José Brito aspira reelegirse con la propuesta bajo el brazo de levantar sanciones
El diputado de la AN, José Brito, apuesta a su reelección en los comicios del 6 de diciembre. El parlamentario, vinculado a hechos de corrupción, afirma que si la comunidad internacional desconoce al nuevo Parlamento estaría contribuyendo a que el régimen se atornille en el poder
Desde el 3 de noviembre, las puertas de cada casa en cada comunidad están propensas a ser tocadas por candidatos a diputados de la Asamblea Nacional, quienes pueden llegar con promesas de legislar para encontrar soluciones a la crisis institucional y la emergencia humanitaria compleja que padece Venezuela. Cada uno lo hace como mejor le parece.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) designado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) comenzó la «fiesta electoral» de cara a los comicios legislativos convocados para el 6 de diciembre, desconocidos por el sector de la oposición que lidera el presidente del Parlamento, Juan Guaidó, y desmeritados por organismos multilaterales como la Unión Europea (UE), por considerar que carecerán de condiciones democráticas mínimas.
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José Brito, diputado de la AN electo en 2015 para el período 2016-2021, por el circuito 1 del estado Anzoátegui, de nuevo participa en la llamada «fiesta electoral» con miras a una reelección que le permita, a partir del próximo 5 de enero, buscar desde el seno del Poder Legislativo la reinstitucionalización de Venezuela.
Brito, en 2013, fue aspirante a la Alcaldía del Municipio Simón Rodríguez (Anzoátegui), pero perdió. Como diputado, desde 2015 integró la Comisión Permanente de Culto y Régimen Penitenciario.
Brito llega con plomo en el ala en la búsqueda de su reelección. En diciembre del 2019 fue vinculado a hechos de corrupción, se le señaló como uno de los parlamentarios involucrados en una trama para otorgar indulgencias al empresario colombiano Carlos Lizcano Manrique, socio de Álvaro Pulido, y al también colombiano Alex Saab, todos vinculados con la red de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Niega haber sido parte de esto.
El 5 de enero del 2020, Brito fue parte del golpe al Parlamento al respaldar la autojuramentación de los diputados Franklyn Duarte, Luis Parra y José Gregorio Noriega, en una sesión sin quorum. Eso creó una especie de asamblea paralela en la que hicieron vida, con los diputados de la bancada oficialista, aquellos que Brito denomina la «rebelión de las regiones». Son quienes participan en las elecciones marcadas por el llamado a no votar, que lidera Guaidó, y desconocidas por gran parte de la comunidad internacional.
Satanizados por muchos
José Brito mantiene su posición de que el llamado a no votar es pretender lanzar al país al abismo. Considera que, mientras ir a las urnas abre la posibilidad de ganar o perder, abstenerse es perder de forma irrevocable.
Dice a TalCual que el objetivo de las plataformas políticas que participarán el 6D es el de convertirse en alternativas creíbles y de cambio para Venezuela.
El parlamentario opina que llegar al verdadero cambio pasa por transitar el camino de las elecciones parlamentarias, de gobernadores, de alcaldes e incluso por la vía «satanizada por muchos» de la negociación para la resolución del conflicto.
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En este sentido, José Brito detalla que ya hay planteamientos sobre la mesa. Algunos, según expone, apuestan por un referéndum revocatorio y otros por una enmienda constitucional que recorte el período presidencial. Al preguntársele a cuál daría su apoyo, prefiere no responder explícitamente, dice que la que tenga mayor consenso.
—¿Cuál es la propuesta que usted le presenta a la ciudadanía?
—Hablar con la verdad. Los ¡vete ya! se acabaron, eso más nadie lo cree. Una de nuestras primeras propuestas es impulsar una cruzada para levantar las sanciones y lo decimos por el hecho de que tenemos que concientizar a la comunidad internacional de lo nocivas que son las sanciones, porque han potenciando el sufrimiento de la gente.
Venezuela hoy se circunscribe, o se circunscribía, a dos cúpulas: una que quiere mantenerse en el poder a costa de todo, así sea a costa del sufrimiento de la gente, y una cúpula que quería acceder al poder a costa de todo, sin importar el sufrimiento de la gente. Terminaron pareciéndose y repartiéndose el país como si fuera una piñata.
Por un lado, desde el gobierno nacional con el control de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y por el otro, las cúpulas que se disfrazaron de oposición que fueron tomando posesión de Citgo. De este lado, manejando la CVG Aluminio del Caroní (Alcasa) y las empresas básicas, y por el otro Alunasa en Costa Rica. De un lado Pequiven y por el otro Monómeros. Tenemos por una lado al Gobierno manejando los reales del oro y por el otro a la oposición los del petróleo.
