José Guerra: En vez de otra reconversión se debe crear una nueva moneda
El experto asegura que en un principio la nueva moneda debe estar anclada al dólar mientras se recupera la economía, para luego avanzar a un sistema de flotación sobre fundamentos sólidos
A juicio del economista José Guerra, la tercera reconversión monetaria en menos de 15 años –con la cual el gobierno de Nicolás Maduro le quitaría seis ceros al bolívar «fuerte» – es «inminente». Sin embargo, el también diputado a la Asamblea Nacional opositora presidida por Juan Guaidó, asegura que esta estrategia no hará que los venezolanos prefieran al bolívar cono por lo que, a su juicio, es necesario crear una nueva moneda.
En un artículo de opinión difundido este domingo #25Jul, Guerra añade que esta nueva moneda nacional debe tener en una primera etapa una relación fija con el dólar mientras se recupera la economía, para luego avanzar a un sistema de flotación sobre fundamentos sólidos.
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Explica además que para derrotar la hiperinflación se debe diseñar y aplicar un amplio programa de reformas económicas e institucionales con financiamiento externo, para evitar que el Banco Central de Venezuela (BCV) siga aumentando el déficit fiscal.
Irrecuperable
Según Guerra, el bolívar «no es recuperable» debido a que el daño que le ocasionó la política económica de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, especialmente entre 2007 y 2020, que «lo destruyó» como moneda.
Agrega que en los países financieramente inestables, la emisión de moneda local debe estar sustentada en reservas internacionales para que el público opte por mantenerla, lo cual no ocurre en Venezuela.
«Las monedas como las conocemos hoy se sustentan en la confianza del público, por lo menos aquellas que son reservas, es decir las que el mundo decide aceptar y mantener como un activo, como son los casos del dólar de los Estados Unidos, el euro, la libra esterlina, entre otras», explica.
«La receta más expedita para destruir una moneda consiste en que el banco central use su capacidad de emisión para financiar al fisco, hecho popularmente conocido como la emisión inorgánica de dinero», subraya quien fue gerente de Investigaciones Económicas del BCV.
Explica que la emisión inorgánica de dinero ha sido la receta aplicada en todos los países que han sufrido hiperinflación.
«Algunos preguntarán ¿por qué ese no es el caso de Estados Unidos y la Unión Europea donde los bancos centrales recientemente han financiado enormes déficits fiscales sin generar elevadas inflaciones? Porque existe demanda suficiente tanto en Estados Unidos como Europa como en el mundo por el dólar y el euro y además debido al hecho que esas naciones jamás han incumplido con el pago de sus deudas y por ello el público confía en que el fisco honrará sus compromisos», destaca.
BCV «dócil»
Guerra detalla que cuando una moneda se deprecia o devalúa es porque el público no la quiera mantener como parte de sus activos y en consecuencia, cada vez que esa moneda llega a sus manos procura deshacerse de ella para adquirir bienes u otra moneda como el dólar, al cual ve como un activo para proteger su patrimonio.
«Técnicamente hablando, cae la demanda por dinero y por tanto se incrementa la velocidad de circulación y en consecuencia la misma pieza monetaria cambia rápidamente de mano en mano y en cada transacción vale menos. Eso es lo que ha venido sucediendo con el bolívar», asegura.
Recalca igualmente que luego que en 2010 se agotó el crédito externo de Venezuela, el gobierno comenzó a recurrir cada vez con mayor frecuencia ante un BCV «dócil» para financiar su déficit fiscal.
«Se fueron creando las condiciones para la devaluación del bolívar y la aceleración de la inflación, la cual estuvo contenida por la política suicida de elevadas importaciones hasta 2012, lo que significó el agotamiento de las reservas internacionales».
Recuerda que en 2008 y 2018 se hicieron dos reconversiones monetarias sin que las mismas estuviesen acompañadas de un plan económico.
«El resultado fue el esperado: siguió el déficit fiscal y su financiamiento con emisión monetaria y de la inflación elevada pasamos a la hiperinflación en noviembre de 2017. Con ese historial, los venezolanos comenzaron a repudiar al bolívar. No quieren esa moneda, que ya ni para transacciones sirve, menos para ahorrar», concluyó.