La apertura indiscriminada de pozos: crimen ecológico y sanitario, por Pascual Curcio M.

Indudablemente el agua es el recurso natural que define los umbrales del desarrollo sustentable; no hay sustituto para el vital líquido y el equilibrio entre la demanda de la población y la cantidad disponible y/o suministrada así como también detalles sobre su costo de almacenamiento, regulación de uso y distribución, calidad y cuido ambiental no son del total conocimiento público, a pesar de existir la Ley de Aguas de fecha 2 de enero del año 2007, Gaceta Oficial número 38.595, la cual regula la materia.
Los expertos de las Naciones Unidas han establecido el nivel de la necesidad mínima básica de agua (BWR) en 50 litros/habitante/día para beber, higiene personal, cocción de alimentos y necesidades de limpieza en el hogar; fijando la misma fuente el límite superior del estándar mínimo de suministro en 106 litros/habitante/día al considerar usos añadidos del vital líquido como: agricultura de subsistencia, la protección de los ecosistemas–riego– y la pequeña industria (Fnuap-2001).
En Venezuela, la legislación nacional establece un suministro básico estándar por el orden de los 150 litros/habitante/ día, pero ni siquiera sabemos si las empresas hidrológicas locales encargadas del suministro realizan alguna medición y/o control en este sentido.
Tres acciones concretas en la interacción ser humano–medio físico natural de llegar a producirse podrían afectar el suministro del vital liquido a las comunidades de manera peligrosa, incluso complicar su propia subsistencia: la 1ra.- un cataclismo sísmico por ser toda el área metropolitana de Caracas de alto riesgo, en este particular se trata de una eventualidad que no podríamos evitar y con lo cual debemos convivir tomando previsiones de ante mano; 2da.- una deforestación insensata y criminal de la cubierta vegetal protectora del suelo a lo largo de los cauces fluviales que drenan a los embalses que almacenan el vital líquido para el suministro público, acelerando procesos erosivos; 3ra.- la construcción anárquica de pozos que destruyan el acuífero subterráneo y propicien su contaminación, además de la segura sequia superficial de la vegetación protectora de los cauces intermitentes que tal acción produciría, estando expuestas las vertientes de tales quebradas a una acción erosiva más intensa por parte de las lluvias cuando se sucedan estacionalmente.
Lamentablemente, hoy vemos tanto en la ciudad de Valencia como en la de Caracas abarcando sus respectivas áreas Metropolitanas una proliferación anárquica de pozos para extraer agua del subsuelo, realizándose de manera agresiva e irracional ignorándose el decreto 3367 de fecha 12 de abril de 2018 –Reglamento de la Ley de Aguas, disposiciones técnicas para su aprovechamiento sustentable–, con los riesgos que ello conlleva, en especial para la estabilidad ecológica de los embalses reservorios del vital líquido para su distribución posterior.
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Llegándose a observa realidades muy preocupantes como lo que ocurre en nuestro emblemático y querido Parque del Este o Francisco de Miranda en la ciudad de Caracas –Parque que cuenta desde su fundación en el año 1961 con 10 pozos locales para obtener agua y abastecer tanto a la colección botánica allí conservada como a la fauna particular que lo habita y para el riego de sus engramados y árboles–, nos estamos refiriendo a un indebido uso aparente de este vital recurso natural al desviarse objetivos primarios y utilizarse el agua extraída del acuífero para el abastecimiento urbano, descuidándose su función primaria.
En efecto, para que el abastecimiento de agua a una ciudad pueda ser sustentable se deben considerar variados aspectos ambientales, ya que cada cuenca hidrográfica posee su propia personalidad, características ecológicas que determinaran si el servicio del vital líquido para garantizar su permanencia deberá ser realizado por tuberías desde cursos de agua superficiales o si la fuente podría ser a través de pozos, acordándose durante la elaboración de cualquier proyecto de urbanismo el abastecimiento por el mecanismo ecológicamente más viable y por tanto sustentable.
Desde el punto de vista sanitario, el agua extraída desde pozos y para el consumo humano debe ser evaluada constantemente, en particular por su muy variable calidad potable.