Statu quo, según Brito
Para el diputado, el panorama político nacional se asemeja a un statu quo que secuestra al país y sufre por los problemas que se han potenciado, como el de la gasolina o el gas. Es por esta razón que centra su propuesta en procurar levantar las sanciones e invitarlos a ser parte de la solución del conflicto. Lamenta que una porción de la comunidad internacional sea parte de lo que considera el problema.
«Tenemos que liberar las amarras porque eso lo que hace es atrincherar al que es gobierno y darle narrativa, porque si les preguntan a quien es gobierno por los problemas sociales que vive el país, ellos acusan a las sanciones, aún cuando hay una crisis preexistente producto de la negligencia, la desidia y la corrupción, pero se justifican porque se les dio narrativa».
—¿La gente cree en su propuesta? ¿Cómo ha sido la receptividad?
—No soy numerólogo ni encuestador, pero tengo un olfato bien desarrollado y también perspicacia. Yo por ahí veía a algunos buenos para nada diciendo que su gran acción el 6 de diciembre será tomar fotos, tipo un programa de «misión sapa», para que vean que no votó gente.
Debe llamar a la reflexión lo triste que será que mientras en los sectores populares la gente va a salir a votar masivamente, en los sectores que quizá han sido afectados por la crisis en menor proporción habrá centros de votación con poca participación. El 6 de diciembre vas a ver a la Venezuela profunda participando y votando porque no ven otra alternativa que buscar el cambio por la vía electoral, porque no hay otra forma.
La tarea titánica de nosotros es quitar los amarres. Por eso, la comunidad internacional es preponderante en la solución para despejar el camino, quitar las piedras y permitir que construyamos la ruta con incentivos de salida. Cuando ellos pasen a ser oposición en una transición que sea negociada… ¿Es revocatorio?, lo negociamos. ¿Es una enmienda que implique el recorte del periodo presidencial? Vamos a consensuarlo.
—¿En qué se diferencia esta propuesta de la anterior?
—El tema del descontento que había en el 2015 hoy es mucho mayor. En ese momento se hizo bajo aquella expresión de Venezuela quiere cambio. Esa Venezuela sigue queriendo cambio porque no ha mejorado nada.
Cinco año después los problemas están peores. Hoy hay problemas de combustible, hace cinco años no los teníamos. Hace cinco años no teníamos los problemas de gas que tenemos ahora, tampoco los niveles de criminalidad, desnutrición, ni la pérdida del poder adquisitivo de hoy.
Se botó la victoria extraordinaria del 2015 por la falta de estrategia, pero también por la mezquindad de un grupúsculo que su fin último es ser un oposición internacionalmente reconocida, porque eso presupone el tema del financiamiento internacional y por eso acompañan y lanzan propuestas «caza bobos» como la consulta que nació muerta, para tratar de tener un sustento «legal» para lo internacional.
¿No se trata de cantidad?
Aunque en la Asamblea Nacional las propuestas de leyes se aprueban por mayoría, al igual que las gestiones de sus competencias, Brito considera que las elecciones del 6 de diciembre no deben verse desde lo cuantitativo, sino desde lo cualitativo, pues lo importante es que los diputados que lleguen a ocupar las curules para el próximo período parlamentario lo hagan con políticas claras, que ayuden a la recuperación de la nación. Dice que no se trata de quién tenga más diputados.
«Quien haga un análisis desde el punto de vista cuantitativo no está entendiendo la realidad de Venezuela. No está entendiendo que hay pandemia, que hay un grupo que llama a no votar, que no hay combustible, que hay definitivamente una oposición fracturada y el desencanto por la política en la nación. Esto no es un tema que se circunscribe a quién tiene más, es un tema cualitativo, de que los que lleguemos ahí seamos 20, 40 ó 50, tengamos una política clara», apunta José Brito.
A su juicio, en todos estos años ha faltado estrategia y se lanzó por la borda el triunfo del 2015. Para el candidato a la reelección de la AN, la falta de políticas claras marcó una decaída de la oposición en el Parlamento.
Recapitula que en 2016, cuando la presidencia del Parlamento estaba a cargo del diputado Henry Ramos Allup, se prometió salir de Maduro y, en cuestión de horas, el Tribunal Supremo de Justicia decretó al Legislativo en «desacato». Luego, con la gestión de Borges, afirma que se confundió a la gente con los llamados a las protestas y luego a votar. Tilda la gestión de Omar Barboza como «sin sal ni pimienta».
Sobre Juan Guaidó dice que el supuesto empeño por llevar al país por un camino insurreccional sumergió a Venezuela en la nada.
—¿Cómo quedaría la AN que nazca después del 6D si la comunidad internacional la desconoce? Usted ha dicho que la legitimidad de las elecciones la da el pueblo, pero acaba de reconocer que la comunidad internacional tiene un papel preponderante en la solución del conflicto en Venezuela.
