga de trabajo que tenemos o porque nuestros compañeros se han ido, creo que el empleado no tiene tiempo para sentirse mal, porque está pendiente de la situación que vive en la calle.
La sustitución
“A los empleados que quedan se les recarga de mucho trabajo, no obstante, han podido salir adelante y eso se notó en el éxito que fue para la banca la puesta en marcha de sus sistemas con la reconversión monetaria. Un técnico de ATM (cajeros automáticos) tuvo que trabajar 15 a 16 horas corridas para que el banco se adecuara a la nueva plataforma”, recalcó Claudio Rivas.
Las entidades bancarias han puesto el foco de que el trabajo de cada uno de sus ejecutivos contribuye a la organización y a darle un sentido de pertenencia, de que son parte de una familia. “Gracias a ello hemos tenido buenos resultados porque cuando se solicita mayor tiempo extra o trabajar días feriados, la gente ha estado muy dispuesta sobre todo a trabajar en los retos que nos ha tocado este año”, explica el gerente de RRHH.
“En ocasiones hemos tenido que entender y vivir con el agobio, porque ha habido casos en que los retiros no han sido planificados, el 80% logra programar con su supervisor cuando decide irse del país y ese tiempo toma alrededor de tres meses. Esto nos permite prepararnos y buscar con tiempo el talento que lo releve, en otros casos hemos integrado funciones y responsabilidades y hay más roles que se han hecho más integrales. Hemos puesto mucho el foco sobre qué hacer, qué es lo medular e indispensable en estos momentos para nuestra organización”, agregó.
La tecnología ha sido un aliado de la banca en estos momentos de crisis laboral. El servicio a sus clientes en términos generales ha tenido algunos resultados positivos, al tener la gente acceso a los canales digitales tendrá mayor servicio de lo que tenía antes. La tecnología hace que el servicio sea más expedito y sea mayor la cobertura, ha permitido un mayor acceso a la información, los medios de pago han mejorado mucho, dice César Aristimuño.
“No hay duda que la tecnología ha venido es una plataforma importante de comunicación con sus clientes, y algunos servicios se han tercerizados y pasado a algunas empresas que proveen servicios a la banca y ello ha incidido en parte en el tema del número de trabajadores bancarios. Sin duda la tecnología es una herramienta importante de la banca para disminuir costos”.
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Sustituir personal por la vía tecnológica ha sido también otra opción, pero esto implica inversión en divisas y probablemente no todos los bancos tengan la misma capacidad, este tipo de tecnología es estándar, es decir, igual le vale para un banco que tenga 600 agencias como para otro que tenga 100 oficinas bancarias el costo del contrato, por lo que para los bancos pequeños esta salida no pueden utilizarlo, señala Alejandro Cáribas.
“Se ha disminuido el número de agencias tanto públicas como privadas y no solo por el tema de tener menos personal, sino también por el costo de mantenimiento de las mismas. Esto es sumamente costoso, no solo por el alquiler del local sino también por el pago de los servicios de comunicaciones y transmisión, además del equipamiento. Han tratado de disminuir los gastos administrativos, pero también para captar más ingresos ya no aprueban créditos con plazos largos sino a plazos cortos de tres o seis meses para cobrar la comisión Flat de 3%”.
Buniak coincide en que se ha utilizado la tecnología, pero esto no es posible para muchos bancos ya que “a un banco de menor tamaño le cuesta una computadora lo mismo que a un banco grande. La estrategia que ha ejecutado la banca es la de simplificar procesos, cerrar agencias y transformar algunas oficinas en simples taquillas”.
Acompañarlos en su decisión
Los bancos se volvieron consejeros personales de sus trabajadores para que éstos puedan llevar sus planes de irse del país con tranquilidad e incluso de aquellos que se quedan.
“Acompañamos a la gente en ese proceso de tensión. Tenemos actividades de manera periódica donde se le muestra al empleado cómo gestionar sus emociones, cómo manejar la adversidad y la incertidumbre, cómo conectarse con otras cosas. Creo que eso a ayudado a lidiar con la tensión propia que genera el migrar”, explica el gerente de RRHH.
“La emoción básica cuando ves una oficina casi vacía, es de tristeza. Los espacios vacíos dejan sensación de soledad. Nuestra orientación ha sido reorientar los espacios y transformarlos. Este proceso de migración nos ha permitido concentrarnos más en un solo lugar, para reorganizarnos. Al reubicar la mayor cantidad de gente en un mismo lugar, eso nos ha dado más fortaleza porque permite tener los equipos más cerca, podemos comunicarnos e interactuar mejor”.
Sostiene que es una perdida dura cuando el empleado renuncia. “Cuando renuncia una persona que ha tenido muchos años trabajando, siento que se pierde un poco la memoria del banco y reconstruir eso es muy difícil, estas personas se convierten en un activo importante”.
Agrega que a pesar de ello queda la satisfacción de que cuando alguien que se fue, logra algo bueno en otro país. “Un trabajador de RRHH en Perú me llamó para pedir referencias personales de alguien que trabajó con nosotros. Y luego de varias interrogantes, me preguntaron: ´¿Usted la volvería a contratar?´ y respondí que ´por supuesto, las puertas están abiertas´. Este es el mensaje con el cual nos despedimos de esa persona, ojalá puedan regresar y volver a traer su profesionalismo y experiencia.
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