Argentina: cuando el futuro es el corto plazo, por Marino J. González R.
El 10 de diciembre se inicia en Argentina un nuevo gobierno. Los sucesos recientes en Chile y Bolivia han desviado la atención de este evento. La importancia de Argentina en el contexto regional ha sido siempre relevante, tanto por la influencia política como económica y social. El hecho de que este cambio se realice en el contexto de considerables restricciones en la dinámica económica y con el clima de ingobernabilidad en países cercanos, otorga a este acontecimiento mayor significación. Es bastante probable que la evolución del próximo gobierno afectará las relaciones políticas en la región, así como las vinculaciones con países vecinos en términos del intercambio comercial y de la integración.
En 2019, de acuerdo con el último informe del FMI, la capacidad de compra en términos comparados en Argentina es la quinta de la región, solo superada por la de Panamá, Chile, Uruguay y México. Pero también el FMI ha pronosticado que en este año la economía decrecerá en 1,2%. La tasa de inflación cerrará como la tercera más alta del mundo, esto es, 54%, solo superada por las de Venezuela y Zimbabwe. En el plano social, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos ((Indec) ha informado que la población en situación de pobreza alcanzó el 35% en el primer semestre de este año.
De acuerdo con el Atlas de Complejidad Económica de la Universidad de Harvard, Argentina tiene un índice negativo de complejidad económica. Esto es, tiene menores capacidades para producir valor de exportación que el promedio de los países del mundo.
En estas circunstancias, se podría imaginar que el programa de gobierno del presidente electo, Alberto Fernández, debería contener las alternativas de políticas para enfrentar este cuadro complicado, con tendencia a agravarse. Es de esperar que tal programa debería establecer no solo las medidas para superar las restricciones de crecimiento y el aumento de la inflación, sino las opciones de mediano y largo plazo que deberían ponerse en funcionamiento para garantizar el mayor nivel de desarrollo.
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En realidad, la plataforma electoral del Frente de Todos, amplia coalición triunfadora en las elecciones presidenciales, no presenta mayores consideraciones sobre los problemas de Argentina en una perspectiva de mediano plazo y largo plazo. Valga mencionar que palabras como “exportaciones”, “exportar”, “conocimiento”, “innovación” no son citadas ni siquiera una vez en el texto del programa de gobierno. Pareciera como si las opciones que se anticipan pueden obviar lo que hoy se sabe sobre el conjunto de políticas que generan los recursos y capacidades para el desarrollo sostenible.
Esta visión, concentrada en el corto plazo, es la que probablemente ha prevalecido para que tampoco exista ninguna mención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030, los cuales han sido incorporados plenamente en la dinámica de múltiples organizaciones del desarrollo y sirve de base para la elaboración de los planes nacionales. De hecho, no existe en el texto ninguna mención del año 2030.
En el programa de gobierno, al mencionar lo requerido para avanzar en el fortalecimiento del Estado, se mencionan generalidades como “planificación estratégica para definir prioridades y orientar la inversión pública”, o “sistema de gestión presupuestaria que otorgue eficiencia y eficacia en el manejo de los recursos”. Es bastante evidente que el objetivo no era indicar la especificidad de las medidas que se proponen.
De todo lo anterior se puede deducir, especialmente por las complicaciones que se experimentan en Argentina, que el programa de gobierno no tiene mucho que ver con las políticas que se implementarán desde mediados del próximo mes. Tampoco está relacionado con los problemas de mediano y plazo que afectarán al país. Esta es una discusión pública que deberá ser asumida al presentar el próximo gobierno su plan de acción para los próximos años.
Esa será la oportunidad de explicar en detalle cuáles son las reales prioridades de la gestión. Tales prioridades deberán incorporarse en el plan nacional respectivo y servir de guía para los siguientes pasos. Esperemos que en esas nuevas etapas si se pueda conocer cuáles son las políticas que el nuevo gobierno implementará para llevar a Argentina más allá del corto plazo.