Palmisano, quien reemplazó en septiembre pasado a Juan José Ávila, indicó que este recorte hizo estragos en el campeonato 2019-2020, que fue reducido en tiempo y partidos, pero su intención es no dejarlo «morir».

El torneo, que solía comenzar el 15 de octubre y terminar en enero, comienza hoy 5 de noviembre con una reducción de más del 40 % de sus gastos, que se nota en menos partidos por equipo, que pasaron de 63 a 42.

De igual forma, la contratación de peloteros que en promedio era de 10.000 dólares por jugador bajó a 5.000 y 3.000 dólares.

Esto se suma además a la pérdida de prestigio por la ausencia de peloteros de diferentes países que pertenecen a las ligas mayores y menores estadounidenses fuera y dentro de ese país, de «un potencial de 800» jugadores que «hacen vida en el circuito venezolano».

«Obviamente no tenemos la calidad de otros años porque no contamos con la vistosidad de un campeonato donde estén jugadores adscritos a la MLB, eso no se puede ocultar, pero es mejor tener algo que no tener nada».

Sin embargo, señaló que en los ocho equipos que juegan están ofreciendo unos jóvenes que vienen en ascenso, jugadores de ligas independientes y de otros países como República Dominicana y México, que van a «reforzar ese vacío que hay».

Señaló que hay incluso peloteros que ya no están adscritos a la MLB que tendrán una vitrina en Venezuela en su deseo de volver a esta liga americana.

Palmisano hizo un llamado a no dejar desaparecer la liga, que promueve a muchos jóvenes que sueñan con ser profesionales y lamentó que con el tiempo puede empezar a perder también patrocinio privado y las taquillas debido a estas sanciones.