Ciertamente, incluso en su condición más natural, la calidad mineral del agua subterránea para el uso de la comunidad debe ser monitoreada periódicamente, es errónea la concepción popular en el sentido de considerar potable toda agua obtenida por pozos, ya que una vez agotado el acuífero natural el cauce subterráneo será ocupado por aguas provenientes de diferentes fuentes y consideradas como sucias: de las lluvias que en superficie lavan desechos sólidos de todo origen o hasta las aguas servidas de una cloaca rota pueden filtrarse por el suelo y pasar a conformar un acuífero que llevará una mala calidad de agua hacia aquellos hogares conectados a la red de tuberías que el pozo alimenta –consideren el incidente acaecido en febrero pasado en Ohio, USA, como consecuencia de un accidente ferroviario fueron derramados al suelo tóxicos letales, cloruro de vinilo, el cual con seguridad infiltró el suelo inutilizando todo el acuífero local para su uso vital, debiéndose realizar un extenso monitoreo para determinar hasta donde llegó la contaminación en el agua tanto en superficie como por el subsuelo -.
Desde el punto de vista netamente jurídico, el artículo 44 del Reglamento de la Ley de Aguas exige una serie de requisitos para solicitar el aprovechamiento de las aguas y, desde el punto de vista técnico, son necesarias tres conclusiones específicas para abrir un pozo, evaluaciones profesionales que dicha Ley menciona taxativamente y las empresas que abren pozos hoy en día deberían presentárselas a la comunidad urbana y grupos ambientalistas como prueba –garantía del futuro equilibrio ecológico en los ámbitos urbanos a surtir–, cito:
1- Constancia por escrito de la autoridad hidrológica donde se diga que no puede prestar el servicio –si hay tubería y disponibilidad de agua no todos los días, pero la hay, entonces si puede prestar el servicio –;
2– estudio previo sobre rendimiento y calidad del agua a extraer –verificar si es apta para el consumo humano en un primer momento, una evaluación y/o monitoreo se debe seguir en el trascurso de la extracción–, y el 3ro. existencia del mapa sobre el manto de agua a intervenir, para razonar sobre la cantidad de agua a extraer y poder así regular su extracción para mantener el equilibrio ecológico.
Me he circunscrito a los tres pasos específicos jurídicos –ambientales básicos que deben respetarse para perforar el suelo en la construcción de un pozo y los cuales, estimo, están siendo ignorados por los ingenieros, lo evidencia la simple observación de la poca frondosidad de la vegetación en toda el área metropolitana tanto de Caracas como de Valencia– no tengo información con exactitud si tales evaluaciones técnicas hayan sido realizadas, lo concreto es que ningún informe ha sido presentado a la comunidad como garantía pública de la sustentabilidad ambiental general y de la propia vida útil del pozo, plan de manejo del acuífero–, con lo que se corre el riesgo de suceder una destrucción total en el corto-mediano plazo tanto del manto acuífero capitalino como del valenciano.
Es incierta la sustentabilidad ambiental y una sana convivencia con el medio natural que nos envuelve si las comunidades continúan avanzando con la descrita anárquica apertura de pozos por el déficit creciente del vital liquido; por lo que, por simple instinto de supervivencia, debemos trabajar unidos en la lucha por lograr el saneamiento integral del Lago de Valencia, es lo que se debe hacer en lo que concierne a la ciudad homónima y alrededores, involucrando a la ciudad de Maracay, capital del estado Aragua, en la solución de esta problemática ambiental regional.
En el caso de la ciudad de Caracas es de vital importancia la limpieza de los ríos Valle y Guaire, los cuales hoy en día son cloacas abiertas. En este sentido, retomemos el rumbo ecológico correcto para resolver los inconvenientes que genera el déficit en el abastecimiento del agua en todo el contexto geográfico nacional; tengamos presente que, con el paso del tiempo todo tenderá a agravarse más y más, y solo la aplicación consciente del concepto «economía circular» recomendado en la segunda sesión de la 5ta. Asamblea de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente efectuada en Nairobi – Kenia –entre el 28 de febrero al 2 de marzo del año 2022 es la solución sustentable: agua que tomo limpia la reingreso a la naturaleza limpia.
Y concluyo este escrito con la siguiente pregunta ¿perforar un pozo para extraer y suministrar agua al lado de una red de tuberías planificada para suministrar el líquido de fuentes superficiales, no les parece incorrecto desde el punto de vista meramente ético?
Pascual Curcio Morrone es geógrafo (UCV-1983). Especialista en Análisis de Datos. Especialista en Fotogrametría, IPO, adscrito a la Universidad de Stuttgart, Alemania.
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