Joe Biden enfrenta en Ohio un inédito escenario electoral: no aparecer en la boleta
Una ley electoral estatal de Ohio impone límites de fechas para que los partidos políticos Demócrata y Republicano postulen a sus candidatos para los comicios presidenciales. El lapso vence antes de que Joe Biden sea proclamado como tal en la convención de su organización pautada para agosto. En ocasiones anteriores, los legisladores regoinales han hecho excepciones legales para beneficiar a ambos partidos, pero esta vez el problema lo tienen solo los azules, frente a un amayoría republicana en la legislatura de Ohio. La situación, por tanto, es inédita
El 7 de abril, The Washington Post publicó que el partido Demócrata podría no cumplir con una fecha límite para incluir al presidente Joe Biden en la boleta de las elecciones generales en Ohio, según la oficina de gestión electoral de ese estado.
El diario citó una carta de la oficina del secretario de estado de Ohio, Frank LaRose, -la encargada de certificar los votos de esa entidad- le dijo a la presidenta del Partido Demócrata de Ohio, Liz Walters, que la convención de nominaciones del Comité Nacional Demócrata está programada demasiado tarde para que Biden llegue a la boleta electoral de Ohio porque una ley estatal requiere que los nominados estén certificados en al menos 90 días antes de las elecciones generales.
La fecha límite sería entonces el 7 de agosto, pero la convención demócrata está pautada para el 19 de agosto, y se ralizará en Chicago. Será allí, luego de que termine el cronograma de elecciones primarias donde el actual presidente de Estados Unidos corre prácticamente solo, que Biden logrará ser proclamado como candidato formal de su partido a la reelección.
El sistema electoral de Estados Unidos, por su misma condición federal, realiza elecciones en cada condado del país, que suman a los resultados estatales en cada uno de sus 50 estados. Dependiendo del que sea, el ganador «se lo lleva todo» en la cantidad de integrantes del colegio electoral que suman a los candidatos nacionales, o se reparten en función de proporciones electorales entre los abanderados.
Es decir, Joe Biden pudiera no aparecer en el tarjetón electoral de Ohio en noviembre próximo y aún así ser electo presidente del país. Después de todo, ese estado fue ganado por Donald Trump tanto en 2016 como en 2020.
La campaña de Biden dice que no le preocupa que lo mantengan fuera de las elecciones estatales, y algunas voces coinciden en que el partido Demócrata podría celebrar una mini convención para evitar el plazo. «Estamos monitoreando la situación en Ohio y confiamos en que Joe Biden estará en las boletas electorales en los 50 estados», dijo un comunicado emitido por la campaña.
El portavoz del secretario de Estado de Ohio, Ben Kindel, dijo en un comunicado que la ley ha estado vigente «por muchos años» y fue cambiada a un plazo de 90 días en 2009. Dijo que la oficina de Frank LaRose no señaló el tema hasta ahora porque el personal se había centrado en las elecciones primarias del mes pasado -que se organizan utilizando la infraestructura electoral oficial- y recién ahora comenzaba a prepararse para las elecciones generales de noviembre.
«En última instancia, ambos partidos políticos cuentan con abogados bien remunerados que son capaces de asesorarlos sobre los requisitos legales para el acceso a las boletas», afirmó Kindel. «Cada partido establece sus propios estatutos, organiza una convención nacional y establece reglas para certificar a los candidatos a las urnas. Nuestra oficina no está involucrada en ese proceso».
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¿Por qué es un problema ahora?
En las elecciones presidenciales de 2020, ambos partidos políticos tuvieron sus convenciones programadas para después de la fecha límite que impone la ley electoral de Ohio. Pero los legisladores estatales decidieron hacer una excepción puntual en la norma para reducir el plazo de 90 a 60 días, de manera que ambos postulados -que son los mismos que se enfrentarán en noviembre próximo- pudieran participar. Lo hicieron desde 2019, más de un año antes de las convenciones de 2020 de ambas partes.
La de entonces fue una decisión que benefició a todas las partes. Pero en 2024 la situación es distinta, porque la convención republicana será en Milwaukee, Wisconsin, a mediados de julio, con suficiente tiempo para cumplir los lapsos de Ohio.
Entonces, sólo los demócratas tienen el problema, con un agravante: el partido Republicano controla ambas cámaras legislativas y la gobernación, por lo que pudieran estar menos interesados en generar excepciones legales que beneficien al contrincante.
Según David Nieven, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Cincinnati -otra de las grandes ciudades de ese estado- citado por The Washington Post, si la legislatura no hace tal excepción, es posible que el partido Demócrata tenga que nombrar a Biden como su candidato antes de la convención o incluirlo en la boleta como candidato de un tercer partido. Una situación bastante inedita, en cualquier caso.
