Keivis Vásquez se entregó al ICE para volver a Venezuela y terminó preso en El Salvador

Keivis Vásquez vivía en Canadá desde 2023, allá dejó a su pareja y a su hija con una enfermedad renal. El año pasado viajó a EEUU en busca de mejores opciones labores, ante la falta de oportunidades, se entregó voluntariamente a migración en EEUU con la intención de ser deportado a Venezuela, pero fue enviado a El Salvador, acusado de narcotraficante y de tener vínculos con el Tren de Aragua. Su madre, una mujer mayor, desconoce la situación
Wilmary Arévalo tiene solo 19 años y una hija de un año y cuatro meses con Keivis Vásquez, un barbero falconiano de 22 años que se encuentra detenido en El Salvador, tras haber sido deportado desde Estados Unidos, pese a que él mismo se entregó al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y solicitó ser deportado a Venezuela.
De acuerdo con la información de la Casa Blanca, Keivis Jesús Vásquez Arrecherera fue enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) por ser presunto líder del Tren de Aragua y supuestamente por tener cargos pendientes por narcotráfico; pero Arévalo desmiente con vehemencia esa acusación: «Nunca ha cometido delito y no existe ninguna prueba contra él», explica a TalCual, vía telefónica desde Canadá.
Expone que la única razón que ella encuentra para que lo hayan deportado a El Salvador son los tatuajes, pero los desvincula con el crimen organizado. Cuenta que son el nombre de la niña y su fecha de nacimiento, una corona en una mano, una cita bíblica y una cruz, entre otros.
Esta pareja se conoció en Ecuador. Wilmary es de Barinas y Keivis de Falcón. Se enamoraron y salieron con rumbo al norte buscando una vida mejor en 2023. Tras llegar a EEUU, siguieron hacia Canadá, allí fue donde la joven se enteró de que estaba embarazada. Enfrentaron muchas dificultades, especialmente con el idioma.
Al llegar, vivieron en un hotel y rápidamente pudieron alquilar un apartamento, recibieron ayudas de las autoridades canadienses y Keivis Vásquez consiguió empleo: «Nos iba superbién», dice Wilmary, pero confiesa que el idioma les complicaba el trabajo.
Vásquez quedó desempleado por no hablar ni inglés ni francés y tras el empeoramiento de la situación económica y la escasez de los recursos para mantener cómoda a toda la familia, el joven decidió viajar en noviembre de 2024 a Estados Unidos, buscando mejores oportunidades laborales para mantener a su hija y a su pareja.
La pequeña, llamada Kylie Wuillianny Vásquez Arévalo, sufre una enfermada crónica en los riñones, llamada diabetes insípida. Una condición grave que ha requerido varias hospitalizaciones. Mensualmente, su tratamiento cuesta $4.000, Canadá cubre los costos de esta medicación porque para la familia es imposible pagarlo y fuera de ese país dicen que el precio es más elevado.
«Yo no me moví de Canadá porque aquí me ayudan con todo lo de la niña: El tratamiento me lo dan gratis; sino no podríamos mantenernos», explica Arévalo.
Cuando Keivis decidió retornar a los Estados Unidos, también resolvió hacerse los tatuajes: «Él no sabía que eso podría ser un problema en Estados Unidos», añade.
Al llegar a Nueva York, la falta de empleo obligó a Keivis Vásquez a trasladarse a Texas, donde terminó viviendo por unos días en la calle, por la ausencia de trabajo y por no tener quién lo recibiera. Su familia, desde Venezuela, ante el desespero de saberlo en esa situación, le sugirió entregarse a migración para volver a su país, su pareja estuvo de acuerdo.
«Era mejor eso a que lo agarraran en la calle y lo metieran preso», pensaba Wilmary. El pasado 2 de marzo, Vásquez se entregó al ICE y, desde entonces, su familia nunca más supo de él, hasta que el lunes 31 de marzo apareció en el Cecot.
«Me metí en Tiktok y veo que habían deportado a nuevos venezolanos, me pongo a ver el video y lo vi a él. Lo reconocí de una vez, me puse a llorar, me desesperé. Fue una noticia muy fuerte», detalla llorando Wilmary Arévalo. Expone que se sorprendió al ver que lo vinculan con el Tren de Aragua: «Nunca ha tenido antecedentes penales ni en Venezuela, ni en Ecuador, ni en Canadá. Su único delito fue tener unos tatuajes», insiste.
La administración de Donald Trump no ha publicado mayor información sobre los venezolanos deportados a El Salvador. Sin embargo, documentos internos del gobierno y registros públicos, obtenidos por medios estadounidenses, indican que la mayoría de los migrantes enviados al Cecot no poseen antecedentes ni cargos penales.
Bloomberg halló que 90% de los migrantes deportados a El Salvador no tienen antecedentes penales en EEUU.
La última vez que Wilmary se comunicó con Keivis fue el 2 de marzo, antes de entregarse a las autoridades migratorias con el deseo de ser devuelto a Venezuela.
La madre del joven falconiano desconoce la realidad que enfrenta su hijo: «Su madre, una señora mayor que se llama Juana, ni siquiera sabe que su hijo está preso en El Salvador porque no sabemos cómo lo va a tomar», expresa la pareja del deportado.
Desde la ciudad Niágara Falls, donde Wilmary Arévalo vive con su hermana menor, su madre y padrastro, lucha por cuidar de la salud de su hija, mientras pide justicia para su pareja: «Él se fue buscando una vida mejor para su hija, para mí y su familia en Venezuela», cuenta.
«Yo le pido al Gobierno, de corazón, como una madre desesperada, que me ayuden a que lo liberen, como a todos los demás que están ahí y son inocentes. Los tatuajes no hacen a una persona culpable», suplica.
Wilmary Arévalo espera que Keivis Vásquez pueda reencontrarse con su familia en Venezuela, que sea liberado, para ella salir de Canadá con su hija y estar en familia. «Yo solo quiero justicia. Lo único que él ha hecho es luchar por su familia», reitera.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.