Vecinos de Petare «cazan» bombonas de gas a diario en Puente Baloa

Los bachaqueros se han convertido en un mal necesario, una solución para aquellos que no pueden invertir días enteros a la espera por un camión de Pdvsa o Caracas Gas
La crisis del suministro de gas alcanzó su momento más álgido en los últimos años, hasta el punto en el que se ha convertido en una verdadera odisea conseguir reemplazar una bombona de gas vacía por una llena.
Esta situación la saben describir muy bien los vecinos de los barrios de Petare, que desde hace al menos dos años deben madrugar y someterse a interminables esperas para llevar gas a sus casas. Todos los días se forman colas de menor o mayor magnitud en Puente Baloa, sector cercano a la redoma de Petare que conecta con barrios como La Línea, Maca y El Carmen, lugares olvidados por los camiones que distribuyen.
Debido a la poca frecuencia con la que venden gas en los barrios, los residentes de estas zonas han cambiado de estrategia y se dirigen a lugares que deben atravesar los camiones para llenar las bombonas que posteriormente distribuirán.
Con bombonas al hombro o carretillas para trasladar varios cilindros, antes de las 6:00 am empiezan a llegar a Puente Baloa a iniciar la usual espera
Luisa Silva, que ha vivido en Petare toda su vida, relata que intenta comprar gas desde hace 8 días. Debido a sus precauciones, aún no ha quedado «en cero», sin embargo, debe reemplazar una de sus bombonas vacías para evitar una situación desagradable en casa. «Vengo diario y no lo cazo. Todas mis vacaciones paso aquí casi todo el día porque uno tiene que cazar los camiones, incluso nos ha tocado ir a otros sectores a buscarlos», declaró.
Silva denuncia la falta de organización de las empresas distribuidoras, que «vienen cuando les da la gana y colocan los precios que les da la gana». En el caso de Caracas Gas, una de las compañías privadas que aún se dedica a este rubro pese a la estatización del servicio, el mes anterior cobraban una suma distinta cada semana hasta que se fijó el precio de 6.000 bolívares por cilindro.
Más adelante en la cola se encontraba Luis Bolívar, que prefirió salir un poco más temprano de su casa para evitar la situación del día anterior, ya que llegó después de que el camión distribuyera en horas de la mañana. Esperó en vano hasta finales de la tarde con la esperanza de que llegara otro.
«Pdvsa debería establecer una ruta con horarios para que la gente sepa cuándo debe buscar», dice, y agrega que Gas Caracas distribuye frecuentemente, pero es imposible saber con exactitud cuándo pasará el camión. En cambio, Pdvsa acude al lugar cada 15 días.

La espera puede ser de días o incluso de semanas para algunas personas, según los cilindros y la suerte que tengan
Entre los relatos, hay situaciones más desesperantes, como la de Eduardo Rosales, quien compró gas por última vez hace 28 días. Actualmente tiene tres cilindros vacíos y logra encender la cocina en su casa con una bombona prestada.
Comenta que los camiones primero atraviesan Puente Baloa de camino al llenadero, sin embargo, algunas veces tienen bombonas que sobraron de la jornada anterior, por lo que distribuyen esos pocos cilindros antes de llenar.
Oportunidad de negocios
Como ocurre con otros rubros que escasean, los problemas de distribución de gas han propiciado la aparición de mercados informales. El «bachaquerismo» nuevamente toma un rol protagónico cuando de bienes y servicios básicos se trata.
En este caso, los «bachaqueros» se han convertido en un mal necesario, una solución para quienes no se pueden dar el lujo de desperdiciar días o hasta semanas enteras «cazando» un camión.
José Martín Vivas, quien se encontraba de primero en la cola con 10 cilindros para cambiar, dice que él ofrece «una ayuda a la gente». Sus clientes le dan bombonas y él cobra una suma adicional por el servicio. Actualmente su tarifa es de 4.000 bolívares, adicionales a los 6.000 que cuesta reemplazar el cilindro.
En ocasiones, Vivas utiliza sus contactos para pedir a los conductores de los camiones que lleven un cargamento con bombonas llenas para «ayudar»
También alega que la escasez de gas ocurre realmente porque Pdvsa no deja que otras empresas, particularmente Gas Caracas, puedan surtirse adecuadamente en los llenaderos.
Entre cuentos, relatos, rumores, conversaciones y una enorme cantidad de paciencia, los petareños ven cómo se desvanecen sus días a la espera de que un camión les reparta uno de los recursos naturales más abundantes del país: el gas.