Indexación de los créditos y dolarización de la banca, por Víctor Álvarez R.
El Banco Central de Venezuela publicó una nueva resolución en la que autoriza el ajuste de los créditos comerciales al comportamiento de la tasa de cambio oficial. Al sincronizar los préstamos en bolívares con el precio del dólar, si éste sube, el saldo a pagar en bolívares también sube y absorbe la ganancia cambiaria, desestimulando así la especulación en divisas.
La combinación de bajas tasas de interés, creciente inflación y alza permanente del dólar hizo de la especulación cambiaria un gran negocio. Tras la fachada de créditos comerciales, agrícolas o industriales un torrente de bolívares iba a parar al mercado paralelo, presionando el precio de la divisa.
Endeudarse con tasas de interés muy por debajo de las tasas de inflación para comprar un televisor, una nevera, una lavadora o simplemente dólares, resultó ser un gran negocio que se hizo a expensas del activo de la banca, cuyos préstamos a cobrar en bolívares se derritieron como cubitos de hielo bajo el voraz fuego inflacionario.
Para muestra un botón: en 2017, a la tasa de cambio oficial de entonces, el activo de la banca en bolívares equivalía a $ 12.120 millones, pero al cierre de septiembre de 2019 apenas llegaba a $ 259 millones. A medida que subía la tasa de cambio, la expresión en bolívares del total de créditos era cada vez menor.
Ahora se aprueba la indexación de los créditos en bolívares a la evolución de la tasa de cambio oficial, pero esta medida –que si bien protege los activos de los bancos–, se hace a expensas de los deudores que no podrán pagar los créditos, si la tasa de cambio se dispara. Así, quien haya comprado a crédito una secadora, probablemente tendrá que vender la lavadora para poder pagar el saldo deudor, evitar que éste siga creciendo y no tener que vender también el televisor.
Al indexar los créditos a la tasa de cambio y limitar la demanda de créditos dirigido a la adquisición de divisas, ciertamente se frena el tipo de cambio, pero también encarece el financiamiento al sector comercio y al aparato productivo en general.
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La resolución del BCV establece que, en adelante, los bancos deberán expresar el crédito otorgado en una unidad de cuenta llamada Unidad de Valor de Crédito Comercial (UVCC). Es como una especie de Unidad Tributaria cuya expresión en bolívares se irá ajustando al ritmo de la devaluación. La UVCC resulta de dividir el monto del crédito en bolívares entre el llamado Índice de Inversión (IDI), el cual aumentará al ritmo del precio del dólar.
Por ejemplo, si la devaluación es de 25% en el primer mes, el índice base de 100% sube a 125. En otras palabras, si a usted le prestaron Bs. 100.000, con la indexación del crédito al ritmo de la devaluación, al mes siguiente Ud. deberá Bs. 125.000 y así sucesivamente.
El gran riesgo es que, aunque en términos de UVCC se mantenga constante, en términos de bolívares no se establecen límites al incremento del capital adeudado. Y en caso de una variación desproporcionada del tipo de cambio, el saldo deudor en bolívares alcanzará montos impagables, mientras que si lo que ocurre es una reducción del tipo de cambio, el capital adeudado no puede ser menor al monto del crédito otorgado.
Los créditos indexados son buenos para la banca en tanto protegen sus activos de la hiperinflación y la devaluación, pero también representan un riesgo de impago que puede acarrear un grave daño en la calidad de su cartera crediticia. Quien no facture en dólares estará condenado al sobreendeudamiento.
Para proteger su patrimonio, la banca se concentrará en el crédito comercial indexado al dólar y exigirá garantías en divisas.
Solo los exportadores o grandes clientes corporativos con capacidad de traspasar los costos financieros a los precios podrán asimilar este esquema. El resto de los préstamos, como el financiamiento al consumo mediante las tarjetas de créditos, tenderá a desaparecer.
La medida afectará sobre todo a los comercios que cobran sus ventas en bolívares, pero luego pagan el crédito indexado que aumentará al ritmo de la tasa de cambio.
En consecuencia, como nadie que tenga un crédito querrá vender su mercancía en bolívares, la medida de indexar los créditos comerciales a la evolución del tipo de cambio oficial generará presiones para acentuar la dolarización del comercio, del crédito y de la economía nacional.