Justicia deplorable, por Américo Martín
En respuesta al silencioso –al tiempo que moralmente escandaloso– juicio incoado por el Santo Oficio (La Inquisición) al insigne poeta Fray Luis de León, eminente ductor de la Universidad de Salamanca, consignó Juan de Mariana S.J esta dolida protesta:
- ¡Triste condición la del virtuoso!: en pago de haber realizado supremos esfuerzos, verse obligado a soportar animosidades, acusaciones de aquellos mismos que hubiesen debido ser sus defensores.
Difícil imaginar una reacción oficialista más obvia que la de tratar de hundir en el descrédito a Guaidó y la AN
El éxito mundial que se reconoce a esos dos decisivos factores de la oposición quizá explique la incontinencia de la respuesta. La cuestión es que el fatum de las operaciones de esa índole nunca es agraciado: sus cimientos son insustentables y sobran las pruebas en contrario.
La fuerte polarización reinante en Venezuela se ha expandido a la totalidad de los escenarios, incluyendo en forma muy notoria el internacional, cuyo inédito papel es o puede ser fundamental en el caso venezolano. Tres novedades lo caracterizan:
- Alienta, como debe ser, el cambio democrático y por ende al eje Guaidó-AN, aunque básicamente en lo relacionado con principios y valores. Y es importante que así sea porque lo que Venezuela necesita y está recibiendo es apoyo a su deseo de restablecer la democracia y salvaguardar los derechos humanos, además de una masiva solidaridad material y humanitaria para enfrentar la mortal y humillante tragedia que la abruma. Es un gran gesto universal que nunca será olvidado. Será recordado como ejemplo y modelo de fraternidad. El informe Bachelet y los continuos pronunciamientos de principio emanados de países y organizaciones políticas y civiles marcan la pauta que nos hermana y dignifica a todos
- Asume un activo protagonismo –militante, diría- en busca de una salida electoral sin retardos ni manchas de fraude. Con probado profesionalismo toma iniciativas para ponerle fecha, según entiendo única, a las elecciones presidenciales y parlamentarias.
- Su dinámica es creciente. No se proyecta hacia la pasividad y el cansancio. Más bien toma cuerpo la propensión contraria. El caso más reciente es el de la hermana Uruguay, patria del gran poeta y ensayista José Enrique Rodó. Tanto el ejecutivo de Montevideo como el parlamento, el Frente Amplio y tradicionales partidos de oposición han tachado al gobierno de Maduro con el estigma dictatorial
La coyuntura económica nunca había sido tan grave. Adonde cse tienda la mirada saltan las expresiones más escandalosas de la crisis. La inviabilidad del modelo es alarmante. La tragedia humanitaria. Todo sugiere fracaso, retroceso, implosión. Lógicamente también se ha disparado el anhelo de cambio y la urgencia de unidad democrática.
Pero siguen las interrogantes. Muchos piensan que el régimen preferiría morir antes que exponerse a una derrota. En la acera opuesta no pocos dudan de buena fe. ¿Los ilustres observadores mundiales y nacionales podrán realmente garantizar la pureza del sufragio?
Las votaciones suelen ser menos confiables en países de precaria estabilidad institucional pero la realidad viva no es compatible con los fatalismos electorales. Nada está escrito de una vez y para siempre
En la cúpula le huyen a la dinámica de la solidaridad. Nuevos países y personalidades se suman al esperado viraje. Es un drama globalizado. Sometido como está a tan fuerte presión, el poder instalado en Miraflores haría bien si colocara en un platillo el sufragio con libertad y en el otro, burlarlo sin ella. O en uno la ciudadanía y en el otro la muerte civil
La Razón no dudaría…
¡Qué cándida, la Razón! Tal vez. Pero sigue siendo la Razón