La autorrenuncia de Nicolás, por Ángel Monagas
Twitter: @Angelmonagas
En la definición de la estrategia competitiva, como usa la mayoría de las empresas, Maduro está orientado a tener claro que debe ofrecer un atributo diferenciador y relevante para las mayorías venezolanas. Él es instruido sobre los riesgos y los porcentajes de que eso ocurra. Muchos políticos no comprenden el anverso de este principio estratégico básico, a lo que se someten después que ofrecen.
Para que el reto de Maduro, creado por él mismo, obtenga éxito—y no el del que él identifica como oposición— involucra una promesa consistente de propuesta de valor que atraiga a una cantidad suficiente de venezolanos al evento del 6D.
El cuarto de guerra castrista erró en la oportunidad. Llega muy tarde, más como una consecuencia o efecto y no como estrategia, aunque lo veamos de ese modo.
Nicolás nunca le ha prestado atención al pueblo venezolano. Nunca ha tratado de atender sus debilidades.
Su única preocupación es fortalecer su débil, aunque vigente, ejercicio de poder.
Él sabe que solo manda en Miraflores. Lo otro son arreglos y concesiones a grupos, sectores, especies de mafias locales, regionales y sectoriales.
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Una buena dosis de realismo y humildad es indispensable para el triunfo de su estrategia.
Lo doloroso es la precariedad en la visión de una oposición inexistente, pueril muchas veces, guiada por intereses distintos a los políticos.
La renuncia hipotética
Hay una sociedad que no ha respondido y dudo que lo haga. Ni a la tesis de Nicolás, ni a la de la MUD-G4.
El reino de Nicolás es la ausencia de una contraparte opositora. Todos sus esfuerzos han sido hacia el alcance de ese objetivo, logrado en abundancia.
Maduro and company lo hace en el conocimiento de la sociedad enferma que tenemos después de 21 años de control hegemónico.
Presos, muertos, lesionados, pérdida de estatus a todos los niveles y pareciera no haber respuesta popular. Más de 18 mil asesinados por el régimen.
En Venezuela ha existido un genocidio político e inmediatamente pensamos y decimos: “Nadie dice nada ni pasa nada”.
Graficando
Haciendo comparaciones coloquialmente decimos cuando alguien nunca se enferma: “Tiene una salud de roble, no sufre de nada”. Eso es probable, como también el hecho de que tal vez ese cuerpo orgánico perdió la capacidad de reaccionar, de defenderse, de manifestarse contra los ataques.
Es la consecuencia del “pote” que administra Jorge Rodríguez, El Aissami y Diosdado. Allí están los grandes negociadores de la oposición.
¿Renuncia o lo renuncian?
Ni lo uno ni lo otro. Ahora el liderazgo chavista nunca hace nada si no hay una motivación, una asesoría, una instrucción.
Nada se hace sin un propósito a priori. No dan puntada sin dedal.
Un primer escenario nos indica que el autorreto de Nicolás lo hace para motivar al chavismo. Leí a Maripili y es asombroso cómo esa mujer perdió la perspectiva del país y la realidad. Ella dice que los 4,5 millones de chavistas saldrán a votar solos.
¡Dios!, ni Chávez llegó a tener esos números, salvo la aritmética de Smartmatic donde entran a votar dos y aparecen diez.
El chavismo solo y únicamente fue auténtica mayoría en el año 1998. Lo demás fue teatro, puestas de obras en escenas.
El problema para el chavismo es que ni sus cuadros quieren acudir el 6D.
Ese reto lo hace Maduro porque (y en eso sí tiene razón Maripili) los chavistas prefieren un chavista en el poder. Por ahora…
En un segundo escenario, se debate la posibilidad de una “transición” con actores bajo el dominio dolarizado del chavismo y dentro de esa autodenominada “oposición”.
Una hipótesis difícil, pero con estos tipos todo es posible, mucho más porque a partir del 20 de enero 2021 en EEUU el mando lo tendrá un político de escuela, con óptica distinta a la de Trump, que prefiere “negociar” a amenazar, que prefiere “transarse” a “sancionar”.
El chavismo lo sabe y, desde ya, tienen montada la olla con el nuevo traductor de Biden para Venezuela.
Esa propuesta de “renuncia” viene triangulada vía Borrel-España, Cuba, Rusia-China (por los intereses petroleros) y el negociante de Estados Unidos, que viene haciendo un gran trabajo de lobby con sectores de Biden.
Renuncie o no, el Maduro que se gesta después del 6D será otro. El parto será el 5 de enero próximo.
Habrá sorpresas y no es imposible que el propio Nicolás y su entorno sean los sorprendidos…
Los caiga quien caiga
Como todo columnista, hay quienes hablan bien de mí, otros hablan mal y algunos sencillamente hablan.
Agradezco la publicidad de todos. Hasta la de Diosdado toda la semana, solo que él saca con “pinzas” mis palabras. En fin.
Así como tengo dos años anunciando lo que no iba a pasar y no se dio, a muchos no les gustaron nuestros comentarios sobre la ahora exembajadora de Guaidó en Inglaterra, aunque menos le deben agradar sus palabras. Sus justificadas palabras.
También hace tiempo señalamos, a pesar de la bulla de muchos influencers de la capital, de Miami y de España, que un hombre como Alex Saab, poseedor de más de 7 mil millones de dólares (se dice fácil pero no lo es), fuera preso y extraditado. No en una nación africana donde el valor de la moneda americana es mucho más apreciado.
Les advertimos que Maduro se comería las hallacas decembrinas e insistimos que recibirá los regalos de los Reyes Magos, lamentablemente.
Hoy, luego de analizarlo con varios amigos sociólogos, abogados, politólogos, etc., no tengo dudas: el gobierno de Guaidó estudia seriamente el exilio con los poquitos diputados que quedan en Venezuela. Nombrará nuevos embajadores y desechará algunas alianzas. Un Guaidó más inocuo que el actual, o sea, con menor efecto.
El primero que pide pista es Ravell, aunque no precisó para dónde.
*Lea también: Naufragio abstencionista, por José R. López Padrino
El segundo es Julio Borges y es lógico, pues tiene mucha más fortaleza política que este accidente llamado Guaidó.
Voluntad Popular terminó su poder con el nuevo presidente de EEUU y quien lo asume es nada más y nada menos que Primero Justicia. Un partido de mejor formación, claridad y no necesariamente bueno en su liderazgo nacional.
Se dice que Juan Pablo Guanipa anda en un movimiento extraño. Lo vengo observando muy de cerca desde principios de año.
La nave interina puede naufragar en una buena isla si cambia de capitán. Es su única oportunidad. De seguir Guaidó ni cenizas sobre las cuales renacer como el ave fénix, quedarán.
Lo último
Fuerza del Cambio, de Capriles, no participará en el fraude del 6D pero el CNE no eliminó su tarjeta.
El negocio de los gobernadores: participan a través de algunos candidatos. Por ejemplo, Ronderos en Nueva Esparta. Hasta última hora no iba. Ahora, de la noche a la mañana, decide ir…
Ángel Monagas es abogado y comunicador.
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