Diosdado perdió el round, por Sebastián Boccanegra
La atención del país político se centró el lunes 12 de agosto en la ilegal asamblea constituyente. La advertencia lanzada el día anterior por el diputado Juan Guaidó sobre la posibilidad de que el ente capitaneado por Diosdado Cabello disolviera la Asamblea Nacional y convocara a elecciones parlamentarias hizo que todos estuvieran pendientes de lo que allí se “debatía”.
Sin embargo el resultado fue bastante discreto. La sesión comenzó con un discurso de Cabello en su tono habitual de perdonavidas, burlándose de la oposición democrática y preguntando para qué iban a disolver una Asamblea Nacional que no existía.
El derecho de palabra pasó a Jesús Faría. Escuchar a este camarada es remontarse a los años 60 del siglo pasado. Sigue sin enterarse del monumental fracaso del comunismo, pero lo que nos llamó la atención de sus palabras fue el exceso de zalamería que le dedicó a Cabello. Algo raro estaba ocurriendo.
Gladys Requena fue la siguiente oradora y ratificó, claramente, que el camino era el diálogo y la negociación entre las partes para buscarle una solución al conflicto político nacional. Disolver la Asamblea Nacional hubiera significado dinamitar ese camino. Tuvo tiempo también para ensalzar las “virtudes” del capitán, de una forma también llamativa.
Los siguientes en el uso de la palabra también le dedicaron palabras elogiosas a Cabello. Parecía que le estaban tratando de ayudar a superar un trago amargo. Las sospechas aumentaron cuando se conocieron los cambios ministeriales anunciado por Maduro. Ayer Marlenys Contreras dejó de ser ministra y la Asamblea Nacional no fue disuelta. ¿Casualidad?