Situaciones similares solo se recuerdan en tiempos recientes en las primarias demócratas de ete año, en las que Biden no apareció en la boleta de New Hampshire por una limitación legal estatal; y en 2016 Donald Trump estuvo cerca de no aparecer en el tarjetón electoral de Minnesota debido a un error administrativo de su partido.
En ese estado, el partido demócrata ha ganado casi todas las elecciones presidenciales desde 1932, siendo la única excepción la victoria de Richard Nixon en 1972. Desde ese año han pasado otros 11 comicios que terminaron «en azul». La vez que los republicanos han estado más cerca de romper esa racha fue justamente en 2016 cuando Hillary Clintos venció allí a Trump por apenas 1,5% de los votos.
Por ahora, tanto Donald Trump como Joe Biden han visitado Ohio en visitas que abonan a su campaña electoral. El primero estuvo en Vandalia, y el segundo en Palestina Oriental. Ambas son comnunidades de mediano tamaño y muy emblemáticas de por qué se dice que Ohio es un «battleground state».
Ohio como predictor de triunfos
Ohio ha participado como estado en elecciones presidenciales desde 1804 y se ha convertido en foco importante en cada escenario por su condición de «battleground state»: los resultados han quedado cercanos en las últimas dos décadas. El estado aportará este año 17 votos del colegio electoral a los 270 que necesita un candidato a escala nacional para lograr el triunfo.
En 2004 George Bush hijo ganó en Ohio por apenas dos puntos porcentuales. En 2008 y 2012 Obama se alzó allí por poco más de 4% y por poco 3%, respectivamente. Pero desde entonces los Republicanos han quedado por encima, con Trump incluso dominando la foto final por 8 puntos en 2016 y de nuevo en 2020.
Hasta 2020, de hecho, ese estado sirvió también como referente comicial: durante 13 elecciones presidenciales -más de medio siglo- quien ganó en Ohio llegó a la Casa Blanca. La racha se rompió con Trump en 2020. Está pendiente ver si se retomará en 2024. En ese estado el candidato que obtiene más votos suma para sí los 17 votos del colegio electoral para la cuenta total que debe alcanzar 270. Es uno de los territorios donde el ganador «se los lleva todos».
Ahora, ¿por qué luego de los dos períodos de Obama, un carismático presidente demócrata, el partido del elefante pasó a dominar las elecciones? Patrick Barnacle, quien compitió en las primarias demócratas por una nominación en la capital Columbus, cree que cambios legales han influido en los resultados. «Cuando Obama ganó podías registrarte y votar en una misma semana. Desde entonces es muy difícil para gente que se ha mudado votar fácilmente. La gente que se ha mudado ya no puede votar como los demás sino que deben moverse más y utilizar boletas provisionales, por ejemplo. Eso puede mover una elección en dos o tres por ciento. Eso ha impactado las competencias muy cerradas como las hemos tenido a nivel estatal», dijo a TalCual.
Pero también Barnacle admite que las expectativas que levantó su partido no fueron recibidas de buena gana por los habitantes de Ohio. «Los acuerdos como Nafta tienen mucho que ver porque se llevó trabajos de Estados Unidos a otros países, por ejemplo. Y hay otros asuntos, como el costo de la educación. En Ohio hay menos oportunidades para quienes no han ido a una universidad, y como no pueden pagarla muchas familias de clase media han sido dejadas atrás, castigadas. Ohio no tiene un gran porcentaje de graduados universitarios, así que no pueden aspirar a esos trabajos mejor pagados, y es muy duro. El electorado que vota por Trump escuchan sus promesas de que los trabajos sean locales, y es atractivo. Todo ello a pesar de que en su primer gobierno no hubo un boom económico».
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El impacto de la ausencia de Biden
Sabiendo que si el presidente Joe Biden no aparece en la boleta electoral en noviembre próximo en Ohio sus posibilidades de ganar a escala nacional podrían mantenerse invariables, el impacto de tal ausencia podría impactar aguas abajo. En noviembre, el estado también renovará varios cargos de la legislatura regional e incluso algunos cargos judiciales que se obtienen por votación popular.
En Ohio el voto republicano también ha dominado las elecciones regionales. El gobernador de ese estado, Mike DeWine, es de ese partido, que también controla casi por completo el Senado estatal (con 26 curules frente a las siete de los demócratas) y tiene mayoría del Congreso estatal (67 de 99 escaños).
Según Nieven, citado por The Washington Post, si Biden no aparece en el tarjetón votarían menos demócratas, lo que obstaculizaría a los candidatos del partido para escaños en el Senado y la Cámara. «Sería devastador para la fe general en la democracia», dijo Niven al diario norteamericano.
*Esta nota ha sido posible gracias al programa de visitas del Centro de Prensa Extranjera del Departamento de Estado de EEUU