Tres temas, por Américo Martín
1- La dirección política opositora debe ser imaginativa para resolver con el dedo meñique sus posibles disparates y sacarle todo el provecho del mundo a sus nada infrecuentes aciertos. En la guerra civil española, el coronel republicano Vicente Rojo reveló que algunos jefes discutían planes en tascas y bares ¿Resultado? Los nacionalistas conocían detalladamente la estrategia republicana y éstos ignoraban la de sus enemigos.
¡Ah, cómo enseñarles que para obtener logros deberían tratar la guerra y la política con la seriedad que se debe a la ciencia y el arte! De ese género fueron recientes iniciativas opositoras: la propuesta de que renuncien Guaidó y Maduro antes de las elecciones. Y el nombramiento del Comité de Postulaciones en orden a la selección del nuevo CNE. No son simples formalidades. Recordemos que el árbitro electoral flotaba en la misteriosa penumbra de los “neonatos” de Nosferatu, el vampiro. Si algún aguafiestas proclamara que todo era jugando, no sería recibido con serpentinas.
2-La comunidad internacional verificará las aceptaciones intercambiadas y probablemente se reactivará, tras analizar los nuevos elementos a ver si dan para reactivar la negociación del pantano en que yace presa con lazos y es factible, como creo, la salida electoral. Y de paso limpiar los obstruidos canales constitucionales.
No es difícil imaginar los obstáculos que interpondrá la mala fe, pero recordemos que el éxito se alimenta del éxito. Cada escrutinio marcará un hito emocional. Trátese o no de una serie victoriosa, el paso inicial quizá lo sugiera.
Del Comité Preliminar al de Postulación. Y de éste, emanando de lo desconocido, asomará su ignoto rostro el nuevo CNE. ¡Que nadie pierda la coherencia que también debe ser mestiza!
3)El tema de la invasión militar de Venezuela tal vez dirigida por el TIAR, ha ido pasando a segundo plano como era fácil de pronosticar. Algunos cimentaron tan riesgosa fórmula en dos falsos supuestos: la creencia de que no habiendo ya a lo interno de Venezuela más nada que hacer, los más poderosos de los aliados solidarios con el cambio democrático debían ser los que asumiesen la tarea. No es así, nunca despacharán sus soldados ni les corresponde poner los cadáveres.
El otro supuesto, tan indefendible como ese, es que pedir con vehemencia la indicada movilización armada sería suficiente para darla por hecha. No es que semejantes políticas sean malvadas, malintencionadas. Creo en la buena fe de quienes toman riesgos en complicadas situaciones. Solo que no están libres de errar y de hacerlo severamente.
Lea también: Chile: defendiendo a su democracia, por Fernando Mires
Puede ser contraproducente además de injusto con nuestros solidarios amigos, el indebido intento de trasvasar las responsabilidades de la oposición a sus nobles amigos y aliados foráneos, cuya generosa ayuda agradecemos y sabremos corresponder, pero no pensamos que sea digno pedirles que asuman por nosotros esa tarea, bajo el frágil argumento de que ya nada más podemos hacer incluyendo los caídos.
Sería tal vez indefendible habida cuenta de que el argumento para transferir a los amigos lo que corresponde a los venezolanos no tiene base alguna ni tampoco solicitar que se nos invada militarmente alegando que los luchadores venezolanos ya nada más podemos hacer.
3-A nuestro peculiar mestizaje hispanoamericano atribuyen unos todas las ventajas, y otros las desventajas de nuestra raza, dicho deliberadamente así: “raza”, el vergonzoso vocablo que trata de recuperar el top de la siniestra nombradía que alcanzó bajo la dominación nazi.
Desde niños, después de la Guerra Mundial y el holocausto judío no recuerdo que ninguno de mis compañeros fuera dominado por la furia antijudía y demás formas de discriminación. Los muchachos venezolanos eran señalados con el dedo si hablaban de judíos y negros, se sobrepusieron al desprecio ambiental y ya no bajaron la guardia ni fuimos arrastrados hacia modelos de racismo.
Conviven amargos prejuicios junto a la generalizada abominación contra la salvaje realidad descubierta a la derrota del eje y la apertura de los campos de exterminio, agravada por las desgracias imputadas al racismo, agravadas hasta lo imposible durante el exterminio nazi-fascista. El holocausto judío y todas las formas de discriminación y degradación étnica, nacional, sexo y otras que siguen a la vista del Universo a la espera de otra conflagración, la más destructiva, la que reventaría el Planeta como una copa de vidrio.
No obstante se aprecia una convivencia creativa entre las Religiones, que evoca lo que fue el vivir hispano durante Siglos.
La fuente más notable del mestizaje ibérico fue la propia península –porque mestizos en grado impar eran España y Portugal- de modo que su encuentro con las Indias Occidentales y las etnias africanas y los califatos, taifas dimensionó mucho más la condición humana.
La fecunda expansión étnico-cultural Hispanoamericana explica también el incesante bascular entre opciones excluyentes, incluso retornos al cauce democrático superponiéndose a absurdos y retrocesos Tantas convicciones empapadas en sangre renuevan la esperanza, enriquecen el potencial democrático, que no yace en el ocio. Es lo que indujo al fraterno Mario Vargas Llosa a regalarnos este luminoso mensaje: Admiro la lucha de los venezolanos, no hay mucho que recomendarles; hay mucho que apoyarlos.
Gracias de nuevo, Mario. Son valores Hispanoamericanos. A esa raza (dejemos el anacronismo por un momento en paz) la llamaron “cósmica” Vasconcelos y Américo Castro, por creerla una “síntesis” de todas ellas. Y ciertamente recoge ricas vertientes mestizas que le proporcionan su peculiar homogeneidad cultural, menoscabada en el quebrado panorama actual.