Para Guaidó el 16N es vencer o morir, por Ángel Monagas
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Mucho antes del domingo 10 de noviembre 2019, en Venezuela todo estaba tranquilo. Un silencio sepulcral recorría los espacios. A la par, la única salida de la gente (sigue vigente), es huir, salir del territorio, con preferencia hacia Colombia, Perú y Chile.
Los escenarios han venido cambiando.
Los venezolanos damos gracias a Dios por cada día que soportamos.
Lo que gobierna Venezuela prosigue su lucha por extender el periodo de existencia. Acude a sus amigos, a sus relaciones.
El resultado de Argentina, fue un balde de agua fría para quienes creíamos que el socialismo estaba siendo superado.
Lo de Bolivia ha refrescado, aunque no parece suficiente.
Chile agoniza y no tengo dudas de que aún el Presidente Piñera no ha vivido lo peor. Antes del 31 de diciembre, probablemente la presión lo obligue a dimitir. Los militares pusieron condiciones para actuar y contener; También lo harán los carabineros (policías).
Al menos los aliados fundamentales Estados Unidos, Colombia y Brasil, continúan incólume a nuestro lado. Puede haber variables en el norte, con el juicio político a Trump, aunque los demócratas en materia internacional no es mucho lo que cambiaran sobre el tema Venezuela.
Colombia también podría probar la medicina chilena.
Expectativas del 16N
A menos de dos días, sigo percibiendo demasiada tranquilidad.
Nadie puede prever la reacción final de un conglomerado de gente. El urbanismo moderno impide muchas veces captar las realidades sociales.
Los hechos que sacaron a Evo Morales del poder en Bolivia, coadyuvan en la impregnación sicológica de confianza. Quizá el problema estriba en lo adelantado de los hechos. El chavismo encendió con cinco (5) días de antelación las alarmas de preparación, ante un posible escenario adverso.
Lo que se debate depende mucho de la actitud de Guaidó.
Estamos a menos de dos meses de definir la conformación de la nueva directiva de la AN. Es necesario activar la calle. Despertar nuevamente las pasiones del 5 de enero pasado, para sostener un proyecto.
El gobierno y el gran partido de esta falsa revolución: Las Fuerzas Armadas, siguen girando, dando vueltas intentando detectar la menor actitud de acción e incluso de omisión. De aquí al 17 próximo, cualquier oficial o personal de las FANB cuyo trabajo éste relacionado con el orden público tiene prohibido moverse, so pena de ser considerado bajo el delito de traición a la patria.
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No hay precisión de lo que debe hacerse el 16. Luis Aquiles Moreno, diputado y mano derecha y mandadero oficial de Ramos Allup, señaló que la marcha debe ser pacífica y que la ruta electoral es la vía. Emilio Grateron hablo del inicio de una ola de protestas, negando cualquier clase de marcha. Guaidó solo se limitó a decir que “después del 16, viene el 17” y, lógicamente después vendrá el 17, el 18, etcétera.
La gente, animada con los hechos de Bolivia, observa una falta de claridad total para establecer las causas del 16N. Quieren romper la tradición de estos 20 años y 10 meses. Salida sin retorno, líderes arriesgando físico.
El G4, se ha dedicado a restablecer conversaciones con los otros sectores de la oposición, sin mayores resultados de concertación. María Corina y Guaidó debieran caminar juntos, por ejemplo.
Oposición venezolana
Las protestas en lugares que nunca pensamos, independientemente de las motivaciones que pueden ser muy complejas para analizar en este espacio, indican que las preocupaciones económicas, mi eterno dilema y las desigualdades ocasionados, son de mucho peso.
Banalizar a la izquierda diabólica de los Castros y su eje del Mal el Foro de Sao Paulo, sigue siendo un error.
Cuba es un riesgo innecesario. No son los responsables de la génesis de los conflictos, en tanto que, si contribuyen a su permanencia, a su desarrollo, intentando afectar a las democracias.
Sobre esos riesgos, de superarse la crisis, los organismos legislativos internacionales, en lugar de soslayarlos o de dilapidar tantos recursos en protocolo y pomposidad, deben producir supuestos de hechos en leyes sobre el tema.
El día D
Han creado a mi juicio nuevamente una falsa expectativa, en lugar de hacer como muchas veces lo hacía la iglesia antigua, primero hacer y después escribir.
Una serie de protestas se han planificado, sin una propuesta suficientemente clara de los propósitos.
La represión es una variable casi asegurada.
La participación militar en contra de la represión o la no participación de un amplio sector, es parte de la imaginación más que de hechos concretos y objetivos.
Los nervios son malos consejeros.
Vuelvo a decirlo, debe ser la sociedad civil la acompañada, promotora y protagonista y no los partidos.
Rumores sobre los mismos “locos de siempre”, con su propia agenda y motivaciones ruedan en la capital. Otro 30 de abril sería fatal.
El reclamo al liderazgo es constante y no es del todo justo. Necesario es que todos los componentes de manera voluntaria engranemos.
Guaidó está obligado a vencer o morir
Un liderazgo que se mantiene ciertamente, pero algunos nubarrones empiezan a opacarlo. De no producirse el 16N una demostración contundente, las consecuencias para él serán fatales.
Tiene una cita con el destino. Si logra el objetivo, el cielo es el límite. Si nuevamente fracasa, el lado oscuro de la historia lo arropará y lo volverá aquello que decía Chávez “polvo cósmico”. Habrá llegado la hora y por enésima vez, de cambiar el reparto.
Lo positivo es que con o sin Guaidó, aún tenemos posibilidad, sin embargo, triste sería perder ese sueño, esa oportunidad.
Para Guaidó y todo lo que lo acompaña es ¡vencer o morir!