Filtraciones en el norte, por Luis Manuel Esculpi
Una de las manifestaciones más graves de la crisis que vivimos es el éxodo de los venezolanos hacia el exterior. Según la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en el último quinquenio a migrado más de cuatro millones de venezolanos hacia otros países, en otras palabras, más del diez por ciento de la población se ha visto en la necesidad de abandonar Venezuela. No causó la más mínima sorpresa la reacción de Miraflores ante el anuncio del Alto Comisionado de Naciones Unidas, esta vez Arreaza acusó de «mentir y abultar» la cifra de la migración.
La diáspora es una de las razones –no la única– que incide decisivamente en la atención que internacionalmente se le está prestando al conflicto venezolano, especialmente en nuestro continente. A la intensa actividad del grupo de Lima, la Unión Europea y especialmente el gobierno de Trump y ahora el noruego propiciando, con sus notables diferencias, la búsqueda de una salida a la crisis; ante ellas la reacción de Maduro ha sido ampliar el espectro de su alianza, más allá de Cuba, Bolivia y Nicaragua con China, Rusia, Irán y Turquía, países que en su mayoría no tienen un desempeño democrático.
La presión externa es sumamente importante en la lucha por el cambio político, pero en ningún caso ella debe sustituir la movilización nacional, en nuestra opinión ese será el escenario decisivo, muy al contrario de quienes sostienen la tesis de invocar un artículo de la Constitución, bajo una interpretación absurda, que al ser aprobado produciría una invasión extranjera, afortunadamente esa visión ha perdido adeptos según lo reflejan recientes estudios de opinión.
Esos mismos personajes celebran la presunta «filtración» de una intervención de Mike Pompeo, sobre las diferencias en el seno de la fuerzas democráticas venezolanas, cuando independientemente de la controversia existente, la mayoría de las fuerzas representadas en la Asamblea Nacional, parecieran haber superado algunas tensiones importantes y alinearse en torno a una estrategia. Es cierto que la alianza debe expandirse y ampliarse hacia otros sectores, pero resulta innegable la conformación diversa de un núcleo, con sus diferencias, ha venido actuando alrededor del liderazgo de Juan Guaidó.
A raíz de los sucesos del treinta de abril, los funcionarios norteamericanos que declaran en forma insistente y de manera poco discreta, sobre la crisis de nuestro país, mencionaron que estaban en conversaciones con un magistrado del Tribunal Supremo y con Generales del Alto Mando Militar, el exDirector del Sebin General Manuel Cristopher ( a quien le levantaron la sanciones) habló del magistrado y de los testaferros, de tal manera que la «filtración » del Secretario de Estado norteamericano, bien puede ser interpretada como una manera de eludir la responsabilidad de los funcionarios del gobierno de Trump, en los errores cometidos al relacionarse con algunos personajes que presuntamente participaban en la denominada «Megaconspiración».
Hace unos días los editoriales de dos de los más prestigiosos diarios del norte The New York Time y The Washington Post, también a través de unas «filtraciones» reseñaban las presuntas molestias de Trump, con los funcionarios dedicados a la atención del problema venezolano, tales versiones a raíz de los sucesos señalados pueden tener asideros en la realidad.
Las recientes declaraciones, esta vez sí declaraciones, de su Representante Especial para Venezuela: Elliott Abrams, parecieran producir un viraje en la política, al pronunciarse por elecciones libres y señalando la necesidad de la inclusión del chavismo para garantizar una transición pacífica y la reconciliación nacional
Tales señalamientos coinciden con los planteamientos esenciales y permanentes de las fuerzas democráticas representadas en la Asamblea Nacional, y con la aspiración de la mayoría de nuestros compatriotas tal como lo recogen las encuestas.