Entre promesas y acusaciones, al Zulia se le va la vida en la oscuridad
Tras un nuevo ofrecimiento de corregir las fallas que azotan la región desde hace casi dos años, la crisis eléctrica se agudiza con racionamientos que superan las 12 horas, el doble del tiempo establecido por las autoridades
Braulio Polanco
El pasado 21 de agosto, los medios nacionales reseñaron unas declaraciones del gobernador del Zulia, Omar Prieto, quien anunció que “la próxima semana” se eliminarían los racionamientos eléctricos en la región.
Ese mismo miércoles, Prieto afirmó que sería Nicolás Maduro quien anunciaría las “buenas noticias” para el estado en cuanto al tema eléctrico, y en una nota de prensa de la Oficina de Información y Prensa del Ejecutivo del estado Zulia (Oipeez), citada por el diario Panorama, se asegura que el mandatario en realidad dijo “próximas semanas”. La confusión se habría generado por un estado WhatssApp compartido por Juan García, jefe de prensa de Prieto, quien habría dicho que era la “próxima semana”.
Lo cierto es que la semana concluyó y los zulianos siguen sumidos en las mismas penumbras que azotan a la región desde hace casi dos años, con lo cual las rimbombantes frases del gobernador Prieto vuelven a ser palabras que se llevó el viento
La promesa no es nueva. El tema de la “mejoría” se ha venido ventilando desde hace tiempo. El 5 de agosto la vicepresidenta Delcy Rodríguez aseguró que “en los próximos días” se verían “resultados importantes” en el Zulia, mientras que unos días antes el gobernador Prieto había calculado siete meses para la recuperación “total” del servicio eléctrico de la entidad.
Pese a los reiterados ofrecimientos, la crisis se mantiene e incluso empeora: el racionamiento eléctrico de 6×6 que se viene aplicando en la entidad tras el apagón nacional del 7 de marzo se cumple solo parcialmente, pues en algunos sectores se registran apagones diarios de hasta 18 horas.
Un cuento con antecedentes
A diferencia de otros estados, en 2019 el Zulia cumple dos años consecutivos de crisis eléctrica. Todo empezó con un apagón el 25 de diciembre de 2017, por presunto saboteo de sectores de la oposición, que no pasó a mayores. Luego, en 2018, hubo apagones durante gran parte del año: algunos se extendieron hasta cinco días provocando pérdidas millonarias a carniceros y comerciantes. En una de las morgues de la ciudad los cadáveres explotaban por falta de energía eléctrica, mientras que huyendo de las altas temperaturas y los zancudos, las personas sacaban colchones para dormir en el frente de sus casas, e incluso en los techos. En el summum de la tragedia eléctrica, cientos de zulianos se concentraron en centros comerciales abastecidos por plantas eléctricas para intentar disfrutar del mundial de fútbol Rusia 2018.
Las promesas incumplidas han estado presentes desde el principio. En aquellos días, el entonces ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, se mudó a la región por encargo de Nicolás Maduro para “resolver” la situación. En las ruedas de prensa que realizaba con frecuencia, solía decir que en todas las comunidades que visitaba las personas lo felicitaban por su trabajo y le agradecían su compromiso, a pesar de que a diario se registraban protestas que casi siempre terminaban en represión de fuerzas de seguridad.
Motta Domínguez anunció el 23 de septiembre de 2018 que se activaría un turbogenerador instalado en Termozulia 1, el cual generaría 150 megavatios en el complejo eléctrico ubicado en el municipio La Cañada de Urdaneta, a 20 kilómetros al sur de Maracaibo. Este era, según él, un “logro venezolano, con ingeniería venezolana” que solventaría la crisis eléctrica.
Pero el turbogenerador falló con el pasar de los meses. Una investigación de ArmandoInfo reveló que el aparato instalado era de segunda mano y había estado abandonado durante ocho años en los patios de la planta B de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), en Ciudad Guayana. De paso, su instalación costó más de lo estimado.
En paralelo, tanto funcionarios nacionales como regionales lanzaban denuncias que muchas veces rozaban el absurdo o servían para avivar disputas políticas dentro del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela. En agosto de 2018, Prieto, quien llegó a la gobernación luego de que Juan Pablo Guanipa se negara a juramentarse ante la Constituyente, afirmó que una explosión en el puente sobre el Lago de Maracaibo que provocó apagones en varios sectores de diferentes municipios, había sido un atentado de un grupo terrorista que pretendía tumbarlo para incomunicar al Zulia del resto del país.
