Equipos de autor y la importancia de los entrenadores en el fútbol, por Gustavo Franco
Hay algunos equipos de fútbol que cuando uno va a verlos, ya sabe qué puede esperar. Más allá de si tienen a grandes estrellas o no, son capaces de realizar dentro del campo la visión de su entrenador. Lo importante es el estilo de juego del técnico del equipo, y los jugadores lo llevan a cabo porque, tras muchas sesiones de entrenamientos y partidos, han internalizado esta filosofía.
Estos equipos de los que se espera un estilo de juego determinado, se les ha empezado a conocer como equipos de autor. Porque al igual que en el cine de autor, uno puede intuir cómo se desarrollará el partido (o la película), porque el entrenador (o director) tiene una propuesta muy clara y una estética particular.
Hay varios equipos de autor en la actualidad. Los más importantes son Liverpool, ganador de la Liga de Campeones; Manchester City, campeón de la liga inglesa; Tottenham Hotspur, finalista de la ‘Champions’; y el Atlético de Madrid. En el caso del Liverpool, los jugadores saben perfectamente lo que su entrenador, Jürgen Klopp, quiere de ellos: que presionen a su rival con mucha intensidad, para recuperar el balón en zonas peligrosas para el contrario. Ello requiere un régimen de entrenamiento físico que permita a los jugadores hacer esto siempre.
Desde que llegó a Liverpool en 2015 se le ha dado el poder para elegir jugadores y confeccionar un equipo que pueda implementar su idea. El resultado es que tras recibir a un equipo que era irregular y que no era capaz de competir en varias campañas consecutivas, los ‘reds’ han mejorado temporada tras temporada, hasta conseguir su primer trofeo desde la llegada de Klopp hace cuatro años: la Champions League.
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Pep Guardiola es conocido por su filosofía del fútbol de posesión. Cuando los equipos entrenados por el catalán pierden el balón, buscan de forma frenética recuperarlo y mantenerlo bajo su control, para luego encontrar espacios que permitan anotar un gol. El estilo que dio a conocer el mentor de Guardiola, Johan Cruyff, no se negocia. Tras una primera temporada sin títulos con el Manchester City, sus superiores en la ciudad de Manchester no entraron en pánico. Apoyaron a Guardiola y trajeron a los jugadores necesarios para desarrollar su visión.
Si bien Guardiola es uno de los entrenadores que más títulos ha ganado, y los enfrentamientos directos con muchos entrenadores le son favorables, hay un entrenador que siempre le da pelea, y que le ha ganado más partidos a Guardiola que los que ha podido ganarle el español: Jürgen Klopp (siete victorias para Guardiola, ocho para Klopp, y sólo dos empates).
No es casualidad que primero en Alemania y luego en Inglaterra, por mucho que Guardiola dominara la liga por estar en un contexto donde su equipo es el que más recursos tiene, siempre ha encontrado en Jürgen Klopp un rival formidable
El alemán, al igual que su homólogo español, también ha sido capaz de hacer que sus equipos realicen su visión de juego. Los partidos entre el Manchester City y el Liverpool son atractivos, para no perdérselos, por esta razón. Un alto nivel de competitividad entre dos equipos con ideas distintas, pero que buscan realizarlas a como dé lugar. Y ambos han necesitado de la paciencia de los ejecutivos del club respectivo.
También existe un caso en el cual se hace el camino contrario. De practicar un fútbol reconocible y en equipo, a ser una colección de estrellas. El Fútbol Club Barcelona fue donde Guardiola empezó sus andares como entrenador. Trajo de vuelta el juego basado en la posesión que ya se había visto con Johan Cruyff, y los métodos de entrenamientos para llevar esto a cabo.
