Jorge desesperado lanza su plan, por Ángel Monagas
X e Instagram: @AngelMonagas
La semana pasada advertimos, antes que muchos, lo que sucedió en el TSJ entre Jorge y Gladys. Hace poco, Jorge Rodríguez se jugó en solitario una movida para relanzar su agenda de poder en el madurismo, luego que estuvo sometido a un aislamiento forzado.
El viernes 22 de septiembre, la Asamblea Nacional de Maduro informó a los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre la convocatoria a un referéndum consultivo a toda la población venezolana para abordar el tema de la defensa del Esequibo.
El presidente de la AN de Maduro, Jorge Rodríguez, recordó que el Parlamento aprobó, por unanimidad, en la sesión ordinaria del jueves 21 de septiembre, «convocar un referéndum consultivo luego de las insolentes y agresivas declaraciones de representantes del gobierno estadounidense» en relación con el tema.
Esta movida de Jorge Rodrígue fue una jugada en solitario, obligando a todo el mundo a retratarse, empezando por el propio Nicolás Maduro. En esto de convocar a un referendo consultivo sobre el Esequibo está claro que hay un interés en hacer contraposición a las elecciones primarias de la oposición.
Hagamos un análisis de los cinco puntos que busca.
Primero: Obligar a todo el mundo a retratarse. En la propia Asamblea Nacional que él preside, nadie pudo asumir postura alterna.
Todos por unanimidad apoyaron la iniciativa de Jorge. Luego vino Nicolás Maduro, que ante el hecho consumado en la Asamblea Nacional, tampoco se pudo escurrir de la movida.
También le tocó lo suyo al CNE, obligado a poner rodilla en tierra ante la instrucción impartida por el presidente de la Asamblea Nacional. ¿Y en la oposición al régimen de Maduro? Todos muy cuidadosos.
Segundo: Penetrar el CNE. Esta nueva configuración lo deja sin piezas clave por primera vez, donde él siempre mandaba. Necesita infiltrarse rápidamente para establecer espacios que vuelvan bajo su control.
La Consulta Popular es su caballo de Troya. Va a tener las puertas abiertas para crear condiciones favorables para ganar poder en el CNE. Ese es su principal objetivo.
Tercero: Presentarle a Nicolás Maduro la oportunidad de subir en las encuestas, luego de seis meses de triste relegación en las intenciones de voto, que actualmente no pasa del 12%.
Todo esto después de haber sacado a Tareck El Aissami con acusaciones de un desfalco de 23.000 millones de dólares de los que resulta un insulto al pueblo decir que nadie se dio cuenta. El efecto «alka seltzer» es algo que Maduro va a agradecer a Jorge Rodríguez.
Cuarto: Muy probablemente esta Consulta Popular se va a realizar después de las primarias de la oposición. Jorge Rodríguez piensa que en estas elecciones primarias la participación va a ser de un 8%.
En la consulta popular el CNE va a mostrar una participación de un 80%, con un 100% de respaldo a las acciones del Gobierno Nacional de Nicolás Maduro.
Eso va a ser presentado con tres lecturas:
1) El reconocimiento de la legitimidad del Gobierno de Maduro por un 80% de la población. 2) El Gobierno de Nicolás Maduro moviliza al 80% de la población, mientras que la oposición y sus primarias no llegaron al 10%. Y 3) Es falso que la popularidad de Maduro sea del 12%, porque el 80% apoya las acciones del gobierno.
Recuerden que el discurso del Régimen es que las elecciones primarias son excluyentes.
Quinto: Neutralizar temporalmente la expansión de la «resistencia» en toda la Fuerza Armada, que es lo que actualmente mantiene en tensión al régimen de Maduro. Las operaciones en el Amazonas y en Tocorón, por ser puntuales, ciertamente levantan la moral de una FAN que le está dando la espalda al gobierno de Nicolás, pero el tema del Esequibo supera el corto plazo y enerva el sentido patriótico de los militares.
Allí radica un objetivo esencial para los planes de Jorge Rodríguez. Esta jugada contribuye a imponer su candidato a las presidenciales.
De esto último recuerden: Calígula quiso nombrar a su caballo que se llamaba Incitatus como cónsul de Roma. Este hecho ha sido interpretado por muchos historiadores como fruto de la demencia del emperador. Otros sostienen que más bien era una burla al Senado, una expresión del sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del imperio. Cualquier parecido con la realidad de los protagonistas chavistas es pura coincidencia.
Al parecer Jorge Rodríguez encontró la forma de responder con algo bien grande también.