Jóvenes apelaron a la voluntad para participar en las primarias y buscar sus espacios
Aunque aún la Comisión Nacional de Primaria no ha presentado datos desagregados de la participación de electores jóvenes durante la elección primaria del pasado domingo 22 de octubre, la observación de la jornada mostró una mayoría de adultos mayores en comparación con los jóvenes, que expresaron falta de articulación y de conexión con una población que está muy insatisfecha y que expresa que no puede escapar de una realidad adversa que les impide tener oportunidades de desarrollo para sus vidas
Parado bajo una sombra con el teléfono en la mano, Gabriel Hernández, de 21 años, recibía una tras otra las cédulas de personas de la tercera edad que se le iban acercando para que los ayudara a chequear sus datos en el buscador de la Comisión Nacional de Primaria. Estaba a pocos metros del centro de votación nucleado, ubicado en la plaza Brión de Chacaito, en el municipio Libertador. La mayoría de quienes le pedían ayuda no sabían dónde votaban, ni en cuál mesa les correspondía, o a dónde tenían que ir si no aparecían.
Hernández introducía los datos personales de cada uno y con mucha paciencia los acompañaba hasta el punto para hacer la fila, y luego atendía al siguiente. No forma parte de ninguna organización partidista, ni de alguna estructura estudiantil. Solo decidió por pura voluntad irse hasta uno de los centros con mayor movimiento para prestar un apoyo que fue sumamente agradecido: consultar en su teléfono móvil y dar información.
«Soy estudiante de Ciencias Políticas de la UCV y aunque no formo parte de una organización específica, decidí ir más allá de la pasividad de escribir en redes sociales para quejarnos de todo. Hay muchas cosas por hacer, pero la verdad es que hay muy poca articulación. Tenemos que generar ese enganche de la gente con los problemas sin que crean que la política es algo aparte», explica Hernández.
Su aporte al principio le pareció muy simple pero en el transcurso del día, no estaba solo. Resultó ser un apoyo clave para el desarrollo de la jornada. Como él, muchos otros jóvenes se unieron a misiones similares, una especie de voluntariado para organizar las colas, orientar en las indicaciones, ayudar a los que necesitaron traslado e incluso tomar una buena foto selfie para el recuerdo.
El nudo es el registro
Entre julio y agosto de 2023, los integrantes del Comité de Estudiantes de la UCV para las primarias aplicaron una consulta a 2.300 estudiantes de las diferentes escuelas que conforman esta universidad. Se les preguntó si estaban inscritos en el Registro Electoral, si querían inscribirse (en caso de que no lo estuvieran) y si tenían disposición para participar en las primarias.
“La mayoría de los consultados no está inscrito en el Registro Electoral, pero la mayoría quiere inscribirse y participar. Lo que hay es que darle al estudiante universitario y a la juventud ese último empujón para que esa disposición se convierta en un voto real”, aseguró José Luis Teixeira, coordinador del Comité de Estudiantes de la UCV para las primarias.
Con relación al desinterés que expresaron algunos estudiantes, Teixeira dijo que “tiene que ver con la insatisfacción de sus necesidades básicas, el escape de una realidad muy adversa que les impide soñar, tener oportunidades de desarrollo para sus vidas”.
Allí está el meollo del asunto. Carla Morales, de 19 años, estaba acompañando a su mamá y a su abuela en la cola para que ambas votaran en una de las mesas correspondientes a la parroquia El Recreo. Pero ella no votó. «No me inscribí a tiempo y se me pasaron los días», comenta Morales. Dice que al principio no le prestó mucha atención, pero al pasar de los días, siempre estaba posponiendo el trámite del registro. «Hasta que ya estábamos en la fecha». Pero no duda al decir por quién hubiese votado. «Ahora sí me voy a inscribir para las presidenciales».
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Esta tendencia de asumir las elecciones presidenciales como un hito importante de participación y desestimar el resto de los procesos electorales se repite en muchos de los entrevistados. «El año que viene se elige presidente y en ese momento sí voy a estar inscrita», cuenta Lareidy Santos, de 20 años. Es estudiante universitaria y comenta que la mayoría de sus compañeros no se ha inscrito en el Registro Electoral porque «hay demasiadas elecciones y pocos cambios. Hay que resolver cosas más importantes».
No en balde, la organización Voto Joven señala que hay tres millones y medio de jóvenes venezolanos que no están inscritos en el Consejo Nacional Electoral (CNE) o sencillamente no han actualizado sus datos para votar.
Solo al observar las filas se podía estimar una proporción: por cada diez votantes, seis eran adultos mayores. Aunque no se trata de una cuantificación estadística, la mayoría de los votantes y quienes se activaron en la logística como observadores, testigos y miembros de mesa estaban por encima de los 50 años. Los jóvenes se involucraron en instancias muy específicas, especialmente desde la estructura de algún partido u organización.
Thayly Bermejo, de 23 años, hizo casi dos horas de cola en un punto de votación en la parroquia Santa Rosalía para participar en este proceso. «Me cayó un palo de agua pero no me voy. Es la primera vez que voto y la primera vez que de verdad estoy entusiasmada». Cuenta que luego de los retrasos por la lluvia y algunos problemas de instalación del punto donde le correspondía ejercer su derecho, votó sin problemas y se quedó un rato más para ayudar a algunas personas mayores que aún permanecían en la cola. «Había muchas abuelas y abuelos que me contaban que sus nietos se habían ido y que menos mal que yo todavía quería vivir aquí y creía en votar. Es que hasta ahora el CNE no tiene muy buena fama».
Bermejo dijo que está consciente de que votar por sí solo no va a cambiar de inmediato al país: «pero por lo menos uno no se queda en la quejadera y se toma en serio la decisión de participar».