—No es preponderante en el punto de vista que ellos deciden. Lo que digo es que los amarres que hay hoy, promovidos por individuos con intereses perversos y que se encapsularon como representantes de la oposición, cometieron un error garrafal y los que tienen que quitar los amarres son ellos. Por eso los invoco a que sean parte de la solución y no del problema.
Hoy hay un sector de la comunidad internacional que es parte del problema. Por eso, ojalá que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, revise la política hacia Venezuela y que, además, haga lo que cualquier persona racionalmente hace: escuchar a las dos campanas. Ellos han escuchado solo a una y nosotros somos actores válidos de la política en Venezuela.
No somos un partido ni un movimiento de una carpeta debajo del brazo y está demostrado. Todos los medios y el país saben que somos el único movimiento que está en toda Venezuela en este momento.
—¿Entonces cómo actuará esa AN ante una comunidad internacional que desconoce las elecciones? ¿Cómo haría esa AN para denunciar acciones del Gobierno, por ejemplo, si es desconocida?
—Lo que yo pregunto es ¿quieren ser parte de la solución o del problema? Por eso hablo de una cruzada, vamos a hablar, vamos a conversar. ¿Quieren ser parte de la solución? Bienvenidos, los necesitamos. Vamos a entendernos para que sean parte de la solución y ayuden a ser parte de la salida y poder establecer una resolución del conflicto.
Ahora, si la comunidad internacional entra en una situación de intransigencia y de aumentar un camino empedrado, nos van a hacer un flaco servicio, por eso hay que escuchar las dos campanas».
A esos señores, Leopoldo López, Julio Borges y Juan Guaidó solo les interesa ser el remoquete que se llama «la oposición internacional reconocida», hacerse de millones y millones. Es una empresa que se convierte en chupadora de dólares y euros. ¿Entonces quién atiende la necesidad de cambio de los venezolanos?
Tenemos profundas diferencias con el Gobierno de Maduro y con ellos, pero no confundimos las diferencias con odio. Queremos una sociedad de justicia y estos son unos códigos que les dicen a ellos que les damos garantías para que pasen a ser oposición sin persecución y así reinstitucionalizar Venezuela, pero esto pasa porque la comunidad internacional entienda que tienen que ayudar a destrabar el juego.
Echarle el muerto a otro
El 2 de diciembre de 2019, el diputado de la AN y candidato a la reelección denunció que había un descontento contra 70 parlamentarios que habían, supuestamente, exigido a Guaidó —reconocido por más de 50 países como presidente encargado de la nación— explicaciones sobre los recursos manejados por su administración.
El 28 de enero del 2020, 23 días después de que Franklyn Duarte, Luis Parra y José Gregorio Noriega asumieron como directivos del Parlamento paralelo, en reunión en el Palacio Federal Legislativo, se aprobó la creación de una comisión que investigaría el destino de los recursos que otros países, incluyendo Estados Unidos, otorgaron a Venezuela con motivo de la ayuda humanitaria.
Once meses después, la comisión que también integraba Brito no ha informado de avances. Sobre el estatus de la investigación que se haría, anunciada antes de la pandemia, el diputado asegura que acudieron a todas las instancias internas y algunas externas. Argumenta que llegada la pandemia se hizo imposible viajar, pero promete que llegará el momento y que el caso tendrá continuidad.
Año de los alacranes
El 4 de febrero del 2020, una semana después de conformar una comisión para investigar el destino de los recursos que parte de la comunidad internacional destinó a Venezuela, la reunión de diputados que lidera Luis Parra aprobó un acuerdo para procurar la reinstitucionalización del país.
En el acuerdo, aprobado por supuesta «mayoría evidente», se exhortó a los órganos del poder público a abrirse a un diálogo para lograr la reinstitucionalización en el país e implicaba la creación de una comisión que estaría dedicada a diligenciar, de manera conjunta, los trámites conducentes a la superación del estado de desacato. El período legislativo está por culminar y ni los diputados de Parra ni los del PSUV encontraron cómo salir del desacato.
«Bueno, ya estamos a días de culminar un periodo legislativo en el que, lamentablemente, se perdió una oportunidad extraordinaria. Hoy estamos peor, hoy hay más problemas sociales que hace cinco años, más problemas políticos, más problemas económicos y más frustración que hace cinco años», comenta Brito.
—Diputado Brito: ha sido tildado de «alacrán». ¿Es cierto que ofreció dinero a otros diputados para que restaran su apoyo a Juan Guaidó?
—En primer lugar, son desconocedores de la historia. Ellos no recuerdan que una de las gesta emancipadoras fue la «Batalla de los Alacranes». En todo caso, pretendieron acallar las voces disidentes usando términos peyorativos para tratar de desmoralizarnos, pero no contaban con que podemos ser indios pero no pendejos y que somos «la rebelión de las regiones», que insurgió para decirle a las dos cúpulas: «Ya basta». Hoy, ellos nos ven como los grandes pajúos que les acabamos la jugada perversa.