Italia pone freno a la transición ecológica en los automóviles
Después de batallar en vano contra el fin de los motores de combustión en los vehículos nuevos a partir de 2035, el gobierno de Italia, dirigido por Giorgia Meloni, encabeza ahora la lucha en Europa contra el endurecimiento de las normas de contaminación de automóviles propuesto por Bruselas.
Texto: RFI / AFP
«Italia está al frente, nuestras posiciones son cada vez más compartidas», aseguró esta semana el ministro de Empresas, Adolfo Urso, un ferviente defensor de la industria nacional frente a una «visión ideológica» de la lucha contra el cambio climático.
Se refería así al frente formado por ocho países europeos, incluidos Italia y Francia, opuestos a una futura norma bautizada Euro 7 que endurece las condiciones de pruebas de emisiones de los vehículos y que entrará en vigor a partir de 2025.
La propuesta europea «es claramente equivocada y no es útil desde el punto de vista ambiental», sostuvo el ministro de Transporte, Matteo Salvini, quien pidió un «bloqueo mayoritario» de este proyecto, considerado costoso por la industria automovilística.
Salvini, líder de la ultraderechista Liga, lideró la ofensiva contra la extinción de los motores de combustión en 2035, por considerarla «una locura» que «destruirá miles de empleos de trabajadores italianos» en beneficio de China, que lleva la delantera en materia de autos eléctricos.
Tras una amenaza de última hora de Alemania de bloquear la medida, Bruselas abrió en marzo la vía a los carburantes sintéticos exigidos por Berlín, sin ceder a la petición de Roma de autorizar los biocarburantes para prolongar la vida de los motores de combustión.
Según los expertos, la controvertida tecnología de los carburantes sintéticos, aún en desarrollo, solo afectaría a una minoría de los vehículos de lujo, como los de Ferrari, que acogió con satisfacción la concesión hecha por Bruselas.
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Fuerte cabildeo industrial en Italia
En Italia, «las cuestiones ambientales y climáticas quedan siempre relegadas al segundo plano», bajo la presión de un «fuerte cabildeo industrial» en los sectores de los automóviles y la energía, deploró Federico Spadini, dirigente de Greenpeace Italia.
«Ninguno de los gobiernos de los últimos años ha estado a la altura de los retos ambientales. Italia no se ha hecho un nombre en Europa como paladín del clima», declaró a AFP.
A su juicio, «es cierto que con el gobierno de Meloni la situación se ha deteriorado».
Italia es el país con peores resultados en Europa: las ventas de autos eléctricos cayeron un 26,9% en 2022 y su cuota de mercado solo alcanzó 3,7%, frente a un promedio de 12,1% en la Unión Europea (UE). Los incentivos a la compra de vehículos cero emisiones han fracasado.
«No hay entusiasmo por los vehículos eléctricos en Italia. La oferta es escasa, con un solo modelo del fabricante nacional Fiat», constató el analista Felipe Muñoz, de Jato Dynamics.
Además, «el poder de compra no es muy alto, la gente no puede permitirse coches eléctricos caros, así que la demanda es débil, al contrario que en los países nórdicos», explicó a AFP.
Esta opinión es compartida por Gerrit Marx, presidente del fabricante italiano de camiones Iveco.
«Corremos el riesgo de transformarnos en una gran Cuba, con autos muy viejos que seguirán funcionando durante muchos años porque gran parte de la población no podrá permitirse un modelo eléctrico», advirtió.
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Muy tarde
En 2022, Italia contaba con cerca de 270.000 empleados directos o indirectos en la industria automotriz, que representa el 5,2% del PIB.
El paso al paradigma eléctrico podría suponer una pérdida de más de 60.000 puestos en Italia de aquí a 2035 solo en el caso de los proveedores de la industria automovilística, según su asociación europea Clepa.
«Italia ya no tiene una gran industria automovilística tras la absorción de Fiat por Stellantis en 2021, aunque sigue siendo importante en términos de componentes, que están orientados hacia los motores tradicionales», explicó a AFP Lorenzo Codongo, ex economista jefe del Tesoro italiano.
Italia se ha quedado atrás en términos de electrificación de vehículos, reconocen sindicatos y el gobierno.
«Si el motor endotérmico desaparece de un día para el otro, no estaremos en condiciones de pasar a ser totalmente eléctricos», admitió Alberto Pastorello, secretario regional del sindicato Uilm.
«Estamos extremadamente atrasados, en Italia hay apenas 36.000 estaciones de recarga eléctrica comparado con 90.000 en la pequeña Holanda», reconoció también el ministro Urso.