La alianza de Capriles con el régimen o reina por peón, por Wilfredo Velásquez
Twitter: @wilvelasquez
La alianza de Nicolás y Capriles acentúa la crisis que vive el país. En la medida que el guión montado por la pareja política del momento, se vaya desarrollando los males que sufrimos serán más graves y difíciles de solventar.
Siempre veremos con buenos ojos la liberación de los rehenes políticos, pero además de la libertad de este pequeño grupo de personas, pudo Capriles negociar con su bien avenido partner, la liberación de los venezolanos de por lo menos tres de los pesados grilletes que nos atan a la miseria y mejorar en algo las nefastas condiciones de vida que estamos sufriendo.
Si realmente su rendición al socialist establishment tuviera que ver con la legítima preocupación por el país que ha venido utilizando para justificar su entrega, hubiera negociado también algunas mejoras en la calidad de vida, por ejemplo, problemas como el de la pandemia, el suministro de gasolina y la dolarización definitiva de la economía.
Si bien tenemos claro que el régimen no tiene posibilidades de resolver ninguno de los males que aquejan a los venezolanos, el cable transoceánico, que le está tirando al régimen debió merecer exigencias mayores para beneficio del pueblo, más allá de las necesidades del ego de Capriles.
No se sabe con exactitud qué beneficios políticos está obteniendo el exgobernador, pero si se sabe que la oxigenación que brinda al régimen es extraordinaria en cuanto a legitimización, posibilidades de desmontar el gobierno interino, división de la oposición, posible exilio del gobierno legítimo, toma de los activos recuperados y fundamentalmente, tiempo y capacidad de maniobra que tanta falta le hace.
Si Capriles llega a esta unión con semejante dote bien pudo pedir algo a cambio para el país.
En cuanto a la pandemia, es evidente el mal manejo que se está haciendo de la misma, bien pudo pedir el candidato Capriles, la conformación de un equipo conjunto integrado por técnicos del régimen y del gobierno interino, que sacara el tema de la diatriba política. Un equipo de estas características podría al menos reorientar el manejo que hacen los personeros del régimen, podría gestionar nuevos recursos, bien sea utilizando parte de los cuantiosos beneficios que se están obteniendo de la actividad extractiva, y/o a través de la ayuda humanitaria internacional, podría también, planificar acertadamente el uso del talento médico, que está siendo diezmado por la precariedad en que realizan sus labores, gestionar efectivamente la procura de los insumos y tratamientos específicos del covid 19, los equipos de bioseguridad y racionalización del confinamiento, diseño y promoción de campañas educativas e informativas coherentes y un punto aparte, dejar de favorecer a los héroes cubanos, que tan caros nos cuestan y sacarlos a patear las calles, para promover las medidas sanitarias, aplicar las pruebas y recolectar las estadísticas de salud necesarias para el control de la pandemia. Igualmente, este equipo con apoyo de los sectores empresariales y sindicales debería decidir qué empresas abrirán actividades y bajo que modalidad.
A lo mejor el régimen no aprecia suficiente la entrega de Capriles, como para concederle tanto, o Capriles realmente no está tan preocupado como dice por el país.
En cuanto a la situación con el suministro de combustible, ha pasado a ser en el ánimo de la gente un problema más grave que la misma inseguridad, que, pese a su carga mortífera, ha sido relegada a un segundo plano.
Entendemos que la gasolina que está entrando es insuficiente para mantener el país operando y que probablemente las sanciones internacionales dificulten más su llegada, pero el sacrificio de Capriles puede servir para conformar un equipo bigubernamental, que acuerde gestionar de manera absolutamente transparente la planificación, la adquisición, la importación, almacenaje, transporte y suministro del combustible que está entrando, quitándole a las FANB y demás cuerpos de seguridad el manejo que tienen actualmente, resulta probable que con un acuerdo de este tipo, se flexibilicen las sanciones en cuanto a tan fundamental renglón de la economía.
Las FANB solo deben ocuparse del resguardo y la seguridad del combustible y las estaciones de servicio, no debe existir mas limitación que el orden de llegada de los usuarios y si se piensa en algún tipo de control no puede ser otro que el ejercido por los mismos usuarios, es decir que deben establecerse mecanismo de denuncia y penalización de los ilícitos que se registren en el servicio.
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Si Capriles se sacrifica para conseguir este tipo de beneficios, lo rescataremos del desprecio histórico y lo llevaremos al panteón de los héroes.
Solventar estas dos terribles situaciones, darían al régimen el oxígeno que pretende obtener de los escuálidos pulmones de Capriles. Con una relativa seguridad sanitaria, combustible para operar, y un sistema monetario que ayuda a paliar la situación en condiciones mínimas de seguridad económica, permitirían al régimen ganar algo del tiempo que necesita, aunque su destino final sea su derrumbamiento definitivo, como ellos bien lo saben.
El guión de esta floreciente unión, está bien escrito, iremos viendo cómo se darán entre ellos encuentros y desencuentros, como en toda novela veremos el tira y encoje propio de las parejas nuevas, unas veces Nicolás anunciará las elecciones como irreversibles y otras el “opositor” dirá que no lo acompaña a la fiesta porque no tiene ropa aparente, inclusive obviando la realidad venezolana que en medio de la crisis humanitaria “complejísima” y la pandemia, no debería estar inmersa en un evento fraudulento, que no solo distrae los recursos que necesitamos para atender ambas situaciones, sino que pone en riesgo a toda la población al llamarla a participar de la campaña y del acto electoral propiamente dicho.
El tercer elemento que creemos debió pedir Capriles como “ preuve d´ámour”, es el relativo a la situación monetaria. La destrucción de nuestro signo monetario ha causado un mal inestimable a la economía venezolana, además de destruir el trabajo y eliminar el salario, llevó las relaciones de producción, de socialistas a esclavistas, donde trabajamos a cambio de nada y nos pagan con vales que no garantizan la supervivencia, ( ni siquiera Marx, llego a clasificar estas relaciones de producción, inferiores a la esclavitud), la destrucción del cono monetario, la desaparición del efectivo, el deterioro de los servicios bancarios, la oferta insuficiente de bienes y servicios y los precios especulativos de lo poco que se consigue, terminó destruyendo nuestro sistema económico, que gracias a la capacidad que tiene la economía para generar sus propios ajustes, recurrió a la dolarización de los precios y eliminó el valor del trabajo al dejar los salarios en moneda nacional o sea valor “cero”.
Entendemos que esto solo se puede resolver con inversiones, que este régimen no está en capacidad de garantizar, pero si por lo menos, Capriles hubiera sugerido la discusión del tema, proponiendo que los salarios también sean parte de la dolarización, entenderíamos que su negociación con el régimen, consideraba una genuina preocupación por los venezolanos, de cuya defensa se ufana y no un simple deseo de destruir el gobierno interino y entregarse a los pies del despótico gobierno que hoy usurpa el poder y usufructúa el país.
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