Invierno sin nieve, por Gregorio Salazar
Twitter: @goyosalazar
Diciembre 2021. Año 200 de la Independencia, 162 de la Federación y 22 de una etapa de tanta prodigalidad en etiquetas como en lo magro de sus realizaciones: proyecto bolivariano, socialismo del siglo XXI, quinta república, revolución chavista.
No importa cuál de las cuatro se escoja, el venezolano de hoy sabe que cualquiera de ellas ha significado la destrucción de Venezuela y la aparición de otra hostil a la esperanza, árida para los sueños, seca de oportunidades, donde el futuro se va desvaneciendo y las expectativas se acortan con el paso de los años.
Venezuela vive una dictadura, los detentadores del poder lo saben y, como todo opresor y por eso mismo, la desean a perpetuidad. Lo demuestran con desembozado cinismo. La ilegitimidad que el mundo democrático les recrimina no los desvela y son capaces de desechar el más mínimo acto que pudiera contribuir a atenuarla.
Es así: la legitimidad, sea de origen o de funcionamiento, les importa un bledo. Está a las claras. ¿Costaba mucho mantener en la gobernación de Zulia las mismas competencias y atribuciones y, por tanto, los recursos que disfrutó el mandatario afín a la cúpula roja? A lo mejor las están reservando para un nuevo “protector”.
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Omar Prieto se llama el ahora ex gobernador de ese estado, un joven cuya mentalidad revela bien el rancio amasijo imaginario que ha instalado el chavismo en un sector de las nuevas generaciones. Un gran pasticho cívico militar. Es capaz de rezar letanías y versículos con los ojos entornados y tomado de la mano con su entorno de uniformados y en paralelo actuar contra los disidentes como la Gestapo hacia los enemigos del Tercer Reich. Fue aventado de manera apabullante por el voto, subrayamos, por el voto de los zulianos.
La legitimidad, lo acaban de demostrar, les importa un pito. Si, como se dice, habían ido en busca de ella a México las recientes elecciones regionales y municipales les dieron oportunidades que en concordancia pudieran ser aprovechadas. ¿Acaso era un trance de vida o muerte reconocer el triunfo de Freddy Superlano en Barinas?
Por el contrario, han iniciado el operativo, este también cívico militar, para tratar de rendir la resistencia de los barineses. Si hay que romperle los huesos a la constitución y las leyes electorales se hace. Y a un chasquido de los dedos aparecen la Contraloría, el TSJ y los conmilitones. Y si hay invadir el estado, al mejor estilo de la blitzkrieg, con dádivas electrodomésticas, monetarias y alimentarias, sin excluir coerciones y amenazas, también se hace.
En estos días decembrinos, la cúpula oficialista se refocila en su capacidad de mutar. Del discurso atroz contra la empresa privada y de las políticas que acabaron con ella ahora son promotores de la inversión extranjera y el libre comercio. No más control cambiario ni precios justos, vengan bodegones y casinos y el lucerío deslumbrante de los grandes moles y macrofarmacias. Al cesto con el modelo estatista, centralista y expropiador, pero sin hacerse lenguas de ello.
Pero la incertidumbre sigue vigente en lo económico y lo político. Las elecciones regionales demostraron que el chavismo es minoría y que a pesar del ventajismo sin límites es derrotable. Lo lamentable es que ante esa evidencia en el campo opositor tampoco se despejen ni se unifiquen las estrategias. Y ya se perfila que no habrá unidad frente al laberinto del reférendum revocatorio.
Mientras el tiempo corre, cuán duro se han vuelto los días de navidad para el pueblo venezolano La alegría, la esperanza, las expectativas por un año mejor no se instalan en los hogares sólo a base de rituales ornamentales, musicales o gastronómicos si falta la presencia de los seres queridos que partieron obligados por las estrecheces y penurias, por el futuro cercenado. Las separaciones, la pena por las ausencias cala en el seno de las familias. Y la tristeza se instala, gélidamente, en esta especie de invierno sin ventisca ni nieve que nos ha tocado.
Gregorio Salazar es periodista. Exsecretario general del SNTP.
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