Cuando se fue Guardiola, los jugadores del Barsa han jugado este estilo de fútbol por inercia. Con el ‘Tata’ Martino, se jugaba más directo, con menos elaboración y menos presión. Luis Enrique llegó luego, y sí pudo traer de vuelta esa energía para presionar al rival, lo cual llevó al equipo a ganar un “triplete” (Liga española, Copa del Rey y Champions League). Sin embargo, no era ningún secreto que a los jugadores no les gustaba que Luis Enrique les exigiera tanto en los entrenamientos.
El divorcio entre el vestuario y cuerpo técnico que hizo que Luis Enrique abandonara el club. Al llegar Valverde, los jugadores se sienten con más poder. Los entrenadores van y vienen, pero ellos permanecen. El Barsa juega con aún menos intensidad. Tener a un jugador como Messi, que está marcando una época, parece haber sido suficiente para que el Barsa ganara dos ligas en dos años con Ernesto Valverde de entrenador.
Pero cuando en la Liga de Campeones les ha tocado defender una ventaja considerable en un partido de vuelta, han salido eliminados de forma humillante. Primero, la Roma les remontó un 4 a 1 con un 3-0 para los italianos. Lo peor vino cuando el Liverpool les repitió el tratamiento, y los eliminó remontando un 3-0 en el Camp Nou, con un 4-0 en Anfield Road. Cuando las cosas no salen bien, los jugadores del Barsa no tienen ese estilo sobre el cual anclarse de forma instintiva.
Esta situación evidencia el poco poder que tiene Valverde, a quien ni se le consulta en materia de fichajes de acuerdo a reportes de muchos medios especializados, y según ha dicho él mismo en declaraciones. Mucho se habló de la vuelta de Neymar porque los jugadores del Barcelona lo querían. Al final era una negociación muy complicada, y el regreso de Neymar no se materializó. De talento innegable, el brasileño habría traído su ego y hubiese hecho que el vestuario sea aún más ingobernable.
Y aunque Neymar no llegó, es un síntoma de la nueva deriva del club catalán. Pasó de ser un equipo que promueve a jóvenes talentosos de su famosa academia, a un equipo que acumula estrellas; muy parecido al Real Madrid de la presidencia de Florentino Pérez. La estrategia es válida, y también puede rendir frutos. El Madrid logró ganar la Liga de Campeones tres años seguidos.
Sin embargo, estos éxitos deben ser matizados, porque en torneos de eliminación entran en juego factores que a veces no tienen mucho que ver con el mérito. La suerte, errores del rival, o el hecho de que Cristiano Ronaldo era imparable en este tipo de partidos, son algunas cosas que contribuyen a explicar éste éxito sin precedentes del Real Madrid en Europa. Así, el Real Madrid conseguía ganar partidos porque sí.
Fue un éxito frágil que empezó a derrumbarse tras la marcha de CR7. Pero el Barcelona había quedado traumatizado por éxito del eterno rival. Las ocho ligas ganadas en 11 años empezaron a saber a poco, dado el gran prestigio que tiene la ‘Champions’. Por ello el Barsa también ha entrado en la dinámica de acumular estrellas. Atrás parecen haber quedado los días en que lo importante era el estilo, y la visión del fútbol que un entrenador es capaz de aportar.
Con el Real Madrid en un período de reconstrucción y el Barsa en una especie de deriva, el Atlético de Madrid se encuentra con una Liga que tiene opciones creíbles de ganar. Ya tiene una ventaja de cuatro puntos sobre el Real Madrid y de cinco sobre el Barcelona.
En el Atlético de Madrid sí hay un entrenador líder: el ‘Cholo’ Simeone. Desde que el argentino llegó, también ha implementado una propuesta muy reconocible. Un equipo aguerrido y que tiene una gran solidez defensiva. Un equipo de autor que, por encima de todo, es eso: un equipo.
Cualquier emprendimiento, cualquier organización conformada por humanos debe entender esto. Que el trabajo en equipo orientado a una visión vale mucho más que la acumulación de estrellas. El fútbol no iba a ser la excepción