Juan Romero, vicepresidente del Consejo Legislativo del Zulia, dijo en una entrevista televisiva que el exgobernador Francisco Arias Cárdenas, era responsable de los apagones porque durante su gestión había cometido actos de corrupción con los recursos del sistema eléctrico. Esto último obligó a Arias Cárdenas a hacer una gira de medios para defenderse de los “ataques” de Prieto y exigirle que no buscara culpables sino soluciones.
La pesadilla regresó ¿para quedarse?
El 7 de marzo de 2018 se registró un apagón nacional que se extendió en algunas entidades por más de cinco días. El domingo de esa semana (11 de marzo) en todo el Zulia, pero especialmente en Maracaibo, arrancaron saqueos que se extendieron por días y afectaron a más de 600 empresas, de las cuales al menos 100 no pudieron recuperarse y tuvieron que cerrar sus puertas para siempre, de acuerdo a Fedecámaras Zulia.
Días después de ese gran apagón nacional, Prieto anunció un esquema de racionamiento de 12 horas diarias que se aplicaría en un cronograma de 6×6. La decisión alteró por completo la vida de los zulianos.
Desde ese momento no son pocos los zulianos que cada noche sacan sus colchones a pasillos y terrazas en un intento por conciliar el sueño en medio del abrumador calor marabino. María vive en la urbanización San Miguel de Maracaibo y asegura que el racionamiento no se respeta en este sector. «Hemos sido atacados fuertemente. No hay horario fijo. Se va cuando le da la gana a Corpoelec», señaló.
En los hospitales, pacientes y familiares se han visto obligados a trancar calles para protestar porque en varios centros de salud no se les garantiza electricidad. En los colegios cambiaron los horarios de salida de 1:00 de la tarde a 10:00 de la mañana y en las universidades algunos profesores se vieron obligados a pautar actividades por WhatssApp.
Los centros comerciales abren en horarios especiales y algunos cines no tienen aires acondicionados, lo que dificulta el entretenimiento en medio de la tragedia
En la iglesia Sagrada Familia de la urbanización San Miguel, es habitual que se suspendan los oficios religiosos por falta de electricidad. El padre Danilo, sacerdote encargado de este templo y quien ha realizado ceremonias a capela, aprendió a utilizar el sarcasmo como método de defensa ante las fallas eléctricas y la poca respuesta de las autoridades: «qué lindo es Corpoelec. Ellos todas las mañanas nos envían electricidad y en la noche nos dan una hora. De verdad que la gente que se queja es muy malintencionada y desconsiderada».
Ezio Angelini, presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo, asegura que la canasta básica en Maracaibo se ubica en 3,7 millones de bolívares, es decir, 1,1 millones más cara que en Caracas si se compara con los datos de Cendas. Angelini afirma que, entre otras cosas, los productos en el Zulia han aumentado su valor porque los costos para mantener las empresas son mayores pues han tenido que agregar gastos adicionales como plantas eléctricas, que necesitan constante gasolina en un estado que padece una crisis de combustible, lo que obliga a los comerciantes a recurrir al mercado negro.
Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela, comenta que en las zonas rurales donde se ejerce la ganadería, normalmente no hay electricidad, lo que obligó a la gran mayoría de los productores a adquirir plantas eléctricas, con el agravante que no cuentan con combustible para alimentarlas
«Por falta de electricidad no funcionan los cajeros automáticos, tampoco los ciudadanos cuentan con dinero efectivo para comprar alimentos o productos ni puntos de venta para pagar, y las telecomunicaciones tampoco funcionan», afirmó la diputada a la Asamblea Nacional por Zulia, Nora Bracho. «Es un verdadero caos lo que está viviendo el Zulia», agregó.
En medio de este panorama, el lunes 26 de agosto Lisando Cabello, secretario de Estado del Zulia y mano derecha de Prieto, dijo que la región tendría que autogenerar 2.000 megavatios para independizarse del Sistema Eléctrico Nacional. “Algún día lo lograremos, pero por ahora está en nuestras posibilidades”, dijo; frase que deja claro que la solución al problema está muy lejos de solucionarse, tal como reiteradamente lo ha prometido su jefe